Director ejecutivo de Strategy Economics

Imagina lo que hubiera pasado si hubiera habido dinero de verdad en juego. En los últimos cuatro días, los líderes de la Unión Europea han estado discutiendo furiosamente sobre su Fondo de Rescate del Coronavirus. El presidente francés Macron ha estado golpeando la mesa con rabia, los holandeses han asumido el papel dejado por los británicos como los "malos europeos", y los alemanes han estado escarbando cautelosamente en sus billeteras para pagar todo el asunto. Al final, sin embargo, llegaron a un acuerdo.

Es un gigante de la tecnología estadounidense enormemente rentable que acumula masivamente datos de clientes, que abre ostentosas tiendas en el centro de las ciudades, y que erosiona la base impositiva desplazando el dinero por todo el mundo, al tiempo que pone precios prohibitivos a productos que estarán obsoletos en breve tiempo. Sí, Apple es una compañía difícil de apreciar, y eso podría explicar por qué mucha gente instintivamente aplaudió cuando la Unión Europea puso una enorme multa de 14.900 millones de euros a la compañía por pagar menos impuestos de los que debe.

El sistema bancario del euro es un desastre. Italia está abocada a otra crisis de deuda. Los tribunales alemanes luchan contra la legitimidad del Banco Central Europeo, y toda la Unión Monetaria discute un método de mutualizar sus deudas. Y, en caso de que alguien no se haya dado cuenta, hay un virus ahí fuera que impacta en la economía de una manera no del todo positiva. Pero no se preocupen. La eurozona ha encontrado la solución perfecta para todos sus problemas: integrar a Bulgaria.

Todos los bancos huirán a Frankfurt. Los 'hedge funds' se establecerán en París, y los 'brokers' se trasladarán a Dublín o Ámsterdam. Si había un ámbito que iba a ser golpeado por el 'Brexit', era la 'City' de Londres. En el mejor de los casos, tendría que suplicar para permanecer dentro del Mercado Único de servicios financieros y adoptar las reglas que Bruselas diseñara... En el peor de los casos, dejaría de existir.

Muchos confían en que el fondo de rescate europeo será la salvación de los Estados más débiles de la Unión. Alimentará una rápida recuperación económica. Y quizás sobre todo, finalmente convertirá a la UE en una unión fiscal, recaudando su propio dinero, y distribuyéndolo en base a la región que más lo necesite. El nuevo fondo de rescate de 750.000 millones de euros de la UE para responder a la crisis del coronavirus ha sido aclamado como un gran paso adelante para el proyecto comunitario. Tal vez lo sea. Sin embargo, hay un problema: algunos analistas están empezando a argumentar que los flamantes bonos que la UE debería emitir para financiarlo (aunque los eurobonos estén descartados desde hace meses puede que se busque una fórmula comparable) serán situados en el nivel basura - o algo parecido.

Estatuas derribadas por todo el mundo, calles a las que se les cambian los nombres, y monumentos tapiados para borrar cualquier rastro de un pasado racista o colonial. Seguramente no pasará mucho tiempo antes de que los manifestantes antirracistas "despiertos" empiecen a escrutar en el pasado de muchos gigantes económicos. Y es difícil sentirse completamente cómodo con el historial de, por ejemplo muchas compañías británicas actuales con raíces en el siglo XIX. Y sobre los componentes principales del DAX alemán, bueno, mejor ni hablar.

No estamos seguros de dónde vino esta crisis. No sabemos cómo arreglarlo, ni cuánto tiempo tendrán que permanecer las economías bloqueadas, si habrá una segunda ola, o con qué rapidez empezarán a recuperarse las economías. Pero hay una cosa en la que casi todo el mundo parece estar de acuerdo sobre la crisis de Covid-19: ha sido ganada por la Gran Tecnología. Desde Amazon, a Netflix, a Facebook y Google, hemos confiado cada vez más en los gigantes de Internet. Y ellos emergerán más poderosos que nunca.

Reino Unido y la UE darán créditos blandos a las empresas por valor de miles de millones. Hay rescates para los trabajadores autónomos, y todo tipo de firmas. Nos preguntamos si el Tesoro no ha gastado ya suficiente dinero para apoyar la economía. Y sin embargo, ahora parece que hay más en camino. El Gobierno británico planea otro gran derroche para el próximo mes, con decenas de miles de millones más prometidos para planes de "creación de empleo" centrados en la infraestructura y la energía verde.

Una de las primeras conclusiones de los expertos acerca de la crisis de Covid-19 fue que golpearía con mayor fuerza a los mercados emergentes, y mucho menos al mundo desarrollado. Pero, ¿es verdad? De hecho, el primer juicio no siempre es el correcto. Y a medida que la economía mundial comienza a salir lentamente del bloqueo, es muy posible que sean las naciones en desarrollo las que emergen en una posición muy fuerte, y que Europa, EEUU y Japón estén atrapados en el declive.

Es una ley fija de la política y la economía: no hay ninguna crisis tan grave que la Unión Europea no pueda encontrar la manera de empeorarla un poco. Esta semana, la UE está liderando los esfuerzos para crear el llamado "fondo común voluntario de patentes" que suspendería las normas de propiedad intelectual para que una vacuna o un fármaco para combatir el Covid-19 se pueda desplegar rápidamente en todo el mundo. Al mismo tiempo, organizaciones benéficas como Oxfam lideran una campaña para una Vacuna del Pueblo y economistas de tendencia izquierdista argumentan que no se debería permitir que las empresas dejen de poner los tratamientos a disposición de todo el mundo. Las personas dice su argumento, deben anteponerse a las ganancias.