Las secuelas de la pandemia, la inflación y las subidas de tipos de interés por parte de los bancos centrales de todo el mundo para contenerla, así como la incertidumbre y la desaceleración económica, no están afectando a todos los países por igual. Mientras que algunas naciones consiguen poco a poco dejar atrás este escenario o, como mínimo, reducir sus efectos, otras están teniendo serias dificultades para hacerlo. En el caso de Latinoamérica, los ejemplos más claros son Venezuela, que registró un encarecimiento de sus precios del 158%, Argentina, el cual alcanzó el 110% y el de Surinam, que rozó el 59% el año pasado. Sin embargo, no se trata de una situación común a toda la región, como demuestran los datos de México.