Marta González es redactora en elEconomista.es, donde se incorporó en junio de 2021. Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, le interesa el medioambiente y escribe sobre temas variados, desde startups y criptomonedas hasta barcos.

A pesar de los largos meses de pandemia y las limitaciones que la han acompañado, todavía es posible recordar cómo era viajar. Parte esencial del mismo eran los preparativos: el vuelo, el hotel/Airbnb, las excursiones... y tener que bajar al banco a pedir efectivo de la moneda local, en caso de que tu destino tuviera otra divisa. Evitar las comisiones por cambio de divisas se convertía en una prioridad y el miedo a pagar con tarjeta te acompañaba durante toda la experiencia. Al menos así era hasta la llegada de neobancos como Revolut, la fintech que triunfa entre jóvenes y viajeros al ofrecerles todos los servicios que necesitan para su vida financiera en una sola app.

Basta un rápido vistazo a la historia de las relaciones amorosas para comprobar el cambio radical que han experimentado a lo largo de los años. Atrás quedaron las grandes odas al amor, ahora todo son relaciones express gracias a las app de citas, donde parece que los sentimientos son una rara avis. Para hacer frente a esta tendencia, surge Blink Date, una app que pretende cambiar el paradigma de las citas online. A través de citas a ciegas de 10 minutos solo con audios, Blink Date pretende crear conexiones reales basadas en la conversación, dejando así la apariencia física en un segundo plano.

Atrás quedó el estigma asociado a la ropa de segunda mano. Desde la joven activista sueca Greta Thunberg hasta Anna Wintour, la editora de la revista de moda más influyente del mundo, son muchas las voces que  llevan años reclamando un cambio de rumbo en el mundo de la moda hacia un consumo más responsable. La sociedad, consciente del impacto de sus decisiones y la amenaza de la crisis climática, ha recogido este potente mensaje, impulsando una revolución que llevará al sector de la ropa de segunda mano a duplicar el tamaño actual del mercado de fast fashion en 2030, según el informe elaborado por la compañía ThredUp, la tienda online de ropa de segunda mano, y GlobalData. 

Durante el confinamiento, la imposibilidad de realizar determinadas actividades cotidianas hizo que más de uno centrara su atención en la salud e incluso cambiara su estilo de vida. Algo similar le sucedió hace una década a Ella Mills tras un año postrada en cama a consecuencia de varias enfermedades. En su caso, supuso el descubrimiento de los beneficios de la dieta plant-based (basada en vegetales) y la puesta en marcha de su blog de recetas, Deliciously Ella. En un abrir y cerrar de ojos, Deliciously Ella pasó de blog a imperio de la comida sana. A día de hoy, cuenta con más de 2 millones de seguidores en Instagram, ha publicado 6 libros recetas, ha lanzado 30 tipos de snack y desayunos que se pueden encontrar en las estanterías de 30.000 supermercados, tiene una app y un podcast de éxito y acaba de inaugurar un restaurante, Plants by de, en el centro de Londres.

Tras décadas de acuerdos no vinculantes y medidas insuficientes, por fin se ha puesto en marcha la carrera para alcanzar una economía cero emisiones. En el último año, se han aprobado leyes o anunciado compromisos con el objetivo de impulsar el uso de energías limpias, algo a lo que las empresas han respondido con nuevos proyectos para hacerlo realidad. Sin embargo, todo esto, unido al papel del sector energético en la recuperación económica, ha impulsado de tal manera la demanda de los metales preciosos, imprescindibles para desarrollar dichos proyectos renovables, que pone en peligro el futuro mismo de la transición energética.

Empresas y movimientos sociales

Hay nombres que despiertan la curiosidad y Freeda es uno de ellos. Quizás es porque no se sabe cuál es la forma correcta de pronunciarlo. O quizás es el hecho de que resulta sorprendentemente familiar aunque no se sabe por qué. Freeda Media, se escribe Freeda pero se pronuncia Frida, es un nuevo medio de comunicación que busca inspirar y dar voz a las mujeres de la generación millennial a través de las mujeres del pasado.

Empresas

Atrás quedaron los tiempos en los que el reciclaje y el cuidado del medio ambiente eran exclusivamente para 'hippies' descalzos y flores en el pelo. La ecología está de moda, queda bien en la cuenta de Instagram y en la cuenta corriente. Cada vez más empresas de todos los sectores están demostrando que la sostenibilidad es compatible con obtener dividendos al final del trimestre.

Medio ambiente

Muchas son las preguntas que parecen atormentar a los seres humanos ¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos? ¿Quiénes somos? y como diría Woody Allen, ¿Hay posibilidad de tarifa de grupo? La única pregunta que no parece atormentar la sociedad de hoy en día es ¿Qué sucede con los residuos plásticos después de usarlos y tirarlos a la basura? Aparentemente, la relación contractual con el cuidado del medio ambiente acaba en el momento en que se depositan los plásticos en el contenedor correspondiente, a partir de ese momento el problema es de otro. Desde que se empezó a producir este material a escala industrial en los años 50, la responsabilidad ha ido pasando de mano en mano hasta acabar, como siempre, en tierra de nadie. Lo único que esa tierra de nadie son los océanos y mares de todos.

Medio ambiente

"Life in plastic, it's fantastic". Todo el mundo conoce la famosa canción "Barbie girl" del grupo danés Aqua. Lamentablemente no es una simple canción, es una realidad. La cantidad de plástico que los seres humanos hemos generado desde la década de los 50, momento en el que se empezó a comercializar este material, supera los 9 millones de toneladas, de los cuales solo se utiliza el 30%. El 79% de los plásticos producidos terminan en vertederos, un 12% se incineran y únicamente el 9% se reciclan. Así que sí, vivimos en un mundo de plástico pero no es fantástico.