Tras la pandemia, el planteamiento de reducir las jornadas laborales a cuatro días a la semana se ha convertido en una realidad en empresas de todo el mundo. El objetivo es mejorar la salud mental de los trabajadores y con ello, su productividad. Sin embargo, en sociedades asiáticas como Corea del Sur donde la cultura del trabajo es uno de los pilares que la sustenta, está idea parece que no ha calado en las generaciones más mayores.