Tras la pandemia, el planteamiento de reducir las jornadas laborales a cuatro días a la semana se ha convertido en una realidad en empresas de todo el mundo. El objetivo es mejorar la salud mental de los trabajadores y con ello, su productividad. Sin embargo, en sociedades asiáticas como Corea del Sur donde la cultura del trabajo es uno de los pilares que la sustenta, está idea parece que no ha calado en las generaciones más mayores.
Actualmente, en Corea del Sur hay un límite de 52 horas de trabajo por semana. El Gobierno del país planeaba aumentar este hasta las 69 horas, pero las manifestaciones de la generación Z y los millennials - la población entre, aproximadamente, los 22 y 40 años- ha paralizado la reforma. A ellos se les unieron los sindicatos, según informa la CNN.
Según la Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), Corea del Sur es el quinto país donde más horas se trabajaron de media en 2022, con 1.915 horas. Por delante están Chile (1.916 horas), Colombia (1.964 horas), Costa Rica (2.073 horas) y México (2.128 horas). Por el contrario, se encuentran Alemania (1.349 horas), Dinamarca (1.363 horas) y Luxemburgo (1.382 horas). España registró un promedio de 1.641 horas de trabajo.
Tras salir a las calles, la respuesta del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, a través de su secretario, fue informar que el Gobierno tomaría una "nueva dirección" después de escuchar la opinión pública. El objetivo de la medida era tratar de luchar contra la escasez de mano de obra debido a la baja natalidad, la más baja del mundo según los datos oficiales, y el envejecimiento de su población.
El anuncio del aumento fue la gota que colmó el vaso en un escenario donde los expertos han advertido en reiteradas ocasiones de la exigente cultura laboral, y la desilusión de los ciudadanos más jóvenes ante una situación económica que les impide tener planes de futuro. En 2018, parece que los gobernantes captaron el mensaje porque redujeron el límite de 68 a 52 horas. De esta forma, la semana laboral puede ser de 40 horas, a las que se puede sumar 12 horas extra, y en muchos casos se extiende irregularmente a más tiempo.
Jung Junsik, un estudiante universitario de 25 años de la capital Seúl, opina en la CNN: "La propuesta no tiene ningún sentido… y está tan lejos de lo que los trabajadores realmente quieren". "Mi propio padre trabaja en exceso todas las semanas y no hay límite entre el trabajo y la vida", dijo. "Desafortunadamente, esto es bastante común. Los inspectores no pueden vigilar todos los lugares de trabajo las 24 horas del día, los 7 días de la semana".
En 2017, el año anterior a que el gobierno redujera el tope de horas de trabajo, cientos de personas murieron por exceso de trabajo, según datos del gobierno. Incluso cuando el límite se redujo a 52 horas. Este tipo de fallecimiento se conoce dentro del país como casos de gwarosa. En 2020, los sindicatos afirmaron que 14 repartidores habían muerto por exceso de trabajo, tras haber sacrificado su salud mental y su bienestar para mantener el país en marcha durante el apogeo de la pandemia de Covid-19.