Fundador y presidente ejecutivo de Fisher Investments

Siete meses después de que el lanzamiento de ChatGPT desatara la locura por la inteligencia artificial (además de una investigación de la Agencia Española de Protección de Datos), la sociedad no se pone de acuerdo: ¿será la próxima revolución tecnológica o la máquina del día del juicio final? No tiene que elegir, ya que la inteligencia artificial (IA) brinda oportunidades, pero ni la expectación ni el miedo actuales están justificados.

Se ha desatado otra fiebre del oro? El hecho de que el mítico metal se sitúe próximo a sus máximos históricos y que muchos pregonen sus supuestas virtudes como activo seguro le dota, aparentemente, de un enorme atractivo. Pero, cuidado, para negociar con oro es necesario sincronizarse a la perfección con las oscilaciones del mercado. Si no, puede jugar en su contra, así que, si no puede predecir la evolución de la bolsa, no debe intentarlo con el oro. A continuación, les mostraré el motivo.

Los inversores más pesimistas advierten sobre el aumento de los rendimientos de la renta fija. Para ellos, la racha alcista de la renta variable de los últimos diez años se debe únicamente a que los tipos de interés han estado por los suelos, lo que no les dejaba otra alternativa rentable. Esta era habría finalizado con las subidas de tipos de los bancos centrales en todo el mundo. Entretanto, en España, la inflación sigue al alza, el FMI pide subidas de tipos adicionales al Banco Central Europeo y la reciente convulsión en el sector bancario reaviva el miedo. Pero no hay nada que temer, porque los rendimientos de la renta fija no influyen en la renta variable. Veamos por qué.

Opinión

Qué nuevos contratiempos afrontarán las bolsas? Tras un 2022 desalentador, esta es la pregunta que todos tenemos en mente, incluido yo. Pero, mi recelo no es fruto de los problemas anunciados a bombo y platillo, pues el mercado ya los ha analizado y descontado ampliamente, sino de los riesgos desapercibidos que puedan aparecer en 2023. Por tranquilo que parezca el entorno actual para la renta variable, esto podría cambiar rápido. Veamos qué amenazas podrían surgir.

Opinión

Ha llegado la hora de vender? Ahora que el IBEX 35 protagoniza retrocesos similares a los del mercado bajista de 2021-2022 y las bolsas de la zona euro no andan lejos, podría parecer el momento ideal de abandonar el barco antes de que cunda el pánico cuando haya más caídas.

¿Ha llegado la hora de vender? Ahora que el Ibex 35 protagoniza retrocesos similares a los del mercado bajista de 2021-2022 y las bolsas de la zona euro no andan lejos, podría parecer el momento ideal de abandonar el barco antes de que cunda el pánico cuando haya más caídas. Vender puede aportar sensación de seguridad, pero, tal y como demuestran los datos históricos, desprenderse de acciones tras los primeros bandazos de los mercados alcistas es absurdo. Hacer esto puedo salir muy caro, porque las acciones suelen revalorizarse mucho más. Veamos el motivo.

Mientras los responsables políticos elevan el tono en su lucha contra la inflación, muchos se preguntan hasta dónde llegará el Banco Central Europeo a subir los tipos de interés. Si bien el dato general de los precios se está moderando en España y el conjunto de la eurozona, según el supervisor bancario, la elevada inflación subyacente requiere mantenerlos en niveles altos durante más tiempo. Puede sonar aterrador, pero el inversor no debe temer nuevas alzas, ya sean estas grandes o pequeñas, ya lleguen más pronto o más tarde. Al fin y al cabo, el alcance de las medidas del BCE es escaso, y el de sus declaraciones, aún menor.

No, no me he vuelto loco, simplemente espero de todo corazón un fuerte repunte del IBEX 35, y de la renta fija y la renta variable mundiales, pues los mercados alcistas brindan rentabilidades inesperadas de entre el 15 % y el 25 %, en ocasiones superiores. Si bien el clima de miedo en el que estamos inmersos abona el terreno para una sorpresa positiva, a medida que la sensación de alivio se vaya apoderando del fatigado mercado, dará paso a una buena racha.

Todo es cuestión de perspectiva. Por un lado, las malas noticias deslumbran a la mayoría de los inversores; por otro, continúa el sigiloso goteo de datos económicos positivos. Esta brecha cada vez mayor entre el sentimiento inversor deprimido y unos indicadores al alza debería dar pie al tipo de sorpresa positiva que tan bien sienta a las bolsas, y que impulsaría su ansiada recuperación. Analicemos esos hechos ocultos pero halagüeños que no tardarán en espolear la renta variable mundial y, con ella, el Ibex 35.

Tras la debacle general de este otoño, que arrastró al Ibex 35 hasta nuevos mínimos del mercado bajista, algunos pesimistas, anticipando un desplome aún mayor, creen que el repunte de los últimos días quedará en un espejismo. Argumentan que la capitulación, ese mítico desplome previo al final de los ciclos bajistas en que el pánico solo deja espacio para las ventas, no tardará en llegar. Sin embargo, el reciente desplome es mayoritariamente resultado del pesimismo inversor, y este tiene varios factores clave que hacen una capitulación poco probable. Veamos por qué.