04/11/2020, 16:57
Wed, 04 Nov 2020 16:57:08 +0100
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Era una noche en la que cabía esperar emociones fuertes y no ha defraudado. Escribo el día 4 por la mañana cuando todavía no hay un vencedor claro, la carrera por la presidencia sigue muy apretada y algunos estados como Pennsylvania seguirán contando los votos emitidos antes de las 20 horas del día tres y que lleguen hasta el viernes por la noche. Más que una jornada electoral, que lo es cuando hay una victoria clara, esto se asemeja más a una semana electoral al final de una montaña rusa digna del mejor parque Disney. Todo parecía indicar que Trump tenía la victoria asegurada en enero tras derrotar el intento demócrata de descabalgarle (Impeachment), para pasar luego a creer que ganaría Biden empujado por la crisis económica y la mala gestión gubernamental de las crisis sanitaria y energética. Y resulta que los resultados que arroja el día 3 de noviembre muestran que todas las encuestas se han equivocado escandalosamente (en Florida daban ganador a Biden por 1-2 puntos y ha perdido por 3), que la gente ha votado en proporciones muy altas, que siguen contando papeletas y que el resultado está aún en el aire. En este momento, y aunque Trump dice que ha ganado, todavía puede hacerlo Biden. Otra vez son decisivos los resultados de Pennsylvania, North Carolina, Michigan, y Wisconsin, y esta vez también los de Georgia, Nevada y Arizona, mientras que parece que el Senado permanecerá en manos republicanas. Trump, siempre impulsivo, dice que ya ha ganado, habla de “fraude” y afirma que le quieren arrebatar la victoria pero aún quedan muchos votos que contar y hay que contarlos todos, porque la democracia es eso, y hay que seguir esperando porque en este momento cualquiera de los dos puede ganar.