se prepara la fusión
Unicaja y Liberbank se emplearon a fondo durante el ejercicio pasado en reducir los costes que lastran sus balances. Ambas entidades recortaron de manera relevante los gastos de explotación, el número de oficinas, empleados y también su exposición a los activos tóxicos, quedando así más ligeros ante una futura fusión. Concretamente, entre los grupos financieros han reducido un 25,5% de los activos improductivos (adjudicados más dudosos). Liberbank adelantó en la tarea a Unicaja al sacudirse del balance 1.300 millones de euros, es decir, casi el 30% de los mismos, situándolos a cierre de 2018 en 3.100 millones de euros. Por su parte, la entidad de origen andaluz pasó de tener una exposición de 4.600 millones de problemáticos en diciembre de 2017 a reducirlos a 3.600 millones un año después, es decir, realizó un saneamiento del 21,7% de los mismos.