Redactor de elEconomista.es

Para que un coche arranque, hay una infinidad de componentes que trabajan en coordinación. Algunos parecen irrelevantes, pero la realidad es que a veces los más pequeños son también los más importantes para que el vehículo tenga un buen rendimiento, aguante varios años sin necesidad de ser reparado y, sobre todo, sea seguro para los pasajeros.

Para alargar la vida útil del coche y conseguir que funcione durante el máximo tiempo posible, es clave realizar un buen mantenimiento y estar atento a las distintas señales de que algo falla. Y es que se puede decir que el propio sistema lanza avisos a los conductores. Más allá de los testigos, algunos ruidos o vibraciones del vehículo sirven para saber que algunas piezas empiezan a deteriorarse.

Salir a dar un paseo con el perro forma parte del día a día de millones de personas. Lo que para muchos puede parecer una obligación rutinaria, para los dueños suele ser un momento de relajación. Además, sirve para conectar con las mascotas y conocerlas más a fondo, ya que cualquier gesto que hagan tiene detrás una explicación que dice algo sobre su carácter, su salud y su forma de ver el mundo.

Cualquier garaje, trastero o granero puede convertirse con el paso del tiempo en un almacén improvisado. Poco a poco, se van guardando todo tipo de objetos hasta que se pierde el control y se comienza a olvidar todo aquello que está cogiendo polvo entre cajas y bolsas. Y aunque normalmente son cosas que en su momento tuvieron utilidad pero ahora son basura, hay veces en las que entre tanta chatarra hay auténticas joyas.

La gran mayoría de los viajes por carretera transcurren sin incidentes. Por eso, al subir a un coche, lo más normal es confiar en que todo va a salir bien. Sin embargo, hay una serie de situaciones que aunque son poco probables pueden suceder, haciendo que una situación tranquila y controlada pase a ser una de máximo riesgo en cuestión de segundos.

Cuidar un coche implica mucho más que llenar el depósito y conducir sin accidentes. Cada vez que el motor arranca, hay detrás una maquinaria compleja que está compuesta por decenas de piezas y que necesita un cuidado constante para evitar fallos inesperados. Y es que aunque algunos componentes no parecen demasiado relevantes, cualquier pequeño detalle puede provocar que el vehículo necesite pasar por el mecánico antes de lo que debería.

Durante décadas, las semanas laborales de cinco o incluso seis días han marcado la rutina de millones de personas. Por eso, para muchos es impensable tener tres días libres todas las semanas. Sin embargo, la cultura empresarial está evolucionando en los últimos años y cada vez son más las voces que cuestionan los horarios de trabajo y buscan fórmulas para permitir un mejor equilibrio entre las obligaciones laborales y la vida personal.

Cualquier conductor desea que su coche aguante el mayor tiempo posible funcionando a la perfección y sin visitar el mecánico. Para ello, además de conducir de forma eficiente y realizar un buen mantenimiento, es necesario prestar atención a cada una de las señales que lanza el sistema. Incluso lo que parece un detalle sin importancia puede ser un indicio de avería general en todo el vehículo.

Para lograr que un coche dure varios años, es clave realizar un buen mantenimiento y cuidar cada detalle. No es suficiente con mantenerlo limpio y pasar la ITV, sino que es necesario revisar con cierta frecuencia que todo sigue funcionando como debería. Además, es importante prestar atención a algunos detalles que a priori parecen inofensivos pero que realmente son un aviso de que algo no va bien.

Comprar un coche es una inversión importante. Por eso hay cada vez más personas que optan por adquirir un vehículo de segunda mano ya que es una opción más barata. De hecho, el mercado de coches de ocasión está alcanzando niveles históricos, y sin ir más lejos, en 2024 se alcanzaron los 2 millones de unidades vendidas.