Los vehículos modernos tienen cada vez más sensores y herramientas que sirven para detectar automáticamente una avería potencial en el sistema y anticiparse a cualquier susto al volante. De hecho, lo más normal es que se encienda un testigo para avisar al conductor de que una pieza se está desgastando o ha fallado. A pesar de esto, no todas las señales de alerta llegan en forma de luz en el salpicadero del coche.