
Para millones de personas, coger el coche es un hábito diario. De hecho, hay gestos relacionados con la conducción que se realizan de forma inconsciente, como por ejemplo encender los intermitentes o cambiar de marcha. Sin embargo, es ese mismo subconsciente el que muchas veces traiciona a los conductores cuando se combina con el estrés y las prisas.
En profundidad
A cualquiera le ha pasado: aparcar, llegar a casa y justo antes de dormir, preguntarse si el coche se ha quedado cerrado. Para algunos es una duda pasajera sin importancia, pero para otros se convierte en un auténtico dolor de cabeza.
Es más, en los peores casos puede llevar incluso a asomarse por la ventana o a bajar de nuevo a la calle para comprobarlo. Y no se trata de una simple anécdota, ya que este tipo de gestos puede revelar rasgos de la personalidad muy concretos.
Lista completa
Como bien sabemos, la psicología se dedica al estudio del comportamiento humano y busca siempre entender las causas y mecanismos detrás de cómo las personas, piensan, sienten y actúan. Esta vez, no iba a ser menos, y ha compartido unos 5 rasgos comunes que tienen este tipo de personas:
- Alto nivel de ansiedad. Es una forma de calmar la ansiedad, necesitando de manera continúa tener una sensación de control sobre el entorno.
- Desconfianza en la memoria. No es que sea mala, sino que los individuos no confían en su capacidad de recordar de manera correcta.
- Duda patológica. Experimentan una necesidad excesiva de certeza.
- Perfeccionismo. Suelen exigirse mucho y tienen miedo de cometer errores.
- Tendencias obsesivo-compulsivas. Se presentan pensamientos intrusivos que generan ansiedad.
A tener en cuenta
Cabe destacar que revisar la puerta del coche es algo que casi todos hemos hecho alguna vez en la vida, pero cuando la preocupación es constante, es un signo de que puede estar sucediendo algo más. Es decir, si pese a haber confirmado que el coche se encuentra cerrado, la duda sigue y volvemos varias veces a comprobarlo, puede ser algo serio.
Y lo peor: que repercute negativamente en la vida diaria. Este tipo de comportamiento puede estar bastante vinculado con el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC), un problema que puede agravarse, si no se trata a tiempo. Al parecer, las conductas repetitivas son lo más llamativo, pero tiene asociados otros síntomas como ansiedad, estrés, pensamientos intrusivos...