Redactora de Bolsa & Inversión de elEconomista

La historia reciente está demostrando que una cosa son los hechos políticos y otra muy distinta la interpretación que de ellos hace el mercado. La última muestra de ello ha sido el asalto a los poderes públicos en Brasil por los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro y la respuesta que han dado los inversores que, lejos de amedrentarse por la incertidumbre, han llevado al Bovespa a repuntar un 2% tras el altercado y a encadenar seis sesiones consecutivas al alza.

Las utilities han arrancado el año con mejor cara a como lo acabaron (el sectorial sufrió en 2022 pérdidas del 11%) en un año marcado por el shock energético derivado de la guerra. En los primeros compases de enero la industria se anota ganancias del 2,9%, si bien este repunte aún está lejos de las subidas de doble dígito que protagonizan la tecnología o el consumo.

Si 2020 fue el año de la pandemia y 2021 el de la recuperación, 2022 será recordado por la inflación. El vocablo que no acaparaba tantos titulares en cuatro décadas y que ha cercenado las ganancias de las carteras tanto de renta variable como de renta fija.

La guerra, la inflación y la manera en la que los banqueros centrales han tratado de lidiar con ella ha impactado de manera distinta en los mercados, hasta tal punto que la renta variable ha demostrado ser en algunos emergentes la mejor receta para protegerse de la subida de los precios en 2022.

A falta de la sesión del viernes, la foto finish que deja 2022 es la de 29 bolsas en positivo de un total de 40. Sin embargo, hay que coger estos datos con pinzas, ya que la capitalización bursátil del 86% de estos países no alcanza los 20.000 millones de dólares.

En un año en el que la tecnología va a firmar su peor registro desde 2008, con pérdidas del 34% en el caso del Nasdaq estadounidense y del 29% en el del STXE 600 Technology, hay un valor que se sale de la foto sectorial con un rebote del 52%.

A la espera de que los resultados empresariales del cuarto trimestre confirmen los pronósticos del consenso, el beneficio conjunto del Ibex alcanzará, a las puertas de una recesión y con la inflación instalada en zona de máximos históricos, los 56.321 millones de euros en 2022, según las previsiones que recoge FactSet.

España gusta a los analistas. Prueba de ello es que a pesar de que el índice nacional es uno de los que mejor comportamiento relativo está obteniendo en 2022 entre las plazas europeas (cae un 5%, seis puntos menos que el EuroStoxx 50) más de la mitad de sus miembros luce un cartel de compra (a día de hoy son 18; dos más que en enero y llegaron a ser 19 en abril).

Analistas y gestores creen que 2023 puede ser el año de los países en desarrollo, donde el ciclo de endurecimiento monetario está más avanzado y se atisban signos de que la inflación está bajando. La región favorita es Asia excluyendo a China y en Latam, el Bovespa ofrece el mayor descuento.

Resumen del año

Tras un año en el que la bolsa española se sale de la fotografía general del mercado y, pese a las pérdidas anuales del 5%, cierra el ejercicio como la mejor plaza de la zona euro, aventajando en 6 puntos de rentabilidad al EuroStoxx 50, repasamos las historias de los valores protagonistas.