Bolsa, mercados y cotizaciones

Emergentes: Brasil e India, la cara; China y Rusia la cruz

  • Los expertos se muestran cautos sobre China de cara a 2023
  • El mercado ha dado en 2022 la espalda a la renta variable rusa

La guerra, la inflación y la manera en la que los banqueros centrales han tratado de lidiar con ella ha impactado de manera distinta en los mercados, hasta tal punto que la renta variable ha demostrado ser en algunos emergentes la mejor receta para protegerse de la subida de los precios en 2022.

La mejor muestra de ello ha sido Turquía, donde la bolsa de Estambul, con una subida del 197% en moneda local y un 124% en euros, se ha convertido en la gran sorpresa bursátil de 2022. En un país donde su presidente, Recep Tayyip Erdogan, considera las subidas de tipos para enfriar la inflación como la "madre de todos los males" y cuyo banco central ha visto pasar a cuatro gobernadores entre 2020 y 2021, la nación otomana ha vivido en los últimos doce meses su mayor incremento de los precios desde 1998 (llegó a tocar el 85,5% en noviembre y se espera que acabe el año en el 71,2%), y muchos turcos han optado por recurrir a las acciones para salvar sus ahorros. Además, Estambul se ha esforzado en abrir la puerta al inversor internacional y, en concreto, a los magnates rusos, para quienes tienen los mercados de capitales de Occidente vetados. El propio Erdogan afirmó en marzo que invitaba a "ciertos grupos de capital (rusos) a venir con nosotros". Eso sí, esta subida ha dejado prácticamente sin potencial a este mercado.

Otra área geográfica donde el parqué ha brindado una cobertura efectiva frente a la hiperinflación y que se ha beneficiado como productor de materias primas con el conflicto en Ucrania como telón de fondo es Latinoamérica, con ejemplos a lo largo y ancho del continente. Al margen del 225% que sube la bolsa de Caracas (un índice poco representativo con sus 294 millones de capitalización), el 139% que suma el S&P Merval argentino o el 22% que repunta el indicador chileno, Brasil e India han sido los mejores de los BRIC (el acrónimo que aglutina a las economías más importantes extra OCDE), con saldos anuales del 5%.

Brasil, más atractivo

Con la lección aprendida de crisis anteriores, los banqueros centrales de la región se han esmerado en combatir la inflación con agresivas subidas de tipos. El máximo exponente ha sido el gigante latinoamericano, que tras la pandemia y doce subidas consecutivas llevó los tipos hasta el 13,75% en el que ya es el ciclo de política monetaria más dura del mundo. Es cierto que el rígido sistema fiscal y presupuestario de Brasil y las maltrechas cuentas que deja el gobierno de Bolsonaro (tras elevar el gasto público en un año electoral), dejan un estrecho margen de maniobra a Lula da Silva para que pueda poner en marcha sus políticas económicas.

Pero, por fundamentales, la bolsa de Sao Paulo es la más atractiva de cara a los próximos doce meses. Sus títulos se compran a uno de los PER (veces que el beneficio está recogido en el precio de la acción) más bajos (6,7 veces para 2023) y ofrecen un potencial del 31% de cara a los próximos doce meses. Este es el segundo mayor potencial de estos mercados por detrás de Argentina, que brinda un 40%, aunque no hay que olvidar que la bolsa de Buenos Aires vale menos de la mitad que la brasileña.

Tampoco ha vivido un mal año, teniendo en cuenta la coyuntura económica internacional, la renta variable india. En plena lluvia de sanciones económicas de Occidente a Moscú, el Gobierno de Narendra Modi supo hacerse el ambiguo a la hora de condenar la invasión. Una postura que le ha servido para comprarle a Rusia petróleo con descuento. Desde Nomura creen que la recuperación cíclica de China puede fomentar una perspectiva más favorable para las economías del noreste asiático, y esperan que India y los países de la región del Sudeste Asiático salgan beneficiados de la recesión como "países campeones" a medio plazo.

Los peores del año

China, que fue el mercado ganador de la pandemia con revalorizaciones del 36% en 2020 y del 27% en 2021, cierra el año con un retroceso del 22% en el caso del CSI 300 y del 15% en el del Hang Seng. Se trata del peor registro desde 2018, año en el que estalló la guerra comercial con EEUU. El dragón rojo ha vivido en 2022 la cara más cruda del coronavirus por las duras restricciones sanitarias impuestas por Pekín. Según Andbank, China sufrió en octubre nuevas salidas de fondos por importe de 8.800 millones de dólares (1.200 millones en renta fija y 7.600 millones en renta variable, el mayor nivel desde marzo de 2020). Sin embargo, la progresiva relajación de estas medidas ha servido de impulso en los últimos compases del año. Así, desde los mínimos anuales del 31 de octubre, el indicador rebota sobre un 10%. Pese a que ofrece un potencial del 26%, los bancos de inversión se muestran cautelosos con China de cara a 2023, a la espera de cómo la reapertura impacta en el crecimiento. El consenso de Bloomberg espera que el PIB chino 2022 caiga hasta el 3% (frente al 2,7% al que lo rebajó en su última revisión el Banco Mundial) y crezca al 4,8% en 2023 y al 5% en 2024.

En el lado contrario, el mercado ha dado en 2022 la espalda a la renta variable rusa. Tras el inicio de la invasión en Ucrania el gestor de índices MSCI decidió expulsar a Rusia de su categoría de emergentes tras una consulta a inversores institucionales que confirmó que el mercado de valores rusos era "invertible". Así, Moscú termina el año como la plaza más bajista, con el índice Moex, denominado en rublos, cediendo un 43% y el RTS, denominado en dólares, un 40%.

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