Opinión
Parece que se ha formado un raro consenso entre muchos líderes europeos sobre el acuerdo comercial firmado entre Estados Unidos y la UE. Bayrou lo calificó de “día sombrío”, Merz destacó el daño que causaría a la economía germana y Sánchez destacó que concedía su apoyo al acuerdo “pero sin entusiasmo”. En resumen, consideran que la Comisión se ha plegado ante Trump, sacrificando sus intereses a corto y largo plazo, y todo ello sin conseguir ninguna concesión por parte del gobierno estadounidense. La reacción de muchos de estos líderes, y la de otros críticos, parece basarse en una concepción de la política internacional, el poder y la justicia de suma cero: lo que gana Estados Unidos, lo pierde la UE. Bajo esta lógica, la UE debería responder a las agresiones de Trump con medidas equivalentes que “perjudiquen” a los intereses de Estados Unidos. Visto de otra forma, este consenso es prueba de que el argumentario mercantilista de Trump ha calado entre muchos líderes europeos, que ahora defienden una política comercial igual de proteccionista, con independencia de los efectos negativos que podría tener para sus economías.