Después de casi una década de tipos cero, donde la oferta de depósitos con rentabilidad era casi inexistente, los rendimientos de estos productos volvían a resucitar con el endurecimiento de la política monetaria. No ha pasado tanto tiempo desde que se inició este proceso, ya que fue en el verano de 2022 cuando el Banco Central Europeo (BCE) subía por primera vez en once años las tasas de interés en la Eurozona, y que a través de consecutivos movimientos al alza dejaron los tipos en niveles no vistos en 20 años. Ahora, esta tendencia vuelve a revertirse, con una inflación cada vez más controlada, y las políticas monetarias vuelven a la senda de la flexibilización, con dos bajadas de 25 puntos básicos en Europa en los últimos meses. Y al son de estos recortes, aunque algo más lento de lo esperado, caen los rendimientos ofrecidos por las entidades en sus depósitos.