La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, convocó por sorpresa a comienzos de la semana pasada a los máximos responsables de la banca española para intercambiar las primeras impresiones sobre la marcha del sector tras el fin del verano. La cita tenía sabor a despedida, según uno de los asistentes. Calviño se mostró confiada durante el encuentro de lograr el respaldo de los gobiernos francés y alemán para la presidencia del BEI y deslizó que su intención era dejar el cargo a finales de año para incorporarse el próximo a la entidad europea.