El número de afiliados a la Seguridad Social superó en abril, por primera vez en la historia, la barrera de los 21,5 millones y la ocupación subió en 231.000 personas gracias al tirón de la Semana Santa, lo que permitió que el paro se sitúe en poco más de dos millones y medio, la cifra más baja desde 2008. El Gobierno se refugia en estas buenas cifras laborales y en las del crecimiento, el más alto de los países desarrollados, para seguir apretando en su política fiscal y laboral.