Opinión

Las maniobras en el BEI abren la pugna para sustituir a Calviño

Campa, Escrivá y Planas pugnarán por suceder a Calviño, si logra presidir el BEI. PV

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, convocó por sorpresa a comienzos de la semana pasada a los máximos responsables de la banca española para intercambiar las primeras impresiones sobre la marcha del sector tras el fin del verano. La cita tenía sabor a despedida, según uno de los asistentes. Calviño se mostró confiada durante el encuentro de lograr el respaldo de los gobiernos francés y alemán para la presidencia del BEI y deslizó que su intención era dejar el cargo a finales de año para incorporarse el próximo a la entidad europea.

La situación de interinidad del Gobierno socialista le permite seguir contando con el respaldo oficial para conseguir su objetivo. La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, que partía como favorita para la presidencia del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), apenas recabó apoyos para su candidatura después del pacto alcanzado por Alemania con Italia. Lo sorprendente es que a estos grandes países se sumó en el último momento la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a cambio del apoyo tácito de los germanos a sus políticas. Después de tejer cuidadosamente estos mimbres, la subgobernadora del Bundesbank, Claudia Buch, fue elegida por mayoría aplastante.

El voto es secreto, por lo que se desconoce por quién se decantó el vicepresidente de BCE, el español Luis de Guindos, de quien depende el organismo supervisor de los bancos. Guindos mantiene una buena relación con Delgado y, en principio, era favorable a su candidatura.

Berlín prefirió el MUS al BEI para asegurar la defensa de su maltrecho sistema financiero

El MUS, que en los próximos años presidirá la germana Buch, es el encargado de la supervisión de más de un millar de bancos europeos, así como de ejercer labores de vigilancia sobre el resto. Alemania está muy interesada en controlar la institución porque cuenta con un sector financiero muy vulnerable a experimentar crisis como la sufrida por la banca mediana estadounidense. Su tejido industrial, que atraviesa por un momento delicado, se financia con las cajas de ahorro, que escapan al control del supervisor europeo y sobre las que con frecuencia surgen dudas de solvencia. No hay más que recordar el ataque bajista orquestado contra Deutsche Bank, su principal banco, tras la venta de unos bonos subordinados.

Moncloa, dispuesta a perder la Agencia Antiblanqueo en favor de Calviño. Otro viaje a Ayuso

El apoyo alemán ha salido caro, según fuentes cercanas a las conversaciones, ya que además del MUS, los teutones piden la sede de la futura Agencia Europea de Blanqueo de Capitales, AMLA, por sus siglas en inglés. Una institución vital, que Fráncfort y Madrid se disputan para acoger su sede. La capital de España era hasta ahora la favorita. El canje de cromos puede acabar con esta preeminencia, según fuentes cercanas a las negociaciones, lo que supone, de paso, un jarro de agua fría para las aspiraciones tanto de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como del alcalde de la capital de España, José Luis Martínez Almeida, dos de los más duros rivales de Sánchez. Los dos altos cargos populares han viajado acompañados del secretario general del Tesoro, Carlos Cuerpo, a Bruselas para defender la sede española.

En medios de la oposición se critica amargamente que el Gobierno esté dispuesto a ceder la presidencia de dos organismos tan influyentes como el MUS y la AMLA a cambio de la presidencia del BEI, una institución que se rige por criterios técnicos y no mejorará la financiación de nuestro país.

Aun así, la última palabra la tiene Francia, que junto Alemania ostentan el 19% de los votos cada una, casi la mitad del 68% que necesita Calviño. La reciente visita de Margrethe Vestager al ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, ambos perteneciente a la corriente liberal, ha generado todo tipo de incertidumbres sobre el voto final galo.

El Gobierno español ha sido reticente durante la legislatura a financiar desde el BEI las nucleares. Calviño tuvo que corregir su posición. "Cumpliremos lo que diga el reglamento", se escudó la vicepresidente en unas declaraciones a Onda Cero.

Al sucesor de Calviño le espera un vía crucis. Sin Presupuestos y sin posibilidades de aprobarlos por el veto que otorga al Senado la Ley de Estabilidad, difícil de cambiar con la frágil mayoría socialista, el futuro titular de Economía tendrá que pilotar la vuelta a las reglas fiscales, que debaten este fin de semana los ministros de Economía y Finanzas de la UE, reunidos en Santiago de Compostela, bajo la batuta de Calviño.

Aunque está descartado reinstaurar los estrictos objetivos de déficit del 3% o de deuda por encima del 60% de PIB, España estará entre los países objeto de vigilancia por parte de los hombres de negro al sobrepasar estos criterios, lo que obligará a un recorte del gasto público. Un reciente informe del Banco de España señalaba, además, que sólo el 10% de los fondos Next Generation ha llegado a su destinatario. La primera misión del nuevo responsable será agilizar el mecanismo de reparto y desatascar tanto la entrega de la cuarta remesa de fondos por 10.000 millones y como de los 84.000 millones en préstamos al 4%.

Las elevadas probabilidades de la vicepresidenta de marcharse al BEI dio ha abierto ya una guerra de influencias soterradas para su sucesión. Los tres candidatos favoritos que están en las quinielas de Sánchez son los ministros de Trabajo y Seguridad Social, José Luis Escrivá; o de Agricultura, Luis Planas, junto con el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y exsecretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, cuyo mandato al frente de la institución concluye el próximo ejercicio.

El titular de Agricultura es el favorito del trío, porque reúne condiciones que no tienen los demás: mantiene una estrecha relación con el presidente del Gobierno; es un buen conocedor de la política comunitaria y tiene un carácter conciliador y moderado, una característica fundamental y muy necesario en la nueva etapa, en la que habrá que pactar con varios socios a la vez para sacar adelante cualquier asunto.

El otro favorito es Campa, quien goza también de reconocimiento internacional y tiene ya experiencia por su anterior cargo a la administración Zapatero, aunque no cuenta con la cercanía a Sánchez que Planas. En cuanto a Escrivá, la mayoría reconoce su valía, pero lo sitúan en último lugar porque su reforma de las pensiones obtuvo críticas de Bruselas y por la mayoría de las casas de análisis porque no es suficiente para garantizar su viabilidad.

Tanto Escrivá como Campa puede ir a la repesca, una especie de segunda oportunidad, ya que el año que viene se producirá el relevo del gobernador, Pablo Hernández de Cos, al que también aspira la subgobernadora Delgado. Sea como fuere, parece que los socialistas tienen una buena cantera para los recambios.

PD.-Donde la lucha también se recrudece es entre los candidatos a la presidencia del Gobierno. Una parte de los socialistas empieza a admitir la posibilidad de que la mejor opción sería ir de nuevo a las urnas ante el creciente rechazo de la sociedad a la amnistía. Sobre todo, después de la visita de la vicepresidenta Yolanda Díaz a Puigdemont en su casa de Waterloo. El resultados de los sondeos es demoledor: el 70% de la población es contraria a la amnistía.

Puigdemont endureció las condiciones en el último momento en su pugna con los de Junqueras por erigirse con el liderazgo del independentismo, de manera que todos los inculpados en el proçes, incluido él y la dirección de su partido, resultarán beneficiados, a la par que exigió que el texto legal se apruebe antes de la investidura.

Asimismo, los independentistas interpretan que la amnistía acabaría implícitamente con la consideración de delito para los referéndum ilegales, un intento de legalizar una futura consulta por la puerta de atrás.

En estas circunstancias, entre la opinión pública y en las propias filas socialistas crece la sensación de impunidad y de que las condiciones son imposibles de cumplir, para empezar por los plazos tan apretados para aprobar el proyecto de amnistía.

Siempre le quedará la opción de envolverse en la bandera nacional y convocar elecciones. Si Sánchez es investido, será en segunda vuelta para apurar los plazos de negociación y forzar cesiones por parte de Junts. La decisión, no nos engañemos, está en manos sólo del líder supremo, Pedro Sánchez, que la tomará en función sus intereses.

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