Director de elEconomista

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ya intentó en los albores de la pandemia del coronavirus emular al dictador venezolano Nicolás Maduro. En un tuit y desde su asiento en el Consejo de ministros invocó el cumplimiento del artículo 128 de la Constitución, que señala que "toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general" para intentar controlar empresas estratégicas.

El lobo no es nunca tan fiero como lo pintan. La guerra de Ucrania obligó a Europa a levantar las restricciones sobre la producción de carbón, de manera que las minas polacas y alemanas se pusieron a funcionar a pleno pulmón y aún lo siguen haciendo sin que nadie se rasgue las vestiduras. Fue también la presión alemana la que logró dar una oportunidad a los combustibles alternativos al diésel o las gasolinas para que alarguen su vida más allá de 2035, la fecha de caducidad de los motores de combustión.

En menos de tres semanas, desde el 24 de octubre, el PSOE ha firmado tres acuerdos con sus socios políticos de Sumar, ERC y Junts encaminados a modificar la estructura política, económica y fiscal de España con un coste de más de 60.000 millones para las arcas del Estado. El pacto rubricado esta semana con Puigdemont colma las viejas aspiraciones independentistas de gestionar el cien por cien de los tributos y tener un cupo similar al del País Vasco.

La paciencia tiene un límite. "Si se produce la subida de Impuestos de Sociedades recogida en el acuerdo de legislatura entre PSOE y Podemos, muchas empresas van a cambiar su sede fuera de España, sobre todo del sector energético y bancario", asegura el directivo de una patronal, acostumbrado a tratar todos los días con los responsables de los grandes grupos empresariales.

Tantas veces avisando que viene el lobo, que viene el lobo, que el rebaño se había confiado. Y el lobo ya está aquí. El Gobierno está dispuesto a meter las cuentas públicas en vereda, pero no lo hará con un ajuste del gasto como sería los esperado, sino mediante un aumento de ingresos fiscales, a costa de las grandes empresas y de los ricos. Este es el mensaje que se trasluce del programa de PSOE y Podemos para la legislatura, presentado esta semana al alimón por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, con la complicidad de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que asentía de forma complaciente desde la primera fila.

El petróleo permaneció relativamente estable durante este año, al igual que el de otras materias primas pese a las tensiones generadas por la guerra de Ucrania. Su precio se movió entre 82 y 95 dólares. Otras materias subieron y luego retrocedieron, pero no lo suficiente. Las bolsas contienen el aliento mientras que el brutal ataque al hospital de Gaza cometido presuntamente por un error de la Yihad Islámica tensó las relaciones entre los líderes árabes y el gobierno de Jerusalén esta semana.

El mundo es un lugar inseguro donde nadie está a salvo de ser víctima de un ataque terrorista, carpe diem, disfruten cada momento", esta es el comentario que corría de boca en boca en una reunión de embajadores de diversos países alrededor del mundo reunidos esta semana para la ocasión en el Club Financiero Génova de la capital de España. El comentario sorprende porque proviene, en teoría, del grupo de personas que mejor información maneja en el planeta.

El tipo de interés de los bonos del Tesoro americano alcanzó esta semana el 4,80 por ciento, el nivel más alto desde que estalló la crisis de las hipotecas basura en 2007.

La investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo como presidente del Gobierno sirvió para conocer cómo se desenvuelve el líder de la oposición en la tribuna del Congreso de los Diputados, en la que se estrenó. La impresión fue muy positiva.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, sorprendió esta semana al señalar a la subida de los precios del aceite de oliva como "la principal preocupación de las familias" en estos momentos. Las declaraciones no sentaron bien en el sector olivarero, que sufre las consecuencias de un tsunami causado por el descenso de la cosecha alrededor del cincuenta por ciento en la pasada campaña y en la actual.