Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

La Unión Europea ha dado un paso clave en su política de desconexión del gas ruso. Tras años de guerra y enormes problemas para cortar el cordón que une la energía de esta país con el Viejo Continente, la UE anunció este miércoles una hoja de ruta para acabar con el gran problema que mantiene vivo el suministro: los contratos vigentes . Estos compromisos de abastecimiento firmados hace tiempo y cuya duración se extiende más allá de 2030 no se pueden romper sin una importante justificación. Según el comisario de Energía, Dan Jorgensen se iniciará un proceso para ir prohibiendo paulatinamente todos los contratos que unen ambas partes.

A pesar de que los aranceles son la gran amenaza inflacionaria que se cierne sobre EEUU (y sobre el mundo) al nivel de bloquear a la Fed en sus recortes de tipos, la sangre no ha llegado al río, dejando a muchos desconcertados. Los últimos datos del IPC relativos a mayo, con gravámenes de tres cifras para China y algunos ya operativos a Europa y a productos específicos (como el acero o los automóviles), han marcado alzas de solo una décima respecto al mes anterior. Un 2,4% interanual y una subyacente en el 2,8% ha llevado a los analistas a una conclusión, los aranceles no han llegado pese a su anuncio y su puesta en largo oficial. Los expertos están advirtiendo de dos factores clave, un escudo que han construido las propias empresas y una 'trampa' de China con la que está consiguiendo eludir los aranceles.

El seis de agosto de 1945 el mundo cambió para siempre. EEUU lanzó entonces por primera vez en la historia una bomba atómica, que repitió tres días más tarde con otro bombardeo. Hiroshima y Nagasaki se convirtieron en el símbolo de una nueva era. La rendición de Japón fue incondicional y el agresivo Imperio del Sol Naciente que se había esparcido por Corea, China, Indochina, Filipinas y el Pacífico firmaba una nueva constitución —dictada por Washington—, en la que quedaba prohibido no solo declarar una guerra, sino incluso poseer un ejército convencional. Japón solo tendría unas 'Fuerzas de Autodefensa' mínimas. "Aspirando sinceramente a una paz internacional, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra (...). Para alcanzar ese objetivo no se mantendrán fuerzas terrestres, ningún potencial bélico, ni se reconocerá el derecho del estado a la beligerancia", reza el artículo 9 de su Carta Magna. Ahora todo esto parece cambiar a pasos agigantados con el rearme mundial y, en particular, el europeo.

EEUU se ha encontrado con una frente inesperado que está generando tensión, en particular en su sector bancario. Los impagos se están disparando provocado por un verdadero tsunami de estudiantes endeudados que han renunciado a devolver sus préstamos. Los pagos llevaban condonados años por parte de la administración de Biden, una medida de la pandemia que se extendió hasta la actualidad. Sin embargo, a pesar de que creían que pasaría de puntillas sobre este asunto, Trump ha optado por retirar esta medida y obligar a pagar a millones de jóvenes, que, en buena medida, han optado por no hacerlo, algo que ha provocado importantes movimientos estadísticos.

El estrecho de Ormuz es el cuello de botella más importante del planeta y está en manos de una Irán que deja la habla abiertamente de bloquearlo. Por ese paso angosto cruza el 20% de suministro mundial de petróleo y del gas del planeta. Es la arteria que permite que los mercados y el sistema energético mundial respiren. Sin embargo, la escalada en la región está poniéndolo en el foco y crece el temor a que los problemas emerjan en sus aguas. Al margen de un cierre total, se evalúan la opción de ataques concretos, como ocurrió precisamente en la escalada EEUU-Irán del primer mandato de Trump. Los expertos lo tienen claro, solo esta incertidumbre podría disparar los precios de la energía, particularmente en Europa y China, que se han encomendado a Catar para abastecerse. De momento ya hay diversos grupos navieros que se alejan de Ormuz ante la escalada de la tensión. Además, desde la propia Irán se habla abiertamente de un control del estrecho de 100 días para someter diplomáticas a Israel y EEUU.

La industria del fracking estaba tirada en la lona. Los productores de crudo de EEUU se enfrentaban a una situación como mínimo peliaguda. La caída del precio del petróleo orquestada por los países de Oriente Medio a través de la OPEP había sido intensa y se estaba prolongando más de lo que le gustaría a los productores americanos, que ya estaban empezando a ahogarse en el petróleo barato. Algunos de ellos inclusose habían manifestado en contra de su 'ídolo' Donald Trump por permitir y fomentar esta situación de un mercado inundado de petróleo que había llevado al barril de West Texas a la zona de 50 dólares. Sin embargo, en cuestión de horas, el mismo villano ha vuelto a convertirse en 'ídolo' y la región que estaba hundiendo el petróleo lo está reanimando ahora. La guerra entre Israel (apoyado por EEUU) e Irán se ha convertido en un inesperado salvavidas para el fracking de EEUU y el petróleo americano, que podrían volver a respirar si la situación se prolonga. Algunos incluso llegarán a pensar que este conflicto en una suerte de estrategia de Trump para que el petróleo de EEUU gane terreno y relevancia, mientras que el crudo de Oriente Medio sufre los golpes de la guerra y el riesgo de un posible cierre del Estrecho de Ormuz.

Cuando Donald Trump ganó las elecciones el S&P 500 y el resto de índices de Wall Street se dispararon. Detrás de esto estaba la teoría generalizada de una gran rotación. Tras un año y medio potentes alzas a lomos de la IA y unas pocas elegidas (las Siete Magníficas), las políticas del republicano consagrarían ese giro radical de unas pequeñas, medianas empresas y sectores tradicionales 'on fire' cogiendo el relevo. Esta es una teoría que fue replicada por prácticamente todos los expertos de Wall Street, un ejemplo evidente es que desde JP Morgan esperaban un potente crecimiento del Russell 200 (índice que recoge a las firmas de menor capitalización). Sin embargo, dejan claro que "las expectativas no se han correspondido con la realidad".

El caos parecía volver a extenderse por Oriente Medio. Un toma y daca de ataques entre Israel e Irán parece estar desescalando con la noticia de que Irán buscará de forma urgente el fin de las hostilidades, sentándose a la mesa de negociación. Esta situación ha llevado a que el barril de petróleo suba con fuerza y que crezca la incertidumbre en todo el mundo. Ahora, aunque el crudo caiga con el paso adelante desde Teherán, desde Bruselas se mira con ansia lo que pase en el país persa. El futro de la UE depende de que esta distensión cristalice.

Desde la guerra en Ucrania los precios de la electricidad se han disparado en media Europa. Tal es la amenaza que este ha sido uno de los factores claves que explicó la decadencia de una industria como la alemana, que basaba su modelo en el gas ruso barato y que se encontraba con que ahora sus costes estaban por los cielos. De una forma opuesta, España se ha presentado como una isla energética con un gran dominio de las renovables que garantiza unos precios estructuralmente más bajos. Un viento de cola clave para la industria manufacturera y un gran impulso para la inversión en el mismo… o no.

Las consecuencias del apagón ya están aquí. Tal y como se venía viendo en los datos de Red Eléctrica Española, se ha disparado el uso de ciclo combinado (un sistema que usa gas y vapor para generar electricidad) para mantener un sistema reforzado que garantice la estabilidad tras el incidente. La misma vicepresidenta y ministra de Transición Energética, Sara Aagesen confirmó que esto estaba disparando los servicios de ajuste, que han pasado de 14 euros el megavatio hora a un rango de entre 25 y 27. "Actualmente el operador está en un sistema reforzado, como poner un antibiótico de alto espectro para evitar que algo pueda volver a pasar". Sin embargo, había un gran escudo que impedía que este golpe se materializase para muchos hogares y empresas y ahora se están cayendo: los contratos fijos.