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El sorpasso del oro al euro como activo de reserva revela un cambio mucho mayor: el dinero fiat es cada vez menos fiable

  • El peso del oro ya alcanza el 20% de las reservas de los bancos centrales frente al 16% del euro
  • Algunos expertos ven un cambio de modelo financiero global 
Oro y euros (Getty)

Siempre el oro. Cada vez que las turbulencias geopolíticas y financieras se convierten en la norma, el oro aparece como gran activo refugio. Esta vez no podía ser diferente, sobre todo porque el riesgo parece venir por todos lados y las monedas fiat no pasan por su mejor momento: Rusia y Ucrania, Oriente Medio, India y Pakistán, China… y cómo no, Donald Trump en EEUU. La tranquilidad y la certidumbre parecen haberse convertido en la excepción en un mundo dominado por el caos y las amenazas. Con todo lo anterior, no parece tan raro que el nerviosismo se esté imponiendo entre los inversores y bancos centrales que buscan acumular oro a marchas forzadas para pertrecharse ante un posible shock, conflicto o simplemente como una forma de diversificar sus activos de reserva con un activo cada vez más valioso.

Tal es la situación, que el propio Banco Central Europeo ha publicado un análisis en el que admite que el oro ha superado por primera vez en la historia al euro como activo de reserva global… por bastante: "Con el precio del oro alcanzando nuevos máximos, el peso del oro en las reservas extranjeras mundiales a precios de mercado alcanza el 20%, superando la participación del euro (16%)". La razón de este sorpasso es el miedo y la diversificación ante una menor confianza en las divisas fiduciarias tradicionales (el dinero fiat), que pueden ser emitidas a capricho por los propios bancos centrales.

Con todo, los bancos centrales han comprado más de 1.000 toneladas de oro en 2024, el doble de la cantidad anual media registrada en la década anterior. "Las reservas mundiales de oro de los bancos centrales ascienden actualmente a 36.000 toneladas, cerca del máximo histórico de 38.000 toneladas alcanzado en 1965 durante la era de Bretton Woods", explican desde el BCE.

Con el precio del oro en 3.300 dólares la onza, su participación en las reservas mundiales de divisas a precios de mercado rebasa ya el 20%, superando con creces la del euro que se encuentra en el 16%. "Los datos de las encuestas sugieren que dos tercios de los bancos centrales invirtieron en oro con fines de diversificación, mientras que dos quintos lo hicieron como protección contra el riesgo geopolítico".

Desde el propio Banco de Italia, en uno de los apartados de su web, admiten que "otra buena razón para mantener una posición importante en oro es la protección contra la alta inflación, ya que el oro tiende a mantener su valor a lo largo del tiempo. Además, a diferencia de las monedas extranjeras, el oro no puede depreciarse ni devaluarse como resultado de una pérdida de confianza. Por lo tanto, cuando estalla una crisis cambiaria, los bancos centrales pueden utilizar el oro, al igual que sus reservas oficiales de divisas, para reforzar la confianza en la moneda nacional; lo hacen utilizando el oro como garantía para préstamos o, como último recurso, vendiéndolo para comprar moneda nacional y mantener su valor. Unas grandes reservas de oro otorgan a los bancos centrales un amplio margen de maniobra para preservar la confianza en el sistema financiero nacional", explica la nota

Paul Wong, un gestor con más 37 años de experiencia en el sector de inversiones y analistas en Sprott Asset Management explica que la fuerte subida del oro es la otra cara de la caída o erosión de la confianza global en el dólar. Todo hace indicar que no hay un activo de reserva que pueda ser una alternativa real al dólar, pero mientras que este activo aparece (si es que termina apareciendo), el oro no parará de subir. El problema es que su oferta nueva está muy limitada, cada año se producen unas 3.600 toneladas de oro nuevo y se cree que esta cifra pronto comenzará a disminuir. Esta oferta limitada, por otro, es la que incrementa el atractivo del metal precioso, puesto que no puede producirse forma ilimitada como si ocurre con el dinero fiat. La moneda fiat, o dinero fiat, es una moneda cuyo valor está decretado por una autoridad gubernamental (como el gobierno central) y no está respaldada por un metal precioso como el oro o la plata. Su valor proviene de la confianza y la aceptación generalizada en su uso como medio de cambio. El euro o el dólar son monedas fiat.

¿Un nuevo orden financiero?

El propio BCE señala en su artículo que "algunos bancos centrales de economías emergentes y en desarrollo han mencionado la preocupación por las sanciones (las sanciones sobre Rusia que han congelado cientos de miles de dólares) y la posible erosión del papel de las principales monedas. Uno de cada cuatro bancos centrales mencionó la preocupación por las sanciones o la anticipación de cambios en el sistema monetario internacional como determinantes de su exposición al oro. La reciente acumulación de reservas de oro por parte de las instituciones oficiales tiende a concentrarse en muy pocos países (China, Turquía e India, por ejemplo).

El ascenso del oro más allá de un movimiento coyuntural, con tres años a sus espaldas sin parar de ganar influencia, está marcando un cambio en el sistema financiero global. Según London Gold Exchange comenta que hasta la guerra de Ucrania "el oro simplemente era un refugio seguro" y que estos años se está volviendo a posicionar como "un elemento clave en la reconfiguración del poder financiero global". Un giro que se cristaliza con el 'sorpasso al euro'.

"La resiliencia del oro ha demostrado el potencial de ser uno de los grandes sustentos de un nuevo orden económico más multipolar"

Según la institución la clave estuvo en las dudas del liderazgo mundial de EEUU como el líder absoluto del sistema por los problemas de los últimos meses del "excepcionalismo americano", la cada vez más insostenible carga de deuda pero especialmente, el uso de herramientas económicas como el mismo dólar como arma política. Ante estos tres elementos la guerra de Ucrania fue clave pues según la firma "la resiliencia que mostró Rusia, incluida su exclusión del sistema de pagos Swift, demostró a otras naciones las posibilidades que ofrecían sistemas financieros no basados en el dólar".

En el caso de Rusia el oro fue el factor decisivo con cerca del 21,7% del total de sus reservas estaban en este activo el mes anterior a la guerra. Putin llevaba desde 2014, tras las primeras sanciones por la anexión de Ucrania, incrementando su exposición a este metal para que, en caso de sanciones, tuviera un activo con el proteger sus reservas exógenas. Este éxito ruso en la defensa frente a las sanciones han llevado a que "el oro pueda emerger como una piedra angular de una nueva arquitectura financiera", según el London Gold Exchange. Más allá de ser un complemento temporal contra la inflación, el rol que tenía hasta ahora, su papel puede alcanzar nueva cotas. "Su resiliencia ha demostrado el potencial de ser uno de los grandes sustentos de un nuevo orden económico más multipolar". Su ascenso "se posiciona como una de las narrativas más fascinantes de nuestro tiempo en una era de transformación de la arquitectura financiera global".

Una demanda desaforada

Si bien parecía que las compras de los bancos centrales y los inversores de oro se templaban tras unos años de auténtica locura, el ascenso de Donald Trump y los movimientos de la economía norteamericana han mantenido esa tendencia. Desde Caixabank explican en un reciente informe que las enormes subidas del 27% se deben precisamente a la alta demanda. "Tanto los inversores como los bancos centrales han intensificado la demanda a finales de 2024 y, hasta la fecha, las dinámicas detrás de esto se mantienen".

Beatriz Villafranca Serrano, analista del banco español explica que tanto inversores como bancos centrales han visto ahora una oportunidad ante la caída del dólar. "El precio del oro está denominado en dólares, y, cuando el dólar se debilita, el oro se hace más asequible para aquellos tenedores de otras divisas". En resumen, para todos los bancos centrales del planeta e inversores cuya moneda no es el dólar, han visto de golpe como el metal amarillo es más asequible.

Todo ello en un momento en el que la rentabilidad esperada en otros activos alternativos, como bonos, que compiten abiertamente con el oro como valor refugio, tienen unas peores perspectivas dada la trayectoria de los tipos de interés en las principales economías del mundo. El oro ofrece un refugio más prometedor que una deuda que, aparentemente, tiene unos rendimientos a la baja.

"El ritmo de compras de los bancos centralesinstituciones se ha duplicado desde la guerra de Ucrania"

Sin embargo, el factor principal que ha movido la demanda de oro los últimos años ha sido, precisamente, la demanda de los bancos centrales. Diversos países están buscando por motivos geopolíticos (evitar el daño de posibles sanciones) y económicos, reducir su dependencia del dólar. En ese contexto desde Caixabank indican que "el oro ha emergido en las reservas internacionales dado su gran papel de reserva de valor a largo plazo". Si bien es una tendencia que lleva en marcha desde 2010, "el ritmo de compras de estas instituciones se ha duplicado desde la guerra de Ucrania" y un mundo cada vez más fragmentado solo suma gasolina a esa tendencia.

Los principales bancos centrales que han protagonizado en la primera mitad del año este movimiento han sido Polonia, China, Kazajistán, República Checa y la India. Los datos del Consejo Mundial del oro muestran que desde la guerra de Ucrania se han comprado cerca de 1.044 toneladas de lingotes en 2022 por los bancos centrales del mundo, otras 1.037 en 2023 y 1.044 en 2024. Según la institución solo el primer trimestre se compraron 244 toneladas y la consultora Metal Focus estima que volverán a superar las 1.000 toneladas compradas en 2025. Para entender la relevancia de estos datos, ya en 2022 se produjo la mayor compra de oro desde 1950, cuando el metal aún vertebraba el sistema financiero mundial. Desde entonces este activo se había ido vendiendo por parte de los bancos centrales y, por lo tanto, estos años estamos viendo un proceso de compras aceleradas que no se veían desde el epílogo de la Segunda Guerra Mundial.

Ante este situación, el metal amarillo está emergiendo como un activo de reserva clave. Todo esto en un contexto en que se habla de que la debilidad del dólar puede reforzar liderazgos alternativos como el euro. La misma Christine Lagarde ha hablado de esta posibilidad alegando que la UE se encuentra ante la oportunidad de un rol reforzado de su divisa en el mercado internacional.

De momento esto no está cristalizando en los datos con un mayor aumento de las tenencias de la divisa paneuroprea. En el análisis del banco central mostraba ese estancamiento en el 20%. Y mientras esta batalla entre divisas sigue presente, el oro ha emergido de forma consistente como el gran ganador alternativo que sí está ganando espacio como activo de reserva para las instituciones. Una base sobre la que ha construido un poderoso rally que le ha permitido superar incluso a la renta variable siendo un activo considerado seguro. Queda por ver si el ascenso de la materia prima se mantendrá en este momento crítico para el equilibrio financiero global.

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