Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

China es el mayor consumidor de petróleo del mundo. El país asiático necesita alrededor de 15-16 millones de barriles de crudo cada día para 'engrasar' su economía. Una buena parte de ellos proceden de importaciones, puesto que China no produce suficiente crudo para nutrir a su economía. No obstante, algo curioso está sucediendo en el 'gigante asiático'. Pese a que su economía se está ralentizando y su producción de crudo interno está en máximos históricos (lo que debería reducir la dependencia exterior), las importaciones de petróleo están alcanzando un nuevo récord. ¿Qué está pasando en China? Todo hace indicar que Pekín sigue con su estrategia de acumular petróleo, una 'chispa' que puede prender un mercado de crudo expuesto ya a las tensiones geopolíticas y recortes de la OPEP.

Los recientes resultados empresariales de EEUU, con la banca a la cabeza, han hecho resurgir un temor que parecía olvidado: una crisis en las oficinas que sacuda por completo al sector financiero. La voz de alarma la ha dado Wells Fargo especialmente, seguida de otras empresas. El problema viene precisamente de una peligrosa combinación entre unos tipos de interés altos y un teletrabajo en aumento. Estos dos factores han provocado que muchos propietarios de oficinas, que vivían de arrendarlas a otras firmas, vean como les compensa proceder a incumplir sus pagos. Un serio problema para los bancos que ven como aumentan los impagos y los activos sobre los que están asegurados tienen ahora un valor mucho más bajo.

Uno de los países más contrarios al euro está cogiendo velocidad de crucero para renunciar a su propia divisa y abrazar definitivamente la moneda de la UE. El destino de la República Checa parece más encaminado que nunca hacia este objetivo después del discurso de Año Nuevo de su presidente, Petr Pavel, en el que habló abiertamente de que el país dará "pasos concretos e inminentes" hacia la adopción del euro como la divisa nacional. Este anuncio supone un punto claro en un país que lleva 20 años (desde 2004) retrasando su uso debido a las dudas dentro de sus fronteras de renunciar a su propia divisa.

La Reserva Federal de EEUU está en un momento histórico y los mercados miran con lupa cada movimiento, cada dato macroeconómico y cada mínima declaración para anticiparse. Una inflación en retroceso, unos buenos datos macroeconómicos y una reunión de diciembre donde la propia Fed ya hablaba en términos más laxos y reconocía recortes de tipos desataron una auténtica oleada de euforia. Sin embargo, a medida que pasan las semanas, los analistas están advirtiendo de que ese optimismo (que apunta incluso a siete recortes de 25 puntos básicos para 2024 empezando en marzo) es quizás excesivo y los últimos datos han supuesto un cierto jarro de agua fría.

Justo cuando Moscú está lidiando contra las sanciones más duras a las que se ha enfrentado en su historia reciente, la industria rusa está incrementando la perforación de suelo para extraer petróleo. Esto, que parece una auténtica incoherencia, revela que las sanciones que EEUU y el resto de Occidente han impuesto sobre el crudo ruso no han logrado su objetivo. Pero, por otro lado, también puede ser síntoma de una situación preocupante: los pozos de petróleo activos están empezando a agotarse. Según ha publicado la agencia Bloomberg, Rusia va camino de anotarse dos años récords de perforación.

China ha proclamado abiertamente que Taiwán es su principal objetivo. Desde Pekín no esconden su rivalidad con la isla y saben que tiene un punto débil. Esta vulnerabilidad no viene de sus defensas naturales, ni su ejército, se trata de una economía totalmente dependiente del exterior y, particularmente, del gigante asiático. Las exportaciones representan cerca del 70% del PIB de Taiwán y las ventas a China suponen, históricamente, el 40% de todo su comercio.

Una ola de frío se ha adueñado de Europa. En Polonia hay temperaturas de 27 grados bajo cero con nevadas de cinco centímetros, mientras que en Alemania algunas regiones se encuentran a menos de 15 grados. Francia y Holanda también son presas del frío, mientras que ni siquiera países mediterráneos como España se salvan . Con esta carta de presentación llega el invierno en el Viejo Continente, la estación más fría del año, que obligará a hogares y a empresas a disparar su consumo de gas para protegerse de las bajas temperaturas.

Noruega se ha convertido en unos de los principales países del mundo en dar un paso histórico: abrir el océano a la minería comercial. El país nórdico ha aprobado una ley por la que la minería en aguas profundas queda abierta para la posible explotación comercial de los recursos que se esconden en el fondo del océano. Desde Oslo esperan, gracias a esta medida, conseguir un impulso económico clave a medio plazo gracias a la venta y suministro hacia Europa y EEUU de materiales críticos para la transición ecológica que se pueden producir gracias a este formato. Este movimiento supone un cambio radical en cuestión de unos pocos años, pues Noruega, pues en 2021 lideró el Panel internacional para una economía oceánica sostenible. Se trata un organismo dirigido a salvaguardar la salud y diversidad de los ecosistemas oceánicos, mientras que ahora esta decisión ha sido criticada por dejar de lado este compromiso.

China ha logrado un nuevo récord de producción de petróleo y gas. Los titánicos esfuerzos del gigante asiático están dando sus frutos, aunque estos 'frutos' son cada año menos accesibles y tienen menos 'carne'. La producción nacional de crudo se ha situado de media en los 4,16 millones de barriles diarios, según los datos publicados por la televisión oficial del Gobierno de China. De este modo, el 'gigante asiático' sigue siendo el sexto mayor productor de crudo del mundo, aunque se acerca a Irak, que es el quinto mayor productor de petróleo del mundo con 4,3 millones de barriles diarios.

Europa podría estar a las puertas de una guerra comercial con China que sacuda los cimientos de una de las industrias más importantes del viejo continente: el motor. Las exportaciones de vehículos son un factor clave para sostener la balanza comercial europea. De hecho, el sector automotriz supone cerca del 10% de toda la industria manufacturera de la UE. Ahora mismo todo este segmento se encuentra ante un momento histórico que puede definir su futuro, la transición al coche eléctrico. Sin embargo, este camino podría empezar con un conflicto, una guerra comercial con uno de los socios comerciales más importantes de la región. Una batalla que se enmarca también en un pulso por que la nueva era no arrastre a los gigantes industriales de Europa a un Pekín que está apostando todo al coche eléctrico.