
Justo cuando Moscú está lidiando contra las sanciones más duras a las que se ha enfrentado en su historia reciente, la industria rusa está incrementando la perforación de suelo para extraer petróleo. Esto, que parece una auténtica incoherencia, revela que las sanciones que EEUU y el resto de Occidente han impuesto sobre el crudo ruso no han logrado su objetivo. Pero, por otro lado, también puede ser síntoma de una situación preocupante: los pozos de petróleo activos están empezando a agotarse. Según ha publicado la agencia Bloomberg, Rusia va camino de anotarse dos años récords de perforación.
El auge de la actividad se produjo junto con una recuperación tanto del volumen como del valor de las exportaciones de petróleo de Rusia, cuya producción de crudo se encuentra cerca de los 10 millones de barriles diarios, un claro ejemplo de cómo la industria de combustibles fósiles del país ha sido una fuente crucial de fondos para financiar la guerra del presidente Vladimir Putin en Ucrania, que está a punto de entrar en la parte final de su tercer año.
Rusia solo está produciendo ligeramente por debajo de sus niveles previos a las sanciones, cuando bombeaba una media de 10,5 millones de barriles por día. Según datos del propio Gobierno, esperan que en 2023 se produzcan 527 millones de toneladas métricas entre crudo y gas frente a las 535 millones logradas el año pasado. Además, la encuesta de la OPEP+ muestra que el grupo espera que reduzca aún más la cifra en 2024 hasta los 515 millones. Los recortes del cartel y las propias sanciones están poniendo techo a la producción rusa, lo que hace que su boom perforador sea aún más misterioso. ¿Por qué invertir tanto en perforación si Rusia no puede colocar más petróleo en el mercado?
"Rusia es sustancialmente más independiente de su industria del petróleo de lo que generalmente se aprecia", asegura Ronald Smith, analista de petróleo y gas de BCS Global Markets, con sede en Moscú. En los primeros 11 meses de 2023, Rusia perforó pozos de producción de petróleo con una profundidad total de 28.100 kilómetros, según datos de la industria revisados por Bloomberg. Esto va camino de superar el récord postsoviético del año pasado.
El ritmo frenético de las perforaciones –en medio de una producción bastante estática– también ofrece pistas sobre lo que puede estar pasando. Algunos expertos creen que esto revela algunos problemas a largo plazo que pueden estar acumulándose en el sector petrolero de Rusia como resultado del aislamiento internacional de Moscú. La industria está trabajando más duro para mantener la producción de sus pozos más antiguos, mientras que los nuevos proyectos, que sustentarían la producción en las próximas décadas, deben adaptarse a las nuevas circunstancias del país.
No obstante, "solo el 15% del mercado interno de perforación del país depende de tecnologías de las llamadas naciones hostiles", asegura Daria Melnik, vicepresidenta de exploración y producción de la firma de investigación Rystad Energy, con sede en Oslo. La retirada de Rusia de las principales empresas occidentales de servicios petroleros no ha tenido demasiado impacto porque no se llevaron material ni maquinaria de sus filiales. Estas operaciones "fueron vendidas en su mayor parte a otras firmas rusas, conservando el know-how acumulado a lo largo de los años", comenta Viktor Katona, analista principal de crudo de Kpler.
Además, Rusia sigue importando tecnología occidental a pesar de las sanciones, tanto la bélica como la petrolera. Así lo defiende el instituto KSE, que ha defendido en su último informe que están haciéndose con ella a través de terceros países que están canalizando componentes críticos. Esta nueva 'cadena de suministro' de Rusia pasa por países como China, Turquía o Emiratos Arabes Unidos. Según KSE, gracias a estos países las tecnologías de origen occidental siguen representando cerca del 50% de las importadas.
"Es necesario abrir nuevos pozos, ya que los yacimientos que actualmente producen crudo se están agotando"
El récord de perforación es una señal de la resistencia de Rusia a las sanciones energéticas occidentales, pero el ritmo de la actividad también conlleva una advertencia. A lo largo de los años, el aumento y la caída de la perforación del país se han movido en gran medida en sincronía con los cambios en la producción, según muestran los datos históricos. Sin embargo, en 2023, el auge de la perforación se produjo junto con los recortes de producción que Moscú está implementando en conjunto con la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Eso sugiere que el alto nivel de actividad es necesario simplemente para mantener la producción.
"La razón principal del crecimiento de la perforación en Rusia es la necesidad de abrir nuevos pozos", sostiene Gennadii Masakov, director del centro de investigación y conocimiento de Yakov & Partners. "Es necesario abrir nuevos pozos, ya que los yacimientos que actualmente producen crudo se están agotando", sentencia este experto
En 2022, los campos que habían estado en funcionamiento durante más de cinco años representaban casi el 96% de la producción total de líquidos de Rusia, según un artículo de investigación del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford. Muchos de esos proyectos upstream ya han superado sus niveles máximos de producción, según el periódico. "El declive natural es un factor rutinario" para la industria del país, dijo Sergey Vakulenko, un veterano de la industria que pasó 10 de sus 25 años de carrera como ejecutivo en un productor de petróleo ruso.
Estar listos para una OPEP sin recortes
Desde Rusia ofrecen una explicación más optimista de por qué están expandiendo sus pozos, pero al mismo tiempo reducen la producción. Según la patronal de las empresas petroleras del país, esto tiene que ver con los movimientos de Moscú de la mano de la OCDE. Rusia es aliado del cártel y está colaborando en particular con Arabia Saudí para drenar el mercado de petróleo ante la inyección masiva de producción de EEUU, nuevos actores y una demanda más débil.
Rusia ya ha recortado cerca de 300.000 barriles en un pacto bilateral voluntario con Riad. Sin embargo el propio Alexander Novak, ministro de Energía del país, reconoció en diciembre que están abiertos a una ampliación en el corto plazo de, al menos, 50.000 barriles diarios más. Incluso se mostró favorable a una medida de un mayor alcance más adelante.
"La perforación de desarrollo no aumenta la producción directamente, pero contribuye a la capacidad de producción futura"
Según la patronal rusa, quieren mantener fuerte su capacidad de producción con nuevos yacimientos para, en cuanto estos recortes toquen a su fin, poder inyectar de forma rápida el mayor número de barriles posibles en el mercado. "Los actores del mercado petrolero quieren estar completamente armados para cuando llegue ese momento". Sin embargo, también reconocen que en buena medida necesitan abrir pozos nuevos "par mantener la producción actual, dado que muchos yacimiento ya están maduros, en particular los de Siberia Occidental".
En cualquier caso, la posibilidad de que Rusia esté preparándose para el mercado del petróleo del futuro es una realidad que valoran los analistas. Desde Kpler abrían la puerta a este escenario alegando que "la perforación de desarrollo no aumenta la producción directamente, pero contribuye a la capacidad de producción futura, que es lo que los productores rusos podrían estar haciendo en este momento". Esto, según la firma, podría ser una apuesta de las empresas del sector, sobre que en el futuro tocará producir más.
Las sanciones no funcionan
En cualquier caso, esta expansión supone un golpe a los planes de EEUU y la UE que no solo buscaban detener la producción de Rusia, sino que querían que la falta de maquinaría y los problemas de demanda derivasen en un golpe devastador que dañase su capacidad de producción en años venideros, bloqueando la apertura de nuevos proyectos.
En un informe de este mismo 2023, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos reconocía que el objetivo principal de las sanciones. "Más allá de buscar el éxito en la reducción de los ingresos energéticos de Rusia, se están tomando medidas para limitar sus futuras capacidades extractivas". Entre estas medidas destacaban sanciones contra los intercambios tecnológicos que les permitan adquirir equipo y empresas que generen talento con el que poner en marcha nuevas plantas.
En cualquier caso, Estados Unidos y la UE no se han rendido en su empeño de dañar al tejido industrial petrolero ruso. De hecho el Departamento del Tesoro anunció este diciembre una nueva batería de sanciones a empresas de todo el mundo para que Rusia no pueda eludir el 'límite de precios' de occidente utilizando a estas firmas para sus transacciones. Sin embargo, el tejido industrial del sector petrolero ruso no solo no está sufriendo por el momento, sino que está pudiendo expandir sus pozos de forma firme. Sin embargo, el partido se jugará en los próximos meses, donde EEUU puede redoblar sus esfuerzos para asediar económicamente a su rival y, con el paso de los años, hacer que sea más complicado reforzar su fuente de riqueza más importante.