La moneda nacional de Rusia está peor que antes del comienzo de la guerra. A pesar de las fuertes caídas y volatilidad que dominaron al rublo los primeros días de la guerra, las acciones del banco central de Rusia y el incremento notable de sus exportaciones provocaron que su divisa se disparase. Actualmente, no ha hecho más que caer mientras crecen las preocupaciones de que esta bajada provoque un resurgir de la inflación.