Escribiendo cosas económicas desde 2018, pero ya he pillado unas cuantas crisis. Di mis primeros pasos en Europa Press y luego en El Confidencial. Ahora sigo el rumbo del dinero y los mercados en El Economista.

Los datos de la inflación desatan el debate en Wall Street. La subida de precios se ha moderado al 6,5%, allanando el camino para que la Fed queme más rápido etapas y acabe antes el ciclo de tipos altos. Algunos expertos han lanzado las campanas al vuelo y señalado este momento como un punto de inflexión clave, mientras que otros piden calma advirtiendo de que, pese a ser buenos datos, no supondrán una diferencia remarcable de los planes de la Reserva Federal.

El lujo ha empezado el año 'on fire'. En poco más de dos semanas las principales empresas de este sector se han encontrado con subidas de dos dígitos, olvidándose de un 2022 mixto y, en algunos casos, conquistando máximos históricos en el parqué.

Tras dos meses y medio de claras subidas y unas sesiones especialmente alcistas en enero, el rumbo del euro todavía es incierto. Los expertos debaten entre la posibilidad de una revalorización de la divisa de la eurozona que permita volver a romper la paridad con el dólar, o un rally frustrado por una Fed aún agresiva en las subidas de tipos. En lo que todos coinciden es en que si Europa logra un euro más fuerte, sería una ventaja clave para las economías de la región en su lucha contra el alza de los precios.

Unas navidades anormalmente cálidas están insuflando vida a la economía Europea. Los futuros del precio del gas natural en el Viejo Continente se han desmoronado hasta un 10,4%, según los datos de ICE llegando al nivel más bajo desde febrero de 2022. Cuando empezó el conflicto con Ucrania y las sanciones de la Unión Europea había un gran temor respecto a un invierno sin gas ruso, con la demanda disparada por las bajas temperaturas, e incluso se habló de cortes de suministros para afrontar esta situación. Sin embargo, un clima inusualmente cálido para estas fechas del año en algunas de las ciudades clave, como Berlín, están permitiendo a los mercados, banqueros centrales y políticos actuar con más calma.

El año ya ha arrancado y los expertos ya comienzan a perfilar sus estrategias de cara un 2023 con unos protagonistas claros: los bancos centrales. A pesar de que en sus hojas de ruta tanto la Fed como el BCE han puesto un objetivo y un entorno claro respecto a las subidas de tipos de cara a este año, los primeros informes de este nuevo ciclo avisan de que creen que el techo no está claro, y esperan que las dos próximas reuniones puedan ayudar a arrojar algo de luz.

Salvo un milagro, 2022 se presenta como candidato a ser uno de los peores años de la historia para los inversores. Con una inflación desatada, encontrar refugio para los ahorros se ha convertido en un auténtico deporte de riesgo y solo dos tipos de activos entre todos los que se pueden encontrar en el mercado se han salvado de meses y meses de desplomes generalizados.

La deuda europea ha vivido un año agitado y con un final inesperado: Italia se ha convertido en la oveja negra de los inversores por delante de países como Grecia. Desde Roma han visto cómo su bono soberano a diez años ha vivido el mayor incremento de rentabilidad de todo el viejo continente, pasando de un 1,05% al 4,4%. Esto significa que los inversores han ignorado la renta fija transalpina en favor de otras inversiones o países que ofrezcan más certezas.

La inflación ya está aquí. Tras las políticas expansivas para combatir al covid, algunos de los principales mandatarios económicos negaron la posibilidad de una fuerte inflación. Este fue el caso de Janet Yellen que hablaba de un alza de precios "transitoria" en 2021 y que, como la gran mayoría de los países, postergaron las subidas de tipos hasta 2022, cuando estas tuvieron que ser de un ritmo frenético para contener la inflación.

En una época de crisis, los inversores han encontrado un refugio en la renta variable: el crimen. Algunos de los mayores expertos de Wall Street se han fijado en que mientras los sectores basados en el buen rumbo de la actividad económica se desmoronan, el negocio de las prisiones privadas ha emergido como un gran oasis en un Wall Street caótico. Mientras el S&P 500 se anota un descenso del 18,45% en lo que va de año, las principales cotizadas de este sector viven alzas superiores al 30%.

El llamado 'dot plot', en el que los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal pronostican los niveles en los que creen que cerrarán los tipos en los próximos años, ha revelado que los tipos altos han llegado para quedarse. Como había advertido su presidente, Jerome Powell, los tipos serán más altos de lo previsto durante más tiempo.