
Unas navidades anormalmente cálidas están insuflando vida a la economía Europea. Los futuros del precio del gas natural en el Viejo Continente se han desmoronado hasta un 10,4%, según los datos de ICE llegando al nivel más bajo desde febrero de 2022. Cuando empezó el conflicto con Ucrania y las sanciones de la Unión Europea había un gran temor respecto a un invierno sin gas ruso, con la demanda disparada por las bajas temperaturas, e incluso se habló de cortes de suministros para afrontar esta situación. Sin embargo, un clima inusualmente cálido para estas fechas del año en algunas de las ciudades clave, como Berlín, están permitiendo a los mercados, banqueros centrales y políticos actuar con más calma.
En países que eran muy dependientes del gas ruso antes de la guerra como Polonia y República Checa se han vivido en el recién estrenado 2023 unas máximas de 20 grados. En Países Bajos 17 y en España se viven temperaturas entre 5 y 12 grados superiores a las habituales. La media del año ya estaba siendo alta, para la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) es ya oficialmente el invierno más cálido en el país ibérico desde 1916 con medias de 15 grados.
El meteorólogo escocés Scott Duncan dijo a través de Twitter que "Acabamos de observar el día de enero más cálido registrado en muchos países de Europa". El experto prosiguió diciendo que se trata de cifras "verdaderamente sin precedentes en los registros modernos", dijo Duncan el domingo, y agregó que la intensidad y el alcance del calor en toda la región era " difícil de comprender ".
Los expertos creen que el momento en el que la nieve volverá a Europa y la demanda subirá será a partir del 15 de enero pero el resultado es que hasta ahora la demanda de gas ha sido mucho menor de lo esperado inicialmente. La Unión Europea apenas ha quemado el 17% de sus reservas de gas desde el inicio del invierno. Según los datos de Gas Infrastructure Europe, los almacenes de gas aún rebosan y se encuentran al 83% de su capacidad después de que los países miembros los llenaran a toda prisa en otoño para prepararse para unas navidades duras. Este suministro fue mayoritariamente de Estados Unidos, pero también se recurrió a otros socios como Qatar y Rusia aún sigue enviando gas a pesar del tope al precio pactado por los 27.
Al mismo tiempo que la demanda ha sido menor de lo esperado, en el lado de la oferta también hubo buenas noticias que justifican los mínimos del precio de la energía. Para empezar la producción solar y termoeléctrica (especialmente en países como Alemania) ha vivido un boom sin precedentes en 2022. Según datos de AleaSoft Energy Forecasting naciones como Países Bajos duplicó la potencia instalada respecto a 2021 con 8175 MW. Aunque la gran sorpresa durante el invierno ha venido de la mano de eólica marina. Según la Agencia Federal del medioambiente alemana las energía solar aumentó su producción un 23% respecto a 2021 con un 9% de incremento de producción en renovables. En total, todas las energías verdes produjeron 256 teravatios hora.
"Los mercados europeos se enfrentan ahora a un subconsumo masivo, combinado con un exceso de oferta", dijo Niek van Kouteren, comerciante principal de la empresa energética holandesa PZEM NV, en declaraciones a Bloomberg. "Los almacenes se han vuelto a llenar en las últimas dos semanas". "Mientras los pronósticos no muestran clima invernal, es probable que haya más pérdidas", dijeron analistas de la firma comercial Energi Danmark A/S en una nota.
Sin embargo, no todo son buenas noticias, aunque la suerte de un invierno cálido haya favorecido a la Eurozona, las tornas pueden cambiar rápidamente a lo largo de 2023. "Si las importaciones de gasoductos a la Unión Europea desde Rusia caen a cero en 2023 y la demanda china de GNL se recupera a los niveles de 2021, entonces la Unión Europea enfrenta una seria brecha entre la oferta y la demanda que se abre en 2023", dijo la Agencia Internacional de Energía (AIE) en un informe del 12 de diciembre.
Según la institución el déficit de gas en la UE para 2023 podría situarse en los 57.000 millones de metros cúbicos, un 15% de la demanda, provocando problemas y obligando a la UE a un sobrecoste de 100.000 millones de euros para solventar la diferencia.