
El llamado 'dot plot', en el que los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal pronostican los niveles en los que creen que cerrarán los tipos en los próximos años, ha revelado que los tipos altos han llegado para quedarse. Como había advertido su presidente, Jerome Powell, los tipos serán más altos de lo previsto durante más tiempo.
La hoja de ruta de la Fed apunta a que los tipos terminen 2023 probablemente en el 5%-5,25%, medio punto porcentual por encima de lo que habían anticipado en el encuentro de septiembre. Igualmente, las bajadas serán más lentas: los miembros de la dirección del banco central prevén que solo bajen a alrededor del 4% en 2024, medio punto más de lo esperado en su última reunión. Y en 2025, solo un miembro de la Fed espera que los tipos ya hayan bajado hasta el 2,5% que calculan como objetivo a largo plazo. La mayoría prevén que superen el 3%, y hasta un 'halcón' cree que se quedarán estancados en el 5,5% sine die.
La gran pregunta de las últimas semanas era hasta qué punto subirían los tipos, después de que las previsiones anteriores quedaran arrasadas por la persistencia de la inflación. Powell dijo en la última reunión, y reiteró en un evento a principios de mes, que la clave de la política monetaria no estaría en el ritmo de las subidas, sino "hasta cuánto" tendrían que subir los tipos para conseguir un nivel adecuado de restricción al consumo.
En el anterior 'dot plot', publicado en la reunión de septiembre, la mayoría de los miembros esperaba terminar el año con los tipos entre el 4% y el 4,25%, y la media del cierre de 2023 apuntaba al 4,5%. Y estas proyecciones ya suponían un salto notable frente al 3,25% en que esperaban cerrar este año en la reunión de junio, y el 3,75% que aventuraban para 2023 hace seis meses. En aquel entonces se creía que solo sería necesario subir los tipos entre 25 y 50 puntos básicos en noviembre, frente a los 75 que finalmente se aplicaron.
Sin embargo, ya son dos meses consecutivos que la inflación ha dado señales positivas: ayer, el IPC sorprendió a la baja, cayendo dos décimas más de lo esperado, hasta el 7,15%. Los precios llevan ya 5 meses moderando sus subidas, y, al contrario que en los tres primeros de frenada, en octubre y noviembre los datos batieron las expectativas, indicando que las medidas de la Fed están empezando a notarse claramente en la economía.
Aun así, la preocupación del banco central es que la inflación se estanque en niveles relativamente altos, del 4%-5%, y de ahí la determinación de mantener los tipos altos durante más tiempo, para asegurarse de que no levantan el pedal del freno antes de tiempo. El gráfico de hoy ya deja claro que no piensan bajar el ritmo hasta 2025.
Respecto a las previsiones macroeconómicas que realizan en su hoja de ruta, la recesión es una posibilidad para algunos de los miembros de la Reserva Federal. A pesar de que la media estima que el PIB Estados Unidos tendrá un leve crecimiento cerca del 0,5%, algunos ofrecen proyecciones de crecimiento negativo. Esta recesión solo se daría en 2023 para los próximos años consolidar una posición cercana al 2%.
Sobre a la inflación, los miembros del Comité dan por hecho que habrá una fuerte corrección en 2023 donde creen que lograría reducirla hasta el entorno del 3%. Según sus estimaciones en 2024 ya estarían rondando el 2% para finalmente conquistarlo en 2025, donde prevalecería en los años posteriores.
Los datos de desempleo son menos optimistas. Con un 3,7% de población desempleada actualmente, creen que la subida de tipos y una economía más débil, el mercado laboral se resentirá los próximos años. Sus previsiones apuntan a en 2023 se situará en el 4,5% y se mantendrá en este rango de cara a los próximos años.