No se puede sorber y soplar a la vez y eso es algo que el miércoles Jerome Powell terminó de asumir después de la reunión en la que la Reserva Federal elevó en 75 puntos básicos, hasta el 1,25-1,50%, los tipos de interés en Estados Unidos. Y es que el propio dot plot publicado este miércoles señala que los miembros del FOMC (Comité Federal del Mercado Abierto) visualizan los tipos más entre el 2% y el 2,5% a largo plazo, muy por debajo del 3,5-4% que se prevé entre 2022 y 2023.
Esta es la primera señal de que esperan ganar la batalla de la inflación, pero también de que puede haber una recesión que les obligue a volver sobre sus pasos en poco tiempo. "El hecho de que eliminaran el mensaje que suelen dar sobre la fortaleza del mercado laboral y la previsión de la tasa de paro en el 4,1% [desde el 3,6%] actual para 2024 nos dice que están sugiriendo una recesión como un riesgo que hay que correr para poder bajar la inflación al 2%", explican desde Candriam. Luis Artero, de JP Morgan Banca Privada España, apunta que "parece claro que el único objetivo de la Fed es contener la inflación y las posibilidades de que este ciclo agresivo de subida de tipos tenga efectos negativos en el crecimiento están aumentando".

Según los modelos económicos que elabora Bloomberg Economics, la probabilidad de recesión en el primer trimestre de 2024 se ha multiplicado en los últimos meses. En marzo, este nivel estaba por debajo del 20% y ahora ya marca el 72%.
Desde Federated Hermes Limited arguyen que "los inversores no saben si la política de la Fed va a ser suficiente para evitar una desaceleración económica, lo que supondría una mayor presión sobre los precios de los consumidores, que ya se tambalean por los precios récord de la energía y la inflación galopante". "Vemos cada vez más probable que sea necesaria una recesión y un aumento del desempleo para controlar la inflación", concluyen.
Reacción en mercado
En la jornada de este jueves, las operaciones sobre la renta fija pública se dieron la vuelta con respecto a lo que sucedió el miércoles ya que volvieron las ventas, no solo en los bonos americanos sino también en los europeos, que recordemos que también tuvieron un evento clave con la reunión de urgencia del BCE. En este sentido, cabe señalar que aunque la rentabilidades de las principales referencias del Viejo Continente volvieron a ascender, las primas de riesgo periféricas se redujeron por segunda semana jornada consecutiva.
También en la bolsa se está empezando a descontar un panorama de recesión. Más allá de que el S&P 500 haya entrado en territorio bajista al superar la caída del 20% desde máximos, los analistas de JP Morgan explican que su cotización actual implica una probabilidad de recesión del 85%.
Esta probabilidad, medida a través de los estrategas quants y de derivados, está basada en el 26% que ha caído de media este índice en las últimas 11 recesiones. "Cada hay más temor sobre el peligro de vez la recesión entre los agentes del mercado y esto puede ser una profecía autocumplida si continúa alentando un cambio de comportamiento entre los inversores, como recortar el gasto; el riesgo a un error de la Fed se ha incrementado", concluyen.
La inversión de la curva avala la recesión
La curva de tipos estadounidense ha vuelto a dar una señal de recesión, al invertirse entre los tramos a 2 y 10 años el miércoles, antes de la reunión de la Fed. Se trata de un indicador que históricamente ha servido para anticipar la llegada de una recesión técnica en la economía. Con la inversión de la curva, el mercado confirma que espera que los tipos de interés sean más altos en un plazo de 2 años de lo que serán a futuro, por lo que anticipan un recorte de tipos que encaja con la perspectiva que manejan los miembros de la Fed. La última vez que la curva se invirtió fue el pasado mes de abril, cuando el bono a 2 años ofrecía una rentabilidad 8 puntos básicos por encima de la que ofrecía el bono a 10 años.