- 24/03/2020, 18:49
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Tue, 24 Mar 2020 18:49:00 +0100
Señalaba Oscar Wilde que no hay nada más real en este mundo que la muerte y los impuestos. Sin embargo, en tiempos de cólera, todos nos estamos dando cuenta que, obviamente, la muerte es bastante peor que los impuestos. Los muertos no pagan impuestos, y si no tenemos actividad económica no recaudaremos impuestos. Ahora bien, hay finalidades de los impuestos que hoy son más obvias que nunca. Por ejemplo, en ningún momento como en una epidemia se justifica más la existencia de una sanidad pública. Y a estos efectos, sanidad pública es la que está financiada con impuestos, con independencia de cuál sea el agente económico que la provea, pero que da servicio a los ciudadanos que lo necesiten. Y para cortar una pandemia no se puede excluir a nadie del servicio sanitario, como tampoco de las restricciones, por la sencilla razón de que todos podemos transmitir la enfermedad a los demás.