
Tercera jornada de caídas consecutivas para el petróleo, incluyendo el desplome del lunes que superó el 11% y el de este miércoles que está siendo aún más negro todavía. Estos descensos han llevado al barril de Brent a situarse en niveles mínimos de 17 años, llegando a caer a los 24,5 dólares, niveles no vistos desde octubre de 2003. El Brent ha perforado a la baja los niveles de 2016 (27,88 dólares), cuando Arabia Saudí se propuso inundar el mercado de petróleo barato. Ahora la situación es un tanto más grave para el 'oro negro', pues no solo Riad ha anunciado que va a bombear más crudo que nunca, Rusia -segundo productor mundial- también tiene planes para abrir las espitas y elevar sus niveles de producción de crudo. Por su parte, el West Texas ha llegado a ceder hasta un 24%. Esta ha sido la tercera peor sesión del petróleo americano en su historia que ha cerrado en mínimos de 2002. Un analista de Commerzbank comentaba de forma acertada en una nota que "la situación le recuerda a dos trenes que se dirigen el uno hacia el otro a toda máquina".
Commerzbank: "El comportamiento de dos de los mayores productores del mundo (Rusia y Arabia Saudí) puede describirse como un acto desenfrenado de autodestrucción"
El petróleo Brent ha perdido la zona de los 27,88 dólares (mínimos de 2016), llegando a caer hasta los 24,5 dólares el barril, niveles que no se veían desde octubre de 2003. El colapso del precio del petróleo parece no tener precedentes, sobre todo porque los 25 dólares de hoy probablemente no tienen nada que ver con los 25 dólares de 2003 si se descuenta el aumento de la inflación durante estos 17 años. Por su parte, el petróleo West Texas, de referencia en EEUU, corrige en la sesión alrededor de un 20% (ha llegado a ceder un 24%) y cae a los 21,2 dólares, niveles mínimos desde 2002.
"Dado que la demanda está disminuyendo al mismo tiempo (que aumenta la oferta) como resultado de las restricciones cada vez más drásticas destinadas a combatir el coronavirus, el comportamiento de dos de los mayores productores del mundo (Rusia y Arabia Saudí) puede describirse como un acto desenfrenado de autodestrucción. Si los aumentos de producción anunciados se implementan realmente, el precio del crudo corre el riesgo de caer hacia los 20 dólares", comentan los analistas de Commerzbank Daniel Briesemann, Carsten Fritsch, Michaela Helbing-Kuhl y Barbara Lambrecht en una nota para clientes.
Es probable que la presión bajista continúe hasta que haya indicios de que Arabia Saudí y Rusia puedan llegar a un acuerdo o hasta que se produzca un cambio por el lado de la demanda, como sería una mejora de las perspectivas sobre el impacto del coronavirus. Ambas situaciones parecen improbables a corto plazo. "Arabia Saudí ha anunciado que tiene la intención de aumentar sus exportaciones de petróleo a más de 10 millones de barriles por día a partir de mayo. Según datos de JODI, las exportaciones del reino totalizaron 7,4 millones de barriles por día en diciembre. Parece una locura: debido a la crisis del coronavirus, actualmente estamos viendo la destrucción de la demanda más pronunciada desde la gran crisis financiera y económica en 2008/09, y Arabia Saudí está aumentando enormemente el suministro de petróleo", sostienen los analistas de Commerzbank.
Arabia Saudí y otros países de la OPEP (Irak ya se ha desmarcado y pide una reunión urgente de la OPEP para controlar la caída) pretenden ganar cuota de mercado produciendo mucho más petróleo a un precio más barato. De este modo, los países que incurren en menores costes de producción (Arabia Saudí o Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo) expanden sus ventas de crudo expulsando a los productores menos eficientes, como es el caso de las empresas de fracking en EEUU, que necesitan un petróleo cercano a los 50 dólares para sobrevivir.
"Los precios más bajos claramente perjudicarán a los países exportadores de petróleo, y los irakíes ya han solicitado que la OPEP + celebre una reunión urgente. Sin embargo, con los saudíes y los rusos en una feroz batalla por la cuota de mercado, es difícil ver una resolución rápida en este frente. Dicho esto, lo único que probablemente los traerá de vuelta a la mesa de de diálogo son unos precios aún más bajos", aseguran los economistas de ING.
A toda esta dispuesta por el lado de la oferta se ha unido el duro golpe que está suponiendo el coronavirus sobre la economía. El menos crecimiento de la actividad se traduce directamente en una menor demanda de crudo. La Agencia Internacional de la Energía prevé que este año sea el primero que registre un descenso de la demanda desde 2009.
La confluencia de estos factores ha llevado al precio del Brent a caer a mínimos de 2003. Mientras tanto, el West Texas, que sufre hoy un auténtico colapso, se sitúa en niveles mínimos de 2002. Algunos organismos calculan que se podrían producir hasta 4 millones de barriles más de los que se demandan cada día cuando Arabia Saudí y Rusia pongan su maquinaria a funcionar a pleno rendimiento. Esta abrumadora sobre-oferta desencadenará un drástico aumento de los inventarios de petróleo a nivel global.