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Putin no se amedrenta ante Arabia Saudí: las petroleras rusas podrían aumentar la producción hasta 500.000 barriles

  • Riad recurrirá a sus reservas estratégicas para hundir más los precios
  • Rusia responde que pondrá todavía más crudo en el mercado
  • Moscú dispone de un colchón para aguantar una guerra de diez años
El presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Arabia Saudí quiere pasar de las palabras a los hechos en su ofensiva contra Rusia. Después de rebajar el precio de sus tarifas, el próximo mes quiere aumentar su producción hasta el récord de 12,3 millones de barriles diarios para inundar el mercado. El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, ha declarado que las petroleras rusas tiene capacidad para aumentar el bombeo en 500.000 barriles hasta alcanzar una cifra de 11,8 millones de barriles, en una amenaza velada para hundir más los precios del petróleo. No obstante, ha tendido la mano a la OPEP para tomar medidas conjuntas para estabilizar el mercado en la próxima reunión de junio.

Escalada de tensión entre Arabia Saudí y Rusia. La petrolera estatal Saudi Aramco ha anunciado que a partir del próximo mes de abril alcanzará una producción 12,3 millones de barriles de petróleo al día, volumen que representa un incremento de 2,5 millones de unidades diarias respecto del bombeo actual.

Ayer, Riad, tras anunciar unas rebajas históricas en sus tarifas para tirar los precios del petróleo, ya adelantó que iba a aumentar la producción. Pero las cifras que adelanta Aramco supone un paso más para desatar el caos en la industria petrolera.

El nuevo nivel de producción anunciado supondrá un aumento de 300.000 barriles diarios respecto de la máxima capacidad sostenible de la compañía, establecida en 12 millones de barriles al día, lo que supone tirar de reservas estratégicas en su ofensiva.

El aumento de producción supone aumentar la producción más de un 25% respecto a los actuales niveles de producción. En la jornada de hoy el petróleo sube alrededor de un 10% después de que ayer se desplomara más del 20%, la mayor caída de un día desde la Guerra del Golfo en 1991, y provocando un lunes negro en las bolsas mundiales.

La guerra declarada por Arabia Saudí a Rusia para que se ahonde los recortes de la OPEP y sus socios va para largo teniendo en cuenta la respuesta de Moscú. El ministro de Energía ruso, Alexander Novak, ha respondido que las petroleras rusas tienen capacidad de aumentar la producción en 500.000 barriles diarios hasta los 11,8 millones.

Con la demanda de petróleo cayendo rápidamente debido al impacto económico de la epidemia de coronavirus, es probable que el aumento de la producción saudí y una respuesta potencial de Rusia supondría un colapso del mercado de crudo. Según avanza Bloomberg, los operadores ya están buscando barcos petroleros ante la perspectiva de un exceso de oferta. En 2014 y 2015, la sobreabundancia de petróleo obligó a las petroleras a aumentar las reservas por encima de sus posibilidades. Antes que mal venderlo prefieren almacenarlo.

Moscú saca su músculo financiero para advertir a Riad

Novak, a pesar de contestar a la amenaza de Riad, ha tendido la mano para alcanzar un acuerdo en la próxima reunión de junio de la OPEP para estabilizar el mercado. Lo cierto, es que Rusia ya se está preparando para que la guerra se prolongue. Ayer el Ministerio de Finanzas adelantó que tiene autorización para comenzar a vender divisas si los precios del petróleo se mantienen por debajo del el nivel de corte para activar la regla presupuestaria que ayuda a estabilizar el rublo. La moneda rusa cayó un 8% frente al dólar ayer y hoy sube un 4%.

Además, Moscú detalló que si el petróleo sigue cayendo tiene una capacidad de 150.000 millones de su Fondo de Reserva "suficientes para cubrir la pérdida de ingresos con unos precios del crudo por debajo de 30 dólares durante seis a diez años", dijo el Ministerio de Finanzas en su comunicado. El fondo está financiado de las ganancias obtenidas de la venta de gas y petróleo ruso. Además, el Banco de Rusia ha anunciado sus propias medidas para blindar la economía. Durante 30 días dejará de vender rublos para comprar moneda extranjera y estabilizar la divisa. La entidad  ha añadido que están listos para usar "instrumentos adicionales para asegurar la estabilidad financiera". En cristiano, significa que está en disposición de incrementar los tipos de interés.

Trump ha intentado mediar con Arabia Saudí, con escaso éxito. Llamó a Mohammed bin Salman, príncipe heredero del reino saudí para hablar de la situación del mercado. La llamada se produjo antes de que Aramco anunciara el incremento de la producción. El mercado especulaba con la llamada del mandatario, pero por los acontecimientos, apenas ha servido de nada para evitar un aumento de tensión.

Rusia enseñó su capacidad de resistencia ante una larga guerra. Además, de contar con una diversificación económica. Algo que no ocurre a Arabia Saudí que depende casi prácticamente del petróleo.  "Es importante tener en cuenta que el saldo de la cuenta corriente de Arabia Saudita sigue siendo muy sensible a los cambios en los precios del petróleo crudo. Por lo tanto, apenas puede permitirse una guerra de precios prolongada", advierten los expertos de Bank of America. Mientras Rusia ha tomado medidas de gran dureza en su presupuesto nacional, lo que implica que se encuentra ahora en disposición de poder hacer frente a unos precios del petróleo más reducidos, señala Randeep Somel, director de renta variable global de la gestora M&G. Lo cierto es que Arabia Saudí, a pesar de que es el país con los pozos más rentables, lo seguirían siendo aunque los precios cayeran a 10 dólares; necesita que los precios superen los 90 dólares para mantener equilibrado su presupuesto público. Mientras Rusia los tiene ajustado a 50 dólares.

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