
La última vez que el petróleo colapsó y el barril de Brent (crudo europeo) cayó por debajo de los 30 dólares fue en enero de 2016. Entonces, llenar el depósito de gasolina era 8 euros más barato de lo que es hoy, pero el 'oro negro' registra un precio similar o incluso más bajo. Es habitual escuchar entre los consumidores que las estaciones de servicio no trasladan las caídas del petróleo al precio de la gasolina o el diésel. Aunque hay algo de verdad en ello (los márgenes brutos y el precio antes de impuestos son hoy más altos que en 2016), lo cierto es que el precio final de los hidrocarburos depende cada vez menos del petróleo: los impuestos suponen más del 55% y los costes laborales y de distribución se llevan también una parte importante de cada litro, impidiendo que los combustibles bajen tanto como el petróleo, al igual que deberían impedir que subiese el precio tanto en fases de alzas del petróleo. De este modo, el coste de la materia prima supone alrededor del 27% del precio final.
Llenar un depósito de gasolina de 60 litros hoy cuesta 74 euros, teniendo en cuenta que el precio medio del litro en España estaba esta semana en 1,233 euros, según ha publicado esta semana la Comisión Europea en su boletín petrolero. El mismo litro enero de 2016, con el precio del crudo rondando también los 28 dólares, costaba 1,095 euros, lo que dejaba el precio del depósito en 65,7 euros. En el caso del gasóleo la situación es similar: hoy el litro a 1,127 euros (unos 67 euros el depósito) y en 2016 estaba a 0,905 euros (unos 60 euros llenar el coche). Por ejemplo, en el caso de la gasolina con el precio actual, de cada litro 68,7 céntimos son solo impuestos (el 55% del precio final) y 54,6 céntimos es el coste de la gasolina al por mayor más el margen bruto de beneficio que le aplica empresa que la vende al usuario (el 45% restante), según se puede extraer de los últimos datos publicados por el boletín petrolero de la Comisión Europea.
En 2016, coste de la gasolina al por mayor más el margen bruto era de 0,443 el litro, porque el los márgenes de las gasolineras eran unos 3 céntimos más bajos y el coste de la gasolina (que no cae igual de rápido que el petróleo porque tiene costes de refinamiento y distribución) era algo más barato que hoy. Por otro lado, hay que tener en cuenta la unificación del Impuesto Especial sobre hidrocarburos que se produjo en enero de 2019, que igualó este impuesto en todas las CCAA que se vieron obligadas a aplicar el tipo más alto (4,8 céntimos), mientras que varias comunidades que ni siquiera lo aplicaban tuvieron que hacerlo desde ese momento.
De este modo, el precio de la gasolina y el gasóleo es bastante más alto que en 2016 por varios factores entre los que destacan unos impuestos más altos, un margen bruto más elevado de la gasolina y unos costes laborales que probablemente se han incrementado desde entonces (subidas del salario mínimo), tanto en las gasolineras como en las plantas en las que se refina el petróleo para convertirlo en gasolina u otros derivados.
Respecto al auge del margen bruto que obtiene cada gasolinera por litro vendido, éste ha pasado de los 18 céntimos de enero de 2016 a los más de 20 céntimos del último dato publicado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) -para realizar el cálculo exacto habrá que esperar a que la CNMC publique los márgenes de marzo-. Este organismo publicó en diciembre de 2019 un análisis en el que señala que el margen bruto fue en España de media superior al de los países de la UE en 3,5 céntimos para la gasolina y en 6,4 céntimos para el gasóleo. El mayor margen bruto en las estaciones españolas provoca que el precio de la gasolina antes de impuestos se de media más caro en España que otros países de la zona euro. Entre otras causas, esta situación puede deberse a la menor competencia de distribuidores de gasolina y entre las propias estaciones que venden el combustible.
Por otro lado, aunque el precio antes de impuestos en España sea de los más altos de Europa (solo superado por Chipre según el último dato), el precio después de impuestos está en la parte baja en la comparación con el resto de la Unión Europea. Pese a que los impuestos suponen un 55% del precio de la gasolina, en otros países europeos este porcentaje es todavía superior.
Todos los impuestos y costes del proceso de forma desagregada
De una forma más detallada que la anterior, la composición del precio de la gasolina y el gasóleo antes de impuestos se realiza sumando el coste del gasolina y del gasóleo (utilizando la media ponderada de las cotizaciones internacionales) al por mayor, más el margen bruto que se lleva la gasolinera por cada litro vendido, según explican desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Con ese margen bruto se cubren los costes de distribución, los costes en los que incurren las estaciones de servicio (electricidad, costes laborales...) y lo que resta, que es el margen neto, es casi equivalente al beneficio.
Por otro lado aparece la pata más importante en la composición de precios, que son los impuestos: el IVA (21%) y los impuestos especiales sobre hidrocarburos (IE), que tienen un coste absoluto y fijo por litro. De este modo, los impuestos han ganado peso en el precio final de los combustibles tras varias subidas aprobadas recientemente y con el precio actual del petróleo suponen el 55% del precio del litro de gasolina.
Los impuestos fijos (no varían cuando cambia el precio de la gasolina) ganan relevancia en el precio final de los combustibles a medida que el litro de gasolina va siendo más barato por los descensos en la cotización internacional de los combustibles. El 'truco' reside en que al contrario que el IVA (que es un porcentaje del precio final), el Impuesto Especial y el General tienen un tipo fijo, es decir, no varían según fluctúan el resto de factores que componen el precio sino que el coste de este impuesto se establece de forma inamovible por cada litro de combustible, sea cual sea su precio.
Por ejemplo, el tipo general del impuesto sobre hidrocarburos para la gasolina 95 asciende a 40,069 céntimos de euro por cada litro. El tipo especial del impuesto sobre hidrocarburos, el 1 de enero de 2019 se armonizó por la parte alta para todas las comunidades autónomas (4,8 céntimos de euro por litro) y se integró con el antiguo tramo estatal del IVMDH (2,4 céntimos de euro por litro), dando lugar al 'Tipo especial' que asciende hasta 7,2 céntimos de euro por cada litro. Por último está el IVA que es el 21% del litro de gasolina. En estos momentos que el precio de la materia prima está por los suelos, el peso de los impuestos supone algo más del 55% del coste de cada litro.
Además, a este factor hay que sumar habitualmente el tipo de cambio. El precio del barril de petróleo está denominado en dólares. Cuanto más se aprecia el dólar frente a la moneda única más caro será el coste de la gasolina y el gasóleo al por mayor (cotización internacional). Sin embargo, esta excusa no es válida en esta ocasión, pues el cruce euro/dólar se encontraba en una situación casi idéntica en enero de 2016.