El secretario general de UGT reconoce que se enteró del acuerdo de Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos por una llamada telefónica que le hizo Pablo Iglesias, minutos antes de anunciarlo en la rueda de prensa sin que en su partido hermano, el PSOE, le hubieran anticipado nada, pero no se queja. Muy al contrario, se muestra contento y esperanzado porque, finalmente, los partidos de izquierda hayan encontrado la forma de caminar en la misma dirección.
Eso sí, cuando le preguntas si le van a dar un cheque en blanco al inquilino de La Moncloa y si tiene el alma dividida en dos por su condición de sindicalista y militante del PSOE desde hace más de 40 años reacciona rápido: "UGT no da cheques en blanco a ningún Gobierno" y añade, sin más, que pedirán la derogación de la reforma laboral, tanto del PSOE como del PP, y que mientras eso no ocurra no se empezará a discutir un nuevo Estatuto de los Trabajadores.
Haber liderado durante un cuarto de siglo la UGT catalana, y llevar afiliado al sindicato socialista desde 1975 le ha curtido en batallas laborales de todo tipo y no está dispuesto a bajar la guardia por mucho que se inicie "una etapa histórica".
A Josep María Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956) todos en su entorno le llaman Pepe, haciendo honor a su fama hombre campechano y sencillo que tiene un discurso de sindicalista en estado puro, sin ninguna concesión a la galería, pragmático y resolutivo. Es la cara y la voz de la UGT, lidera uno de los dos sindicatos más importantes de España, y ha conseguido lo que parecía casi imposible: elevar el nivel de afiliación, en descenso desde hacía años.
Dice que la mejor vacuna para frenar a la extrema derecha son las políticas sociales y encontrar una fórmula de diálogo para Cataluña. Afirma que Torra está amortizado, que allí son necesarias unas elecciones para, con nuevos actores, intentar recomponer las cosas y que no es el momento de hablar de indultos. Apuesta por una política impositiva mucho más exigente con los poderosos y denuncia que las empresas del Ibex han intentado, por todos los medios, descabalgar el Gobierno de coalición, "pero ni siquiera siendo tan poderosos se pueden situar por encima del mandato de las urnas".
Sólo 48 horas después de las elecciones ha habido un acuerdo para formar un Gobierno de coalición de izquierdas. ¿Por qué ahora sí y hace seis meses no?
Me parece muy bien que este país tenga un Gobierno de izquierdas, porque las elecciones han dejado un mensaje claro y los políticos deben escuchar a los ciudadanos cuando van a las urnas. No hay nada reprochable en la celeridad del pacto. Ahora lo que toca ahora es poner en marcha políticas que de manera mayoritaria se han votado.
¿Y tenemos que olvidar que Pedro Sánchez dijo que le quitaría el sueño un Gobierno con Podemos, como al 95% de los españoles?
Esa afirmación la hizo refiriéndose al Ministerio de Seguridad Social y a otros Ministerios económicos. Lo que hay ahora es una campaña dirigida a descabalgar al presidente y al secretario general del PSOE para que no pueda conformar un Gobierno, y nosotros no vamos a caer en esa trampa. Lo importante es mirar hacia adelante y que en diciembre o enero haya un nuevo Gobierno.
"Se tiene que abrir un diálogo franco en Cataluña dentro de la ley, la Constitución, y el Estatuto de Autonomía"
¿Cree que finalmente va a ser posible el llamado 'Gobierno Frankenstein'?
Es posible un Gobierno con un programa de izquierdas porque necesitamos un cambio en profundidad de la política económica, y eso se hace con unos nuevos Presupuestos, derogando las reformas laborales y con un Gobierno estable, valiente, y que empiece a solucionar las cosas. No es el momento de poner excusas, sino de hacer nuevas políticas que nos saquen de esta situación. Y se tiene que abrir un diálogo franco en Cataluña dentro de la ley, la Constitución, y el Estatuto de Autonomía.
¿En UGT le dan a este Gobierno progresista un cheque en blanco?
No le vamos a dar un cheque en blanco ni a un Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos ni a nadie. Sabemos que no va a ser fácil, que va a costar mucho poner en marcha las políticas que se necesitan, pero si no hay Gobierno tampoco hay posibilidades de poder reivindicar y luchar por esos cambios. Por eso nos alegramos de la existencia de un Gobierno que responda a la mayoría democrática de izquierdas que votó el 10-N.
¿La prioridad para ustedes es la derogación de las reformas laborales tanto de Zapatero como de Rajoy? Sánchez no quiere derogarlas, sólo modificarlas. ¿Cuál es su opción?
Vamos a pedir que se deroguen tanto la reforma laboral del PP como la que hizo en su día Rodríguez Zapatero, porque el PSOE tomó una serie de medidas en una situación de crisis que hoy no existe. Además, el tiempo ha demostrado que esas reformas laborales no han servido para crear empleo, sino todo lo contrario: lo han destruido. Nuestra idea es que primero hay que derogar las reformas laborales, y después abriremos un proceso de negociación y un nuevo Estatuto de los Trabajadores que solvente definitivamente la precariedad y regule las nuevas situaciones, sobre todo fruto de procesos de digitalización, aparición de nuevas plataformas digitales, el teletrabajo, etc.
"La mejor receta contra la ultraderecha son las políticas sociales"
¿Y además entrarán ya de manera plena en la equiparación de las pensiones y su subida respecto al IPC?
En el tema de las pensiones, la cuestión previa también es derogar la reforma de 2013 de Mariano Rajoy. Con eso, la revalorización de las pensiones se hará automáticamente, como lo era antes, y el factor de sostenibilidad desaparecerá. A partir de ahí, hay que hablar del futuro de la Seguridad Social, de cómo conseguimos el equilibrio presupuestario y que el sistema de pensiones no esté en el alero cada día. Hay que volver al Pacto de Toledo y que la reforma de las pensiones sea fruto de un amplio consenso social y político.
Para algunos analistas, la llegada de Vox dará la estocada definitiva al Pacto de Toledo y a otros en los que ellos no entrarán...
Creo sinceramente que la mejor receta contra la ultraderecha son las políticas sociales. El consenso en el Pacto de Toledo tiene que hacerse en base a los que creen en un sistema público y, si Vox quiere privatizar las pensiones, pues que no se sume al Pacto de Toledo, pero es un problema que ellos tendrán que solventar ante la opinión pública.
No parece que al Ibex le haya gustado mucho esta opción de Gobierno. ¿Usted se refiere a eso cuando dice que algunos están intentando influir para que no se forme un Gobierno de izquierdas?
El Ibex ha hecho todo lo que ha podido para evitar un Gobierno del PSOE y Podemos, pero tanto el Ibex como el resto de los poderosos tendrán que conformarse con lo que los menos poderosos han votado en las urnas. Las personas que tienen mucho dinero e influencia tienen que saber que por encima de su poder y de su dinero está la soberanía popular.
"Necesitamos dar una salida a la asfixia que están padeciendo las comunidades autónomas"
¿Nos enfrentamos a una subida de impuestos a los más ricos, a la banca, a las grandes compañías? Porque eso es por lo que apuesta Podemos...
Hay un principio de acuerdo entre Unidas Podemos y el PSOE y alguna otra fuerza política que ya estaba reflejado en el proyecto de presupuestos que se firmó y finalmente no se aprobó, pero que podía retomarse, para que los más ricos paguen de acuerdo a sus ingresos. Durante la crisis hubo algunos que amasaron grandes fortunas, y un país que ha multiplicado por cinco el número de multimillonarios desde el año 2008, mientras decenas de miles de personas viven entre cartones porque no tienen posibilidad de tener vivienda digna no es sostenible. Esta situación de desigualdad se tiene que arreglar con la subida de salarios y con la subida de impuestos que tienen que pagar los más ricos.
¿Hay que subir el Impuesto de Sociedades para las grandes empresas, poner un impuesto a la Banca, a las tecnológicas o cuál es su apuesta?
Hay que subir los impuestos en general a las empresas, y en particular a las empresas tecnológicas. Es un escándalo que las plataformas digitales, que las empresas que venden online, tengan esta situación fiscal tan favorable que no sólo está impidiendo la recaudación, sino, en muchos casos, está arruinando a otras empresas que tienen que competir en unas condiciones mucho peores. Además, es fundamental la lucha contra el fraude fiscal, que es otra de las plagas que hay en nuestro país.
Entonces, ¿el Presupuesto que no consiguió sacar adelante Pedro Sánchez sería ahora un buen punto de partida?
A mí me parece que es un buen punto de partida, no tanto porque fuera el mejor Presupuesto -porque debería haber sido más dialogado y acordado con los agentes sociales- sino porque nos va a permitir tener un Presupuesto a corto plazo, que es lo que interesa. Necesitamos tener una política presupuestaria acorde a los problemas más importantes, y dar una salida a la asfixia que están padeciendo las comunidades autónomas.
"Nuestro nivel de exigencia será mayor con un Gobierno de izquierdas"
¿Con un Gobierno de ese perfil el diálogo social va a ser más difícil entre empresarios y sindicatos, o no?
El diálogo social nunca es fácil. A nosotros nunca nos han regalado nada, y ahora tampoco nos lo van a regalar, pero no tiene por qué ser más difícil con un Gobierno de coalición entre los dos partidos, sino al contrario. Es verdad que nuestro nivel de exigencia con toda seguridad va a subir, pero el diálogo social tiene que estar en la base de las políticas que vaya a desarrollar el resto del Gobierno.
¿Me está diciendo que su nivel de exigencia va a ser mayor con un Gobierno de izquierda de lo que fue con uno de derechas?
Sí, nuestro nivel de exigencia será mayor con un Gobierno de izquierdas, y eso es inevitable, porque hay un clima que nos ayuda a poder conseguir más. Cuando gobierna la derecha lo intentamos, pero siempre es mucho más difícil.
¿Usted también cree, como han dicho algunos dirigentes del PSOE, que un Gobierno de izquierdas es la mejor vacuna de la extrema derecha, que ha subido mucho electoralmente, aunque Ábalos diga lo contrario?
La mejor vacuna contra la extrema derecha son las políticas sociales, pero también el diálogo en Cataluña. Esas dos cuestiones son básicas. Los independentistas tienen que darse cuenta de que se abre una oportunidad para poder hablar. Hay una parte muy importante del electorado de Vox que seguramente era del PP, y de Ciudadanos, que se han pasado a Vox no porque sea un partido de ultraderecha, o por su posición antieuropea, sino por el hartazgo que se viene viviendo desde la crisis económica que dejó a muchas clases medias en la indigencia. Si las cosas van a mejor, y se recuperan, seguramente la extrema derecha será residual y franquista, como lo ha sido siempre en nuestro país.
"Magdalena Valerio ha hecho una gestión muy positiva en un contexto muy difícil"
O sea, que usted no cree que Vox le esté 'comiendo la tostada' al PP...
Es evidente que en estas últimas elecciones le ha comido la tostada al PP, pero que se la siga comiendo o no dependerá mucho de la actitud que a partir de ahora tenga Pablo Casado. Si el PP apuesta por ser un partido más de ultraderecha, difícilmente va a recuperar ese electorado, pero si se centran pueden contener la sangría electoral.
¿Le gustaría que Magdalena Valerio, con la que han tenido mucho 'feeling', siguiera como ministra de Trabajo? Es una de las Carteras que anhela Podemos...
El Consejo de Ministros lo tiene que hacer el presidente del Gobierno. No seré yo quien le diga a quién tiene que poner de ministra o ministro, pero siempre hemos pensado que Magdalena Valerio ha hecho una gestión muy positiva en un contexto muy difícil. Es una mujer equilibrada, y ese perfil a nosotros nos gusta y nos ha ido bien.
¿Y piensa lo mismo de la ministra Nadia Calviño, que va camino de convertirse en vicepresidenta?
La verdad es que yo he tenido muy poca relación con la señora Calviño. De hecho, solamente he mantenido con ella una reunión en este tiempo, y no fue convocada de manera oficial. La conozco por sus actos, y es evidente que el movimiento sindical discrepa profundamente de alguna de las cosas que la señora Calviño ha dicho, pero eran sólo palabras. Nos gustaría ver propuestas y, cuando las veamos, le diré la posición que tenemos, sea ministra o vicepresidenta.
Torra no está a la altura de sus responsabilidades
Usted habla de diálogo sobre Cataluña, pero, ¿se puede hablar algo con Torra cuando se comporta más como un antisistema que corta carreteras, que como el president?
El president Torra está amortizado. La actitud que ha venido manteniendo no es compatible con presidir una institución tan importante como es la Generalitat. Torra no está a la altura de sus responsabilidades, pero, al margen de él, el independentismo ha dado algunas señales importantes, y que, más allá del ruido que estamos viendo estos días, abren una puerta a la esperanza. Hemos visto algunas declaraciones de personas que están condenadas, como es el caso de la expresidenta del Parlamento de Cataluña, Carme Forcadell, o el propio Oriol Junqueras, que abren una perspectiva interesante, y que el Estado español en su conjunto debe tener en cuenta.
Hombre, de entrada, los cortes que se están produciendo en la frontera de La Junquera son increíbles, y han provocado ya pérdidas millonarias...
El derecho a la manifestación existe, pero se tiene que hacer dentro de la legalidad y con orden, para que el resto de los ciudadanos podamos convivir de la mejor manera con la utilización de ese derecho.
¿Que hubiera unas nuevas elecciones de forma inminente en Cataluña y con otros dirigentes podría servir de bálsamo para mejorar las cosas?
Creo que va a haber elecciones en Cataluña sin tardar mucho tiempo, y eso va a ayudar a rehacer la situación, pero no sólo en el bloque independentista, sino en el resto de las fuerzas políticas. Ciudadanos, por ejemplo, me parece que tiene una representatividad del Parlamento de Cataluña que, por lo que hemos visto en las generales, difícilmente van a poder mantener. Unas nuevas elecciones también serán necesarias para poder evaluar cuál es la posición que cada uno de los paridos que se presente a las mismas tiene, y eso servirá para clarificar las cosas.
"Dimitir es lo más digno que ha hecho Albert Rivera desde que se dedica a la política"
¿Usted sería partidario también de que se concedieran indultos a los políticos del 'procés' para apaciguar las cosas? Porque eso sería un escándalo para algunos sectores...
El peor favor que podemos hacerle al diálogo en estos momentos es hablar de cuestiones donde hay profundas discrepancias. La sentencia del Tribunal Supremo todavía va a tener recorrido jurídico. Aunque a mí me parece que fue una sentencia muy desequilibrada, y así lo he dicho en algún momento. A pesar de todo no creo que sea el momento apropiado para hablar de indultos.
¿Qué le ha parecido a usted la dimisión de Albert Rivera y la debacle de Ciudadanos?
Dimitir es lo más digno que ha hecho Albert Rivera desde que se dedica a la política. Ha habido una amplísima mayoría de ciudadanos que le ha dado la espalda. Su posición de aprovecharse de todos pensando que lo que no mata engorda les ha pasado una factura enorme, que casi les ha quitado del mapa político. Se han amparado en la mentira, en la frase hecha, y eso no era de recibo. A mí me parece que el hecho de que un personaje como Rivera desaparezca de la vida pública es una buena noticia. Le deseo toda la suerte del mundo en su vida privada, pero a España, Albert Rivera sólo le ha aportado división, rencor y mal rollo.