Pagos con móvil, tablet, bizum, bitcoin, tarjeta... parece evidente que algo está cambiando. Los métodos de pago vienen evolucionando desde hace tiempo, pero la pandemia del covid ha dado un fuerte empujón a esta tendencia que parece definitivo. Por ello, los bancos centrales, los 'señores del dinero', están acelerando sus proyectos para lanzar las divisas digitales (CBDC o central bank digital currency) en un intento por no quedarse atrás y seguir teniendo el control casi absoluto sobre el dinero. Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) parece ir en serio con el euro digital, lo que ha suscitado el miedo de ciertos sectores que han visto en este tipo de dinero una amenaza para el efectivo (parece que el euro digital es sustituto natural de las monedas y billetes), algo que hasta la fecha ha negado el BCE.
Estas divisas digitales no se consideran no se catalogarán como un criptoactivo (como el bitcoin). Como señala el propio BCE "un euro digital seguiría siendo un euro -como los billetes-, pero en formato digital)", sin embargo tampoco será lo mismo que el dinero que tenemos en el banco, o al menos la mayor parte de él (los bancos privados solo tienen que mantener un 1% en reservas, que sí serían equivalentes al efectivo o al euro digital, el resto dinero bancario).
Aunque para el consumidor de a pie no existe diferencia alguna cuando paga con euros en metálico o con tarjeta, la diferencia es importante a la hora de analizar estos movimientos de millones de consumidores en los agregados monetarios y en los balances de los bancos. El dinero en efectivo forma parte de la base monetaria (el dinero más puro), mientras que el pago con tarjetas o dinero electrónico es parte de la oferta monetaria, dinero creado por los bancos comerciales. El euro digital y otras divisas digitales serán como el efectivo, un dinero puro, público, creado y guardado en el banco central.
Las CBDC no competirán directamente con el bitcoin u otras criptodivisas (porque no son lo mismo), pero sí servirán pueden actuar como cortafuegos para evitar que estos criptoactivos lleguen a convertirse en medios de pago si algún día logran reunir las propiedades del dinero. "Los bancos centrales y los gobiernos entienden que las criptomonedas han llegado para quedarse, por lo que se espera que comiencen a regular los criptoactivos a finales de este año o principios del próximo. También están acelerando la investigación sobre sus propias monedas digitales (CBDC) y lanzando programas piloto", aseguran desde Deutsche Bank en un informe sobre el futuro de los medios de pago.
Son muchas las preguntas que surgen sobre estas divisas digitales que podrían ser un medio de pago importante en el futuro, generando ciertos cambios en el sistema financiero e impactando de forma indirecta en otros activos. Por ello, el banco suizo UBS ha lanzado una serie de preguntas y respuestas que arrojan algo de luz sobre las consecuencias que tiene lanzar estas CBDC.
-¿Sobrevivirán los bancos? Si las familias y empresas pueden mantener sus ahorros en una CBDC sin riesgo, ¿por qué mantener un depósito bancario? Las CBDC podrían provocar la fuga de depósitos desde los bancos privados hasta al banco central. Esto podría generar un terremoto en la banca y en la provisión de crédito a la economía, por lo que es probable que las CBDC estén estructuradas para ayudar a los bancos a retener gran parte de los depósitos. Por ejemplo poniendo un límite a la cantidad de CBDC que una persona puede tener, explican desde UBS.
-¿Aumentará el poder de los bancos centrales? Las CBDC pueden devolver toda la importancia al dinero emitido por el banco central, reduciendo el peso del dinero creado por el sector privado. "Eso reduce el papel de los bancos, pero también el de las alternativas al dinero como las criptomonedas y las stablecoins (divisas estables). En cierto sentido, esto es hacer retroceder el reloj: devolver la creación de dinero a la situación que existía en el pasado, cuando el efectivo (y por lo tanto los bancos centrales) tenían una mayor proporción del dinero emitido en una economía", señalan desde UBS.
La perdida de protagonismo del dinero en efectivo es una de las causas por los que los bancos centrales quieren lanzar sus divisas digitales, pero a la vez se teme que estos euros o yuanes digitales reemplacen al dinero en efectivo, coartando la libertad de los individuos. No obstante, el Banco Central Europeo asegura que "no sustituiría al efectivo, sino que lo complementaría. El Eurosistema seguirá garantizando que todos los ciudadanos tengan acceso a los billetes y monedas en euros en toda la zona del euro".
Sin embargo, Yifan Hu, jefe de inversión de UBS en China, reconoce que "el principal objetivo de las CBDC es reemplazar algo del dinero en efectivo en circulación, cambiándolo por esta nueva forma de dinero emitido por el banco central". En el caso concreto de China, el yuan digital, si termina sustituyendo al efectivo, podría ser de ayuda para que el gobierno ejerza con mayor eficacia sus controles de capital (para manejar el tipo de cambio del yuan) y el control en general que ya ejerce sobre la economía.
-¿Podrían las CBDC funcionar de estímulo para la economía? En teoría, las CBDC podrían brindar a los bancos centrales más opciones para estimular la demanda. Un banco central podría cobrar tipos de interés negativos sobre los depósitos o incluso ingresar dinero directamente en las cuentas de las personas, amenazando con eliminarlo si no se gasta dentro de un cierto período de tiempo.
Hoy, estas medidas estarían aún lejos de poder implementarse porque una CBDC como el euro digital podría convertirse en efectivo (billetes o monedas) o en un dinero privado (si se mueven esas CBDC a una cuenta bancaria convencional). Una persona podría esquivar con relativa facilidad los intentos del banco central para que se gastase ese dinero. A día de hoy parece difícil que los bancos centrales impidan estos movimientos, quizá cuando las CBDC estén extendidas, el banco central podría cambiar de opinión.
-¿Pueden crear desigualdades en la sociedad? A día de hoy sí, porque no todo el mundo tiene acceso o sabe manejar las herramientas digitales que se necesitan para gestionar las CBDC. "Un problema con las CBDC es que no todo el mundo estará dispuesto o necesariamente podrán usar ese dinero. Hoy en día, más del 5% de los hogares estadounidenses no tiene cuentas bancarias, es decir, no tienen acceso al dinero digital del sector privado. Estas personas dependen del efectivo y es menos probable que usen las CBDC. Es probable que este grupo tenga ingresos desproporcionadamente más bajos", sostienen desde UBS.
-¿Reducirán la evasión y el fraude fiscal? El dinero en efectivo es difícil de controlar para un gobierno, mientras que seguir el rastro del dinero digital es más fácil. "Si las CBDC sustituyen al efectivo podrían reducir la evasión fiscal. Si las CBDC reemplazan al dinero digital privado (dinero bancario normal), no habrá cambios en la evasión fiscal"
-¿Habrá mayor control sobre las personas? Los gobiernos podrían saber casi en todo momento qué tipo de actividades están realizando sus ciudadanos, siempre que éstas conlleven una transacción. "Si las CBDC se utilizan ampliamente, en teoría, el gobierno podría descubrir mucho sobre la vida de una persona simplemente controlando los pagos que realiza. De hecho, es plausible que un gobierno pueda impedir que los ciudadanos compren bienes o servicios. Esto ya sucede con el dinero electrónico hoy, donde los bancos evitan que se realicen transacciones si consideran que los patrones de gasto son inusuales. La diferencia es que un gobierno puede impedir transacciones por otras razones", sentencia el documento de UBS