Economía

La revolución del PEPP no convence a una banca que esperaba mucho más del BCE

  • El BCE revoluciona el PEPP pero no ofrece nuevos estímulos a la banca
  • La prohibición de repartir dividendo para la banca podría prolongarse otro año
  • Lagarde se ha mostrado especialmente pesimista con las previsiones 'macro'
Christine Lagarde, presidenta del BCE. Reuters

La banca ha recibido con caídas de calado los cambios en política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). El banco central no ha reducido la penalización (sistema de tramos) que paga la banca por una liquidez que es cada vez más abundante; tampoco se ha hablado de incluir la deuda bancaria senior en las compras de bonos; mientras que las TLTRO III se han extendido en el tiempo pero no han mejorado sus condiciones, que no obstante ya son "muy favorables", según el BCE. A todo ello se suma la posible extensión de la prohibición del pago de dividendos en el sector.

Sí, el BCE ha ampliado el programa de compra de bonos, una decisión que ayuda a mejorar la financiación de gobiernos y empresas no financieras, pero que a la vez genera enormes cantidades de liquidez que acaban en los balances de la banca. Esa liquidez sigue penalizada por el BCE con una tasa negativa del -0,5%, la famosa tasa de depósito, que se ha convertido en el tipo de interés clave con el que banco central transmite su política monetaria.

La ausencia de mejoras en las TLTRO III (no mejoran las condiciones) y la falta de una nueva despenalización de ese exceso de liquidez está llevando a que la banca sufra grandes caídas en bolsa en la jornada. A todo ello se ha unido una información publicada por Bloomberg en la que se prevé una extensión de la prohibición para pagar dividendos de la banca. Esta combinación de factores está pesando sobre la cotización de los bancos en toda Europa. Se esperaba que el BCE levantase este veto a la distribución de beneficios bancarios en 2021.

En el Ibex 35 español, todo los valores bancarios han sufrido pérdidas de más de dos puntos porcentuales. Los bajos tipos lastran la rentabilidad del sector, algo que viene ocurriendo desde hace años. El BCE ha introducido algunos mecanismos para intentar paliar estos efectos, como unas inyecciones de liquidez muy favorables dirigidas a la banca y un sistema de tramos que despenaliza del -0,5% una parte de ese exceso de liquidez. Sin embargo, en la última reunión del año el BCE no mejorado ninguno de estos parámetros.

Además, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, ha vuelto a poner el acento en el riesgo que supone la pandemia para la economía, pese a la vacuna y al fuerte rebote del PIB en el tercer trimestre.  "La economía volverá a contraerse en el cuarto trimestre del año", ha asegurado la banquera central. Hasta que la vacuna esté ampliamente distribuida, la economía se enfrenta a un periodo turbulento, ha asegurado Lagarde tras la reunión de política monetaria en la que se han aprobado varios cambios. Un tono pesimista que ha terminado de cuajo con las subidas con las que habían abierto las bolsas europeas.

La banquera gala ha advertido de que los datos económicos que están entrando indican un fuerte impacto en el último trimestre del año, más pronunciado de lo esperado. Ha destacado que el sector servicios se ha visto perjudicado por las nuevas restricciones de movilidad. Sobre la evolución de la inflación apunta a que se ha mantenido en niveles muy bajos.

"Tras una fuerte contracción en el primer semestre de 2020, el PIB real de la zona del euro repuntó con fuerza y aumentó un 12,5%, intertrimestral, en el tercer trimestre, aunque se mantuvo muy por debajo de los niveles prepandémicos. Se espera que la segunda ola de la pandemia y la intensificación asociada de las medidas de contención observadas desde mediados de octubre provoquen una nueva caída significativa de la actividad en el cuarto trimestre, aunque en mucha menor medida que la observada en el segundo trimestre de este año.

Una recuperación débil y desigual

El BCE ha revisado sus previsiones económicas, en su reunión de hoy, y ha reducido las expectativas de la recuperación que se espera para los próximos años. La presidenta del banco ha anunciado que espera que la economía crezca un 3,9% para 2021 frente al 5% de los pronósticos de septiembre y un 4,2% en 2022 frente al 3,2% anterior. El BCE, además, ha hundido más sus perspectivas de inflación. Para este año cree que terminará en el 0,2% y repuntará al 1% a finales de 2021.

"Llevará tiempo hasta que la vacuna logra una inmunidad importante en la sociedad, mientras tanto los riesgos para la economía y la salud seguirán presentes... Esta evaluación está reflejada en nuestras proyecciones", ha explicado la banquera.

Además, la francesa ha explicado que está recuperación está siendo desigual. La industria se está expandiendo y vuelve a crear empleo, mientras que el sector servicios aún se encuentra en una fase de recesión. Por ello es muy "importante mantener las garantías de los gobiernos para reducir la desigualdad de esta recuperación".

Lagarde defiende las medidas

No obstante, Lagarde ha querido destacar que el programa de compras contra la pandemia se seguirá usando de forma flexible, lo que permite al BCE comprar más bonos de las regiones que están experimentando mayores problemas, como es el caso de España o Italia. Para reducir la desigualdad de la recuperación entre países, "el BCE está usando el PEPP con toda la flexibilidad necesaria". 

En lo que a las TLTRO III se refiere, Lagarde ha vuelto a mostrar su entusiasmo por la buena acogida de estas subastas de liquidez a muy largo plazo. Los bancos están acudiendo con mayor intensidad de la esperada y están usando esa liquidez para dar crédito, lo que puede reportar a las entidades hasta un 1% de interés más el margen que sacan prestando el dinero a hogares y empresas. 

"La apreciación del euro supone un lastre para nuestros precios, por eso lo vigilamos, pero nuestra política no tiene como objetivo influir en el tipo de cambio del euro", ha estacado la banquera.

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