Economía

Draghi se despide del BCE elevando el riesgo de recesión a la principal amenaza para la Eurozona

  • "Los tipos de interés negativos han sido beneficiosos para la economía"
  • El mercado prevé que el BCE rebaje los tipos otra vez en la reunión de diciembre
  • Draghi es el primer presidente de la historia del BCE que no sube tipos
A la izquierda aparece el Mario Draghi de hoy, a la derecha el Mario Draghi de 2011, cuando comenzó su mandato en el BCE.

Mario Draghi ha puesto punto y final a su carrera como presidente del Banco Central Europeo (BCE) dejando los tipos de interés en mínimos históricos y dejando un mensaje un tanto escalofriante: "El mayor riesgo es una recesión en la economía, tanto si es global como en la Eurozona". El BCE ha ido elevando progresivamente el papel que ocupa el riesgo de recesión durante este 2019. En la reunión de abril, Draghi quitaba importancia a este riesgo asegurando que "las probabilidades eran muy bajas". Sin embargo, el discurso cambió levemente en la pasada reunión de septiembre cuando el italiano reconoció que "el riesgo de recesión era bajo pero creciente". Finalmente, este jueves de octubre ha ido un poco más allá al colocar la recesión como el "principal riesgo para la economía", aunque el escenario base del banco central sigue siendo de crecimiento muy moderado para la zona euro en lo que resta de año. El banquero italiano advierte que la fragilidad de la actividad económica facilita la posible llegada de una contracción ante cualquier suceso económico-político adverso.

En la que ha sido su última rueda de prensa, Draghi ha vuelto a confirmar que "los últimos datos muestran que la desaceleración en la zona euro está siendo prolongada, a la par que persisten los riesgos a la baja y una inflación que sigue siendo moderada". Todo ello justifica las decisiones que se tomaron en la reunión se septiembre, según ha destacado el presidente del BCE.

"La gran incertidumbre política y a nivel comercial está siendo uno de los factores que está debilitando la economía de la Eurozona. Todo ello junto a los precios de la energía van a reducir el nivel de la inflación en los próximos meses hasta que finales de año comience la recuperación de los precios", ha asegurado el todavía presidente del BCE.

A pesar de todo, el BCE cree que el crecimiento de la economía seguirá siendo positivo aunque moderado en la segunda mitad del año. Si nada se complica, la recesión seguirá siendo un riesgo y no una realidad, a pesar de que la primera economía del euro, Alemania, sí ha entrado en recesión técnica, a falta de confirmación oficial. El italiano se ha mostrado preocupado por la desaceleración de la economía. "Principalmente refleja la debilidad actual del comercio internacional en un entorno de persistentes incertidumbres mundiales, que continúan afectando al sector manufacturero de la zona del euro y están frenando el crecimiento de la inversión", ha afirmado. Al mismo tiempo que reconoce que la crisis de la industria está contagiando al sector servicios, que es el más importante en la economía de la zona euro.

Por otro lado, el italiano ha asegurado que los salarios están subiendo en la zona euro ante unos mercados laborales que están logrando funcionar a su nivel potencial. Sin embargo, el menor crecimiento económico está impidiendo que los mayores salarios pasen a impulsar la inflación.

Una vez más, la política fiscal ha vuelto a ocupar una parte primordial de su discurso pidiendo a los países que cuentan con bajos niveles de deuda que usen esa política para estimular el crecimiento, mientras que los Gobiernos con más problemas "deben buscar el equilibrio fiscal".

Recado para Alemania: "Si uno quiere tipos de interés más altos, se debe acompañar con estímulos fiscales"

No obstante, Draghi ha pedido a todos los gobiernos que busquen una política fiscal que esté orientada hacia el crecimiento económico. "La política monetaria seguirá siendo expansiva aunque la política fiscal también lo sea, al menos en las primeras etapas". De este modo, el presidente del BCE ha querido lanzar un mensaje contundente a los gobiernos que se lo puedan permitir para que incrementen sus déficits y deuda para estimular el crecimiento porque tendrán el respaldo del banco central. 

Se le ha preguntado abiertamente al banquero italiano si Berlín debe abrir la mano con los estímulos fiscales. Draghi se ha zafado de la pregunta respondiendo que "nunca daría recomendaciones a países concretos". Desde que se recuperaron en septiembre el programa de compra de deuda y las bajadas de tipos, las críticas se han recrudecido en Alemania. El banquero ha respondido a los ataques. "Si uno quiere tipos más altos, deben aplicar política fiscal", y ha añadido "el objetivo de inflación se alcanzará antes con una política fiscal adecuada y tendrá menos efectos secundarios".

Deja los tipos en mínimos históricos

En lo que a la parte técnica de política monetaria se refiere, el BCE ha decido dejar el tipo de interés principal en el 0%, el interés sobre la facilidad de depósito en el -0,5% y el de la marginalidad de crédito en el 0,25%. Los tres tipos de interés clave seguirán en mínimos históricos hasta que la inflación alcance un nivel cercano al 2% de forma sostenida. También se mantiene el inicio de las compras netas de activos por valor de 20.000 millones de euros al mes que darán comienzo el uno de noviembre. Lea aquí el comunicado completo. Además, Draghi ha defendido los intereses negativos, un territorio no explorado en la zona euro hasta la llegada del italiano, asegurando que "en la panorámica principal el impacto ha sido positivo. Las mejoras en la economía han compensado más que de sobra los efectivos colaterales negativas".

Draghi dice adiós al que ha sido su trabajo durante los últimos ocho años. El banquero que salvó al euro en 2012 deja el mando del BCE con los tipos de interés en mínimos, un nuevo programa de compra de activos (QE por sus siglas en inglés) y una inflación en el 0,8%, muy lejos del objetivo cercano al 2% que tiene como mandato la institución. Aunque la labor de Draghi ha sido extraordinaria durante estos años, también es cierto que deja un Consejo de Gobierno dividido que Christine Lagarde, nueva presidenta del BCE, tratará de unir. 

Mario Draghi ha querido recalcar que de lo que se siguiente mas orgulloso en estos ocho años como presidente del BCE "es que nunca nos rendimos intentando conseguir nuestro mandato". Aunque la inflación no se mantuvo de forma estable cerca del 2%, el BCE con Draghi a la cabeza hicieron todo lo que estaba en su mano por lograr esta meta junto a la estabilidad financiera en la Eurozona.

De este modo y tras haber hecho los cambios que consideraba necesarios (tanto Draghi como un Consejo de Gobierno dividido) en la reunión de septiembre, el BCE va a seguir en octubre en modo de espera y ver cómo evoluciona la economía, aunque el mercado espera otro recorte de la tasa de interés a los depósitos bancarios en 10 puntos básicos en la reunión de diciembre. La situación no es excesivamente halagüeña como han mostrado hoy los indicadores adelantados en la zona euro.

Otra de las medidas que el emisor europeo aprobó en septiembre fue ofrecer liquidez a los bancos de la zona del euro a tres años a unas condiciones más favorables (TLTRO por sus siglas en inglés). Sin embargo, la banca dejó casi desiertas esas subastas a las espera de que entre en juego el nuevo sistema de tramos del BCE que despenalizará una parte del exceso de liquidez que la banca acumula y que ahora está tasada al -0,5%.

El recibimiento de la primera de las siete rondas de préstamos (anunciada el 19 de septiembre) decepcionó las estimaciones de los economistas, que oscilaban entre los 20.000 y los 100.000 millones de euros, y dio lugar a que 28 bancos sólo obtuvieran préstamos por un importe total de 3.400 millones de euros, según Nomura.

Por su parte, el gestor de carteras de Pimco, Konstantin Veit, cree que "la política de tipos de interés ha alcanzado sus límites". Las bajadas de tipos en el BCE no se está trasladando a los depositantes, mientras que el crédito crece a un ritmo moderado. La política monetaria está empezando a presentar rendimientos decrecientes a medida que se hace más expansiva.

Jeremy Lawson, economista jefe de Aberdeen Standard Investments, cree que "con la salida de Draghi del BCE a finales de mes, la reunión del BCE de hoy ha representado el final de una era... Aunque estamos de acuerdo (con el banco central) en que el BCE aún no se ha quedado sin munición, la realidad es que más de siete años después del discurso de Draghi y casi cinco años después de haber dado luz verde al QE, la inflación subyacente en la Eurozona sigue estando sólo un poco por encima de sus mínimos de 2015 y el objetivo de precios parece tan lejano como siempre".

Veit hace hincapié en las recientes críticas contra Draghi, que, a su juicio, "indican la existencia de una campaña agresiva con el objetivo de asegurarse de que la voz de los gobernadores de los bancos centrales vuelve a escucharse bajo la nueva presidencia".

Desde Pimco, la mayor gestora de bonos del mundo, también ve "poco probable" la posibilidad de "cambios materiales en el futuro en términos de la política del BCE", una vez que Christine Lagarde asuma la presidencia. Por un lado, la zona euro necesita una política monetaria muy acomodaticia (lo que impide subidas de tipos) y por otro la política monetaria está llegando a sus límites, por lo que tampoco podrán realizar grandes cambios a la baja.

Así, el discurso de Draghi ha querido incidir en la política fiscal. El banco central lleva tiempo demandando a los países que aprovechen los bajos tipos de interés (incluso negativos) para poner en marcha políticas fiscales expansivas basadas en el aumento del gasto público, la bajada de impuestos o una combinación de ambas. Por ahora, los países que tienen más margen para gastar se niegan a hacer mientras que los que no tienen espacio fiscal quieren aprobar unos presupuestos más grandes.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky