Los altos precios de los combustibles ha sido hasta la fecha uno de los factores que más ha contribuido a registrar cifras récord de inflación a ambos lados del Atlántico. Pero tras el cambio de las políticas monetarias de los grandes bancos centrales del mundo, el miedo a una recesión contribuye al desplome del petróleo, que pierde más de un 32% desde máximos del año.