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Hablar de Eiffage es equiparable a hacerse eco de la historia de Francia. La compañía de infraestructuras gala es una de las firmas del sector más conocidas en el país vecino gracias a su participación en la construcción o el mantenimiento de proyectos tan distinguidos como la pirámide de Louvre, el túnel del canal de la Mancha, o incluso la Torre Eiffel, eso sí, a través de una empresa precursora de la que ahora encandila a las firmas de analistas más importantes del mundo. Una carta de presentación que le ha servido para crecer y expandirse por el planeta ganando concesiones en Australia, por ejemplo, con el icónico edificio de la ópera de Sidney y en otros 49 países más del globo terráqueo.