Redactor de elEconomista

El precio del petróleo está recogiendo la última actualidad sobre el conflicto en Ucrania, y la amenaza de sanciones indirectas que ha lanzado Donald Trump a Rusia. El presidente estadounidense pretende imponer nuevos aranceles a India, por ayudar al esfuerzo bélico de Rusia al haber aumentado las compras de petróleo, y esta amenaza parece que ha surgido efecto. Según publica Bloomberg, citando fuentes conocedoras de los planes del Kremlin, Moscú ha decidido ofrecer concesiones a Estados Unidos: una tregua aérea, que paralizará los ataques de misiles y de drones en Ucrania, siempre y cuando este último también acepte lo mismo. El barril ha borrado todas las ganancias que acumulaba en julio en sólo cuatro días, un periodo en el que ha caído un 7,6%.

Hace casi 10 años, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, presentó un plan revolucionario que prometía transformar el Reino. El sueño de MBS tenía un objetivo prioritario: dejar atrás la dependencia del petróleo, y diversificar la economía saudí para crear un futuro sostenible, alejado de la exclusividad del recurso energético, y tener un país desarrollado y económicamente fuerte. Este primer paso era indispensable para conseguir sus objetivos, pero, casi una década después, Arabia no sólo no ha conseguido alejarse del crudo, si no que su dependencia es cada vez mayor. La pandemia, la caída de los precios del crudo, pero, sobre todo, el aumento del gasto público de Arabia Saudí, se han convertido en un obstáculo que el Reino va a tener que sortear si quiere cumplir el sueño de Bin Salman.

El presidente estadounidense sigue apretando a la Reserva Federal para que bajen los tipos de interés. Durante meses, Donald Trump ha tratado de intervenir en la decisión del banco central, amenazando su independencia, y ha repetido insultos contra Jerome Powell, presidente de la institución, y amenazas sobre la posibilidad de una destitución. Al verse incapaz de sacar a Powell de la Fed, por no tener poderes para hacerlo, Trump ha decidido presionar al resto de miembros para que "tomen el control" y bajen los tipos. A pocos meses de que Powell acabe su mandato como presidente del banco central, la sorprendente dimisión de Adriana Kugler, el pasado viernes, por motivos personales, deja a los partidarios de mantener los tipos altos en minoría, y Trump gana una vacante que podrá rellenar con el nombramiento de un miembro afín, que, además, puede ser el elegido para presidir a la Fed a partir de mayo.

Los inversores no han esperado al lunes para irse de vacaciones, y su marcha se está notando en la volatilidad que está sufriendo el S&P 500. Este viernes los astros se han alineado para generar uno de los peores días de la bolsa de los últimos meses, en el caso del índice estadounidense, desde el pasado abril. Es habitual que, en días de poca negociación, los movimientos de los activos se amplifican. Si al poco volumen se le suma el mal dato de empleo que se ha publicado en Estados Unidos, y el temor al impacto de los aranceles que ha aprobado Donald Trump, junto a unas bolsas que cotizan en valoraciones elevadas, el cóctel para ver un día de fuertes caídas en el mercado está servido.

La última semana de julio ha sido una vorágine en los mercados de renta fija. El lunes los inversores esperaban que hubiese dos bajadas de tipos de la Reserva Federal antes de final de año: una en septiembre, y otra, lo más probable, en la reunión de diciembre. Sin embargo, todo cambió tras la reunión de la Fed a mitad de semana. El presidente de la institución, Jerome Powell, mantuvo su discurso prudente y, aunque ya hubo dos miembros de la Fed que votaron por bajar tipos en esta misma reunión, aseguró que la situación económica de EEUU no demandaba un recorte de tipos, al menos hasta tener nuevas señales que así lo pidiesen. Estas señales no han tardado en llegar, y la primera grieta evidente se ha confirmado en el dato de empleo de este viernes.

El presidente de los EEUU, Donald Trump, ha ha solicitado a las compañías del sector farmacéutico que reduzcan los precios en los próximos 60 días. Este movimiento se produce en un momento en el que la Casa Blanca está llevando a cabo investigaciones para determinar si la importación de los productos farmacéuticos representa una amenaza para la seguridad nacional, lo cual podría conducir a la imposición de aranceles específicos sobre el sector. La bolsa ha sufrido la amenaza de Trump al sector, y se ha dado la vuelta en un día que venía precedido por subidas generalizadas.

La reunión de la Reserva Federal que ha tenido lugar este mes se ha celebrado con la mayor división entre los gobernadores que participan en el encuentro del Comité Federal del Mercado Abierto que se ha visto en décadas. Antes del encuentro ya se advertía de la posibilidad de ver, por primera vez en 30 años, dos miembros con derecho a voto que disienten de la postura del presidente del banco central, algo que finalmente se confirmó. La clasificación que se hace desde Bloomberg de los 19 miembros del Comité Federal del Mercado Abierto no deja lugar a dudas: desde 2016 no había tantos miembros posicionados en los dos extremos, con 2 partidarios considerados "palomas agresivas", y otros 3, lo contrario: "halcones agresivos".

La Reserva Federal ha decidido mantener los tipos por quinta vez consecutiva, en un encuentro marcado por la mayor división del Comité Federal del Mercado Abierto que se ha visto en décadas. El banco central advierte de que se ha producido "una moderación en el crecimiento de la actividad económica en la primera mitad del año", pero ve al mercado laboral fuerte y a la inflación "algo elevada", por encima de su objetivo. Además, se ha confirmado que, por primera vez en 30 años, dos miembros del Comité Federal disienten de lo que ha votado el presidente Jerome Powell: Michelle Bowman y Christopher Waller han votado a favor de bajar los tipos de interés. El mercado, ante un Jerome Powell, presidente de la Fed, que no ha entrado al trapo y ha evitado en todo momento anticipar un recorte de tipos en septiembre, ha reaccionado con ventas de bolsa, de bonos, y compras de dólares, hasta el punto que ha dejado de descontar el recorte de tipos que esperaba para septiembre.

El acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos ha sido una victoria para el segundo. Europa no ha querido ver el órdago de Donald Trump, y arriesgarse a entrar en una guerra comercial con Estados Unidos, en un momento en el que necesita las importaciones de energía de su socio americano, y de armamento, para hacer frente a Rusia y para reforzar su propio sistema defensivo. El pacto ha sido muy criticado, y se ha asumido como una derrota para Europa, que confirma su dependencia del líder americano. Sin embargo, muchos analistas destacan el impacto limitado que tendrán las concesiones europeas a Estados Unidos, y hacen hincapié en las fortalezas con las que cuenta el Viejo Continente en este momento para poder asumir el daño de los aranceles.

La Reserva Federal se reúne este miércoles, en un encuentro en el que todo apunta que no habrá ninguna noticia de nuevas medidas de política monetaria, pero en el que el Comité Federal del Mercado Abierto tendrá un debate importante. Por primera vez en 30 años, existe la posibilidad de que dos miembros con derecho a voto se opongan al criterio del presidente de la Fed. Jerome Powell, con los datos en la mano que reflejan una inflación que se resiste a caer, aunque haya señales de debilidad en el consumo, cree que no es momento de bajar tipos, pero hay dos disidentes a esta decisión: Christopher Waller y, posiblemente, Michelle Bowman.