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El golpe de los aranceles en la inflación tendrá que esperar: el IPC subyacente de EEUU repuntó en junio menos de lo esperado

  • El IPC subyacente repuntó un 0,2% intermensual cuando se esperaba un 0,3%
  • Es el quinto mes seguido en el que esta métrica sorprende a la baja
  • Los analistas esperan que el efecto de los aranceles sea nítido ya en julio
Imagen: iStock

La inflación de EEUU no se incendió en junio pese al influjo de los aranceles. Esa podría ser la conclusión de la lectura del índice de precios al consumo (IPC) publicada este martes por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo. El mes pasado, el IPC general avanzó un 0,3% intermensual (en línea con lo esperado) y un 2,7% interanual (una décima más de lo esperado y tres más que en mayo). Sin embargo, el más vigilado y 'pegajoso' IPC subyacente (excluye los siempre más volátiles energía y alimentos) avanzó un 0,2% intermensual (se esperaba un 0,3%) y un 2,9% interanual (una décima más que en mayo, pero una por debajo de lo pronosticado). Esta sorpresa a la baja en el indicador subyacente intermensual es el que más alivio ha traído entre economistas y analistas, ya que era la cifra más esperada del informe, aguardando el consenso la mayor lectura desde enero y algunos expertos hasta un salto del 0,4%. La cifra por debajo de lo esperado (por quinto mes consecutivo) confirma que el efecto de los aranceles llegará, en todo caso, más adelante, y deja abierto el debate de la pertinencia de recortes de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.

Dentro de las partidas del IPC, la atención esta vez volvía a depositarse en los precios de los bienes, que excluyendo alimentos y materias primas energéticas, subieron un 0,2% tras estancarse el mes anterior. Las categorías más expuestas a aranceles, como juguetes (1,8%), muebles, electrodomésticos (1,9%) y ropa, volvieron a mostrar fortaleza, lo que sugiere que las empresas están empezando a trasladar el aumento de los costos de importación a los consumidores. Sin embargo, la óptica global aún no parece preocupante. Por ejemplo, los precios de los vehículos nuevos (-0,3%) y usados (-0,7%) disminuyeron en medio de titulares sobre el repunte los coches de segunda mano en las subastas mayoristas.

La inflación subyacente de los servicios también fue moderada, del 0,3% (0,25% con dos decimales), gracias a una subida menor, del 0,2%, de los precios de la vivienda, el ritmo más lento en años. Otro aumento del 0,3% en los precios de los alimentos, junto con una subida del 0,9% en los precios de la energía, debido a la subida de los precios del petróleo en el contexto del conflicto entre Israel e Irán, hizo que el IPC general subiera también un 0,29% (sin redondeo), situando la tasa anual en el citado 2,7%.

El informe plantea interrogantes sobre el impacto de los aranceles del presidente Donald Trump en los precios al consumidor. Algunas empresas han logrado proteger a sus clientes acumulando inventario antes de la aplicación de los gravámenes o absorbiendo parte del aumento de costes a costa de unos menores márgenes.

"La subida del 0,2% intermensual del IPC subyacente en junio indica que el deflactor del PCE (gasto en consumo personal) subyacente, indicador preferido de la Reserva Federal, aumentó un 0,3% el mes pasado, con lo que la tasa de inflación anual del PCE subyacente se mantuvo sin cambios en el 2,7%. Aunque se trata de la mayor subida de los últimos meses, sigue sugiriendo que, por ahora, los aranceles están teniendo un impacto limitado en los precios", certifican los analistas de Capital Economics en una nota para clientes.

Desde Inflation Insights LLC advierten que, excluyendo los automóviles, los precios de los bienes básicos subieron un 0,55% en junio, el mayor avance mensual desde noviembre de 2021. "El informe de hoy mostró que los aranceles están empezando a notarse", subrayan en una nota.

Pero la conclusión general es que aún no se nota esa presión y que la cifra de IPC subyacente podría generar aún más presión de Trump y los suyos para que la Reserva Federal baje ya los tipos de interés (los mantiene por encima del 4% desde diciembre). Si bien algunos funcionarios han expresado su disposición a recortar los tipos cuando el banco central se reúna dentro dos semanas (lo que ha hecho que se les vincule a Trump), los responsables políticos, en general, siguen divididos sobre si los aranceles causarán un shock de precios puntual o algo más persistente, y probablemente se mantendrán sin cambios. Parece difícil que el informe de este martes resucite un recorte de tipos en julio ya completamente enterrado por el mercado, pero deja más que abierto el debate de cara a septiembre.

El informe de la BLS apenas ha modificado las apuestas del mercado sobre la flexibilización de la política monetaria de la Fed. Los swaps reflejan que los operadores otorgan más de un 60% de probabilidades al recorte de tipos para septiembre (una reducción estándar de 25 puntos básicos) y anticipan casi dos bajadas para finales de año.

"Una vez más, los efectos del aumento de aranceles se hacen evidentes en algunas áreas. Sin embargo, esto no es suficiente para aumentar significativamente la inflación. Es probable que la Casa Blanca continúe sus ataques contra la Fed, y en particular contra Powell, y mantenga la presión para que se reduzcan los tipos de interés. La Fed probablemente resistirá la presión durante un tiempo, y seguimos considerando improbable un recorte de los tipos de interés en su próxima reunión dentro de dos semanas. Sin embargo, en septiembre, es muy probable que la Fed recorte los tipos de interés clave en 25 puntos básicos. Esto sin duda no será suficiente para Donald Trump, quien lleva tiempo pidiendo recortes rápidos y amplios de los tipos de interés", apuntan desde Commerzbank.

"Si bien es probable que cualquier impulso a la inflación inducido por los aranceles sea de corta duración, con el anuncio de aranceles más altos, sería prudente que la Fed se mantuviera al margen al menos durante unos meses más", se pronuncian desde Principal AM en una nota recogida por Bloomberg.

En cualquier caso, el dato de junio es solo una 'victoria parcial' en la medida en la que el grueso de análisis espera un repunte inflacionario a partir de verano aún cuando EEUU llegue a acuerdos comerciales con los distintos socios. "Seguimos previendo subidas de precios más acusadas a finales de este año, a medida que las empresas vayan agotando las existencias previas a los aranceles y tengan que admitir finalmente que estos han llegado para quedarse. Si el presidente Trump cumple sus amenazas de aumentar aún más los aranceles a partir del 1 de agosto, la presión al alza sobre los precios será obviamente aún mayor", admiten desde Capital Economics.

Los analistas de ING vienen advirtiendo de que la mayor parte del impacto arancelario se dejará sentir a partir de julio, cuando se corre el riesgo de un 0,4% intermensual en el IPC subyacente: "Este tipo de datos tiene capacidad para impulsar la inflación subyacente hasta el rango del 3,5% al 4% interanual en el tercer trimestre".

"La gran pregunta es: ¿en qué medida se ha repercutido el aumento de los aranceles en los precios de los bienes de consumo? Sospechamos que no mucho, ya que es probable que sea demasiado pronto para que se haya producido una repercusión material. Durante el primer mandato del presidente estadounidense Donald Trump, los aranceles sobre las lavadoras tardaron unos tres meses en reflejarse en los precios al consumo", señalan los estrategas de UniCredit Research.

En su comparecencia semestral ante el Congreso, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que los bienes a la venta en los comercios solían importarse tres meses antes. El Libro Beige de la Fed sobre mayo señaló que "los contactos que prevén repercutir los costes relacionados con los aranceles esperan hacerlo en un plazo de tres meses". "Dado que el gran aumento de los aranceles se produjo en abril, con la imposición de un arancel universal adicional del 10% a los bienes procedentes de la mayoría de los países y la aplicación de un tipo más elevado a los bienes procedentes de China, y que la distribución anticipada de las importaciones probablemente ha retrasado la repercusión, esperamos ver un impacto más claro en los datos de julio-agosto. Seguimos esperando que la Fed recorte los tipos una sola vez este año, en diciembre", refuerzan su apuesta en UniCredit.

"De momento, sólo la mitad de la subida prevista ha afectado a la economía. La acumulación de existencias significa que los artículos antes de impuestos siguen estando disponibles. La facilidad con la que las empresas estadounidenses pueden repercutir las subidas de precios es importante. La inflación pospandémica lo ha facilitado. Los aranceles han dominado la narrativa mediática (no republicana), facilitando la subida de precios. Los detalles, no los titulares, indicarán la escala potencial del aumento de la inflación.", contextualiza Paul Donovan, economista jefe de UBS.

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