
Wall Street se ha encontrado con un año realmente extraño. A pesar de que se han sucedido una cascada de palos en la rueda (DeepSeek, aranceles, medidas de Trump) el S&P 500 ha logrado una vigorosa remontada que lo ha devuelto a máximos históricos con una subida del 8% en lo que va de año. Entre tanto las grandes firmas tecnológicas han sumado de forma clara a este ascenso al mostrar unos números que resistían pese a que la tensión es cada vez mayor, disparando, en varios casos, un festival de euforia sin el que no se puede entender la remontada.
El ejemplo claro es Microsoft, que entró en el club de los 4 billones de dólares tras presentar sus resultados esta semana. Si bien los gigantes han seguido caminos muy diferentes afectados en mayor o menor medida por los aranceles. La realidad es que la fiebre de las big tech es totalmente clave. Según datos de Bloomberg con un 24% de rentabilidad trimestral en el segundo tramo, el sector tecnológico es el de mejor desempeño con un 41% del mismo de la mano de las firmas de mega capitalización. Además, el sector tecnológico vuelve a representar cerca del 34% de la valoración total del S&P 500, es decir, un punto más que en los máximos anteriores 2000.
Esta situación ha vuelto a generar una gran duda que parecía ya enterrada desde que DeepSeek desatase las dudas del modelo de crecimiento de la industria IA. En aquel momento la perspectiva de una IA abaratada y con menor necesidad de inversión e infraestructura desató caídas frenéticas. Cada vez más analistas están volviendo a expresar su preocupación porque el mercado se encuentre ante un gran burbuja comparable a la de la era de las puntocom y que pueda explotar en cualquier momento.
Uno de los últimos en dar la voz de alarma ha sido Torsten Slok, economista jefe de Apollo Global. En un contundente informe el economista dice que "la diferencia entre la burbuja en la que vivimos ahora y la de los noventa es que ahora las principales empresas del S&P 500 están más sobrevaloradas que en los noventa". En ese sentido, el experto defiende que la "concentración extrema y las altísimas expectativas que se desprenden en sus precios superan la fiebre de finales de los noventa, cuando los inversores invirtieron de forma masiva en internet sin preocuparse demasiado por la rentabilidad del presente".
Una estadística ha llamado la atención de algunos. El Múltiplo del capital invertido dividido por el valor razonable (fair value), basado en el retorno sobre el capital invertido (ROIC) menos el coste medio ponderado del capital (WACC). Resumiéndolo de forma sencilla, se trata de una cuádruple estadística que mide cuánto capital se ha invertido, cuánto se ha recuperado, cuánto se puede esperar recuperar con fundamentales y si el retorno supera o no el coste de financiación Esta estadística es muy útil porque, en la práctica es una forma más refinada de ver hasta que punto está creciendo la valoración sin un retorno equivalente basado en fundamentales. Es por ello que muchos han señalado que hay cierto peligro dado que esta ratio ya se encuentra en zonas muy cercanas a los niveles de la burbuja de las punto com.
Sin embargo, otra métrica clave como el PER ofrece más alivio. Si bien hoy el sector tecnológico del S&P cotiza a 29,5 veces las ganancias futuras, lo cual es alto según los estándares históricos, esto no se acerca al pico de casi 50 veces registrado en 2000. De manera similar, el S&P 500 y el Nasdaq cotizan actualmente alrededor de 22 y 28,5 veces las ganancias futuras, en comparación con los picos de las puntocom de 24,5 y más de 70 veces, respectivamente. En ese sentido, esta estadística llama más a la calma, pero los inversores tienen miedo de que se esté gestando una burbuja similar en tamaño, pero diferente en forma, una burbuja en los beneficios.
Desde IE Insights comentan que, analizando los criterios que conformaron otras burbujas en el pasado, "las valoraciones actuales muestran claros síntomas de esa sobreextensión. Sus indicadores plantean preocupaciones inmediatas". Según la consultora "En todo el sector de la IA, los patrones de inversión muestran una aceleración de las entradas de capital a pesar de la incertidumbre en los plazos de rentabilidad. El entusiasmo por las capacidades de la IA ha atraído una financiación masiva incluso para empresas con vías de monetización inciertas. La cobertura mediática y el discurso público reflejan cada vez más un entusiasmo especulativo".
En cualquier caso la firma destaca que esto no implica nada negativo para la tecnología y pone el ejemplo de Amazon. Durante la era dorada de internet, la firma fundada por Jeff Bezos, "subió en un par de años doce o catorce veces, y luego, cuando el mercado se desplomó, cayó un espectacular 92%,. Pese a todo, emergió como una empresa dominante".
Una burbuja no en el mercado, en los beneficios
Desde Capital Economics consideran que "el mercado bursátil estadounidense se ha vuelto cada vez más concentrado. Esto se refleja en el aumento de la participación del 10% de las acciones más importantes por tamaño en su capitalización bursátil total". Sin embargo, todavía estamos en un ciclo alto de esta burbuja, según estos expertos, por lo tanto, "esperamos que la burbuja IA siga creciendo".
Para la firma "actualmente lo que más la está inflando son los aumentos en las ganancias que las propias valoraciones. Esto no significa que no vaya a estallar" pues esos beneficios no deberían ser suficientes para justificar la escalada y concentración. "Es posible que se forme una burbuja en los beneficios, un factor fundamental, pero que estos sean volátiles y una fuerte caída desate el estallido". La firma espera una corrección importante en 2026 o en años posteriores.
Este giro hacia una burbuja en los beneficios son algo que se ven en las previsiones de resultados de Bloomberg para todo el S&P 500 y el Nasdaq 100. En el caso del índice general el consenso de expertos espera un crecimiento del 12% para este año y del 11,2% para el año próximo. Muy similar la situación del índice tecnológico con un crecimiento de los beneficios del 14,85% para este año y del 13,86% para el próximo.
En definitiva, las grandes conquistas que se han vivido tras la presentación de varios resultados como el de Microsoft o Alphabet (que contrasta con las potentes caídas de Amazon, por ejemplo), ponen de manifiesto uno de los mayores temores de Wall Street. Esa 'burbuja de beneficios' que puede acabar en cualquier momento dada la euforia que se está generando. Queda por ver si este riesgo que algunos ya detectan es solo eso o si el caso DeepSeek fue solo un aperitivo de un colapso histórico.