
Wall Street ha vivido este año una gran historia de remontada que ha pasado bajo el radar. Una conspiración de factores se aliaron para provocar un descalabro: caos tecnológico en la IA con DeepSeek, aranceles, una economía que pasaba de estar 'on fire' a amenaza'... etc. Todo esto hundió al S&P 500 con caídas superiores al 14% en su peor momento del año (abril). Desde entonces una silenciosa remontada se ha establecido mientras los grandes peligros iban poco a poco estabilizándose, algo que le ha permitido no solo estar en positivo en el año (+3,81%) sino quedarse al borde de reconquistar los máximos históricos perdidos en febrero.
Sin embargo este viaje de ida y vuelta se enfrenta a un momento crítico. La renta variable de EEUU podría ver como se diluyen varios de los motores que han sostenido la remontada. Por un lado, el más transparente, con unos acuerdos comerciales que tienen que firmarse en cuestión de semanas y en los que no parece haber avances, algo que se suma a unas altas expectativas empresariales y unos consumidores cada vez más débiles que están lanzando alertas.
Sin embargo, hay otro frente que parece haber pasado inadvertido y que tiene también una gran importancia. Las empresas de Wall Street han mantenido en buena medida a flote muchas de sus cotizaciones gracias a unas recompras sin precedentes, como no se habían visto nunca en la historia. Ahora los expertos creen que estas pueden caerse mientras los beneficios de las firmas se ven amenazados.
Récord histórico en recompras
El último en mojarse al respecto ha sido S&P Global en un reciente informe en el que pone de manifiesto que el primer trimestre las recompras se dispararon un 20% en medio del caos del mercado del y alcanzaron un máximo histórico de 293.000 millones de dólares. Ahora, según la agencia "el impacto de los costes en las compañías del S&P 500 provocará una caída de las mismas". Este último empujón ha sido el último gran paso de una oleada de inversión en recompras sin precedentes e EEUU, con el S&P 500 registrando casi un billón de dólares frente a los escasos 816.000 millones de los 12 meses anteriores.
Pero, ¿por qué las empresas recompran a estos niveles? Para empezar supone una recompensa a los accionistas al tiempo que mejoran la situación bursátil de la empresa alterando métricas clave. Con las recompras el beneficio por acción aumenta, pues se reducen los títulos en circulación. Por su parte, ofrece un doble beneficio pues recomprar acciones no solo mejora esa ratio sino que permite a los accionistas no afrontar impuestos de la misma manera que lo harían con pagos como dividendos. Es una gran herramienta para momentos de gran bonanza en los que la liquidez se acumula por unos buenos resultados.
En el período de 12 meses finalizado en marzo de 2025, los dividendos alcanzaron un récord de 642.100 millones de dólares, un aumento del 8,3 % en términos agregados respecto a los 593.100 millones de dólares de los 12 meses anteriores. También marcando un importante incentivo para los inversores, algo que también esperan que se reduzca.
Según S&P Global este impulso final de las recompras fue muy de la mano de los aranceles pues "muchas compañías registraron recompras ante los anuncios". En parte, para proteger su cotización. Sin embargo, comentan que "dada la volatilidad en el mercado y la incertidumbre, ya estamos detectando que las recompras se están limitando seriamente.
Se trata de un factor que si bien no es el más decisivo, si se trata de un factor diferencias. El último informe de citiGroup hablaba de que unas recompras de 1 billón de dólares en 2025 actuarían como "un arma secreta" que permitiría incrementar la cotización del S&P 500 un 11%. Concretamente hablaban de que si las grandes cotizadas como son Apple o Nvidia invertían el 30% de su efectivo en esta opción serían un factor clave para impedir las caídas en Wall street.
Para entender la importancia que puede marcar esto, un estudio de SPDR (Standard & Poor's Depositary Receipt) habla de una correlación baja con la evolución del S&P 500 (5%), afirma que en entornos bajistas actúan como una red de seguridad. Según la misma cuando una acción está cayendo y se inyectan importantes cantidades de recompras, el resultado suelen ser remontadas del 9%.
Dudas del gran dique de contención del S&P 500
Al margen de las recompras, otra de las claves están en entredicho, o al menos no está totalmente asegurada. Desde Capital Economics señalan que la clave de la remontada del S&P 500 ha estado en "unas tecnológicas remontando con fuerza tras DeepSeek al registrar unos sólidos resultados que sugieren que el problema de la competencia china no sería más importante".
Desde la firma esperan que esta tendencia pueda mantenerse, pero nada lo garantiza. Las expectativas del mercado son muy altas y cualquier decepción puede provocar un importante retroceso. Las perspectivas para el segundo trimestre de los analistas son de unas firmas del S&P 500 registrando beneficios del 5% más (interanual) y unos ingresos subiendo un 3,9%.
Estas elevadas pretensiones de ingresos y beneficios chocan directamente con la sensación de que los consumidores están debilitándose a marchas forzadas, al menos esas son las conclusiones tras las ventas minoristas de EEUU. Los últimos datos, relativos a mayo, muestran una caída del 0,9%, el segundo retroceso mensual consecutivo.
"Prevemos una desaceleración más pronunciada en la segunda mitad del año, con los aranceles"
"Los anuncios de aranceles han tenido un claro impacto en el momento de realizar compras de artículos de alto valor, en particular de automóviles, pero aún hay pocas señales de que los aranceles estén provocando una contracción general del gasto de los consumidores", declaró Michael Pearce, economista jefe adjunto de Oxford Economics. "Prevemos una desaceleración más pronunciada en la segunda mitad del año, a medida que los aranceles comiencen a afectar la renta real disponible".
Por su parte, si bien las 'prórrogas arancelarias' para negociar, han sido también claves para la remontada de Wall Street la realidad es que ya solo quedan dos semanas para que el plazo acabe y llegue la nueva realidad del comercio mundial, otro elemento disruptivo que puede cambiarlo todo en Wall Street.
En cualquier caso, pocos dudan de que la remontada hacia máximos históricos está en el bolsillo del S&P 500… Sin embargo, crece la sensación de que este ciclo de avances se encuentra con este hito a las puertas de un punto de inflexión. Tres de sus grandes bazas (recompras, resultados y aranceles) afrontan diversos 'match points' decisivos que marcarán el rumbo de Wall Street y, por lo tanto, de toda la renta variable a nivel global.