Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

La guerra comercial entre Europa y China podría estar a punto de estallar. Se está gestando la gran batalla de este naciente conflicto que, además, tendrá un protagonista claro. Los primeros 'disparos' se han podido atisbar en las últimas semanas. No solo a través de declaraciones cruzadas sobre posibles aranceles y represalias, la Unión Europea ha comenzado a proponer sanciones sobre empresas chinas, aunque con el argumento de que estas firmas podrían estar ayudando a Rusia. Sin embargo, el gran motivo de tensión es otro bien diferente: el coche eléctrico, gran protagonista.

El mundo ha entrado en una nueva era. Ya no son especulaciones ni previsiones inciertas, el cambio es una realidad. El dividendo de la paz ha terminado y los gobiernos han comenzado a dedicar una mayor parte de su presupuesto a defensa. Un dinero que podía usarse para partidas más 'agradables' (educación, infraestructuras...) se invertirá en modernizar unos ejércitos anquilosados tras años de estabilidad y la protección de 'papá EEUU'. De la noche a la mañana, se ha producido casi un giro de 180 grados. La paz en Europa se ha esfumado y la protección de EEUU pende de un hilo, sobre todo si Donald Trump se impone en las próximas elecciones americanas.

El Gobierno de Alemania lleva desde 2022 avisando de que su gasto en defensa se va a incrementar ante la creciente amenaza de Rusia. Esta promesa ya se ha hecho casi realidad: el gran rearme alemán ha comenzado. El país gastará al menos 72.000 millones de euros en defensa este año, más que nunca en la historia de la Bundeswehr (como se conoce a las fuerzas armadas de Alemania). El gasto total se desconoce al haber partidas clasificadas, pero llega después de décadas al 2% del Producto Interior Bruto (PIB) que marca como objetivo la OTAN (la Alianza Atlántica que vincula la defensa de EEUU con la de los países europeos). De toda esta inversión, unos 52.000 millones de euros procederán del presupuesto ordinario y 19.800 millones de euros del fondo de inversión especial para defensa, enseña del cambio de paradigma de Berlín en la materia.

El mercado laboral español está viviendo una situación cuando menos singular. Dos de los sectores más importantes de este mercado fueron casi 'condenados' a muerte durante la pandemia. El covid tenía el potencial para reducir sobremanera el tamaño de la hostelería y el comercio. Sin embargo, pocos años después, estos sectores no solo se han recuperado, sino que están sufriendo una escasez de mano de obra acuciante. Buena parte de los bares y restaurantes están 'decorados' con carteles en los que se puede leer: "Buscamos personal". Estos establecimientos no encuentran camareros, mientras que los comercios tienen problemas para completar sus plantillas (vendedores, dependientes, etc.). La gran pregunta es, ¿dónde están todos los camareros y dependientes?

La revolución que comenzó a experimentar el mercado de petróleo en 2014 ha cambiado las reglas del juego para siempre. La fracturación hidráulica (fracking) y el shale oil (petróleo de esquisto) han convertido a EEUU en el mayor productor de petróleo del mundo, superando a Arabia Saudí y Rusia. No obstante, si se profundiza en los datos de producción de EEUU se puede ver como una sola región es la culpable de prácticamente toda esta revolución: la Cuenca Pérmica, situada entre Texas y Nuevo México, produce 6 millones de barriles de crudo cada día. Sin embargo, la frenética actividad en esta zona empieza a tener consecuencias. Son cada vez más los expertos que hablan de un proceso ya de consolidación (en lugar de crecimiento) o incluso que aseguran que la Cuenca Pérmica se está 'secando'.

Decenas de buques rusos se encuentran 'amontonados' en varios puertos sin poder cargar ni descargar petróleo. Han pasado dos años desde que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania, pero parece que por fin las sanciones empiezan a funcionar. Vladímir Putin ha estado sorteando de muchas formas las sanciones occidentales, pero en las últimas semanas algo está cambiando. Tanto la 'flota en la sombra' como los aliados inesperados de Rusia parecen estar teniendo problemas para mover y comprar el crudo ruso, lo que debería impactar en los ingresos de Moscú más pronto que tarde.

Arabia Saudí, líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha liderado una estrategia de grandes recortes de petróleo por parte de los países del cártel. Pese a que los recortes anunciados entre todas las reuniones sumaban más de 2 millones de barriles, lo cierto es que los recortes reales no han llegado a esa cifra, quedándose en algo más de un millón de barriles. Aunque Riad suele ser un país cumplidor con los recortes, otras economías como Irán o Emiratos Árabes Unidos han aprovechado los recortes de Arabia Saudí para producir mucho más crudo. Si Riad termina cansándose de estos comportamientos dentro de la OPEP siempre tiene la opción de revertir su estrategia e inundar el mercado de crudo, algo que hoy parece poco probable. Sin embargo, esta semana, Arabia Saudí ha querido sacar músculo desvelando la cantidad de petróleo que puede producir si abriera las espitas al máximo.

Europa se ha encontrado ante una decisión inesperada. La guerra de Ucrania se está alargando y los activos rusos congelados por las autoridades europeas siguen bajo la administración del Club de los 27. Esta gran cartera, que se ha convertido en el principal 'prisionero de guerra' de Occidente, ha obtenido unos potentes beneficios de 4.400 millones de euros gracias a las condiciones financieras de altos tipos de interés y un mercado 'on fire' en 2023. En ese contexto, las altas esferas de Bruselas debaten ante la furia de Moscú qué hacer con ese remanente que ahora está en su poder.

Hace unos años, pocos analistas habrían apostado por la irrupción en el mercado petrolero de un pequeño país caribeño, cuya economía estaba basada en la rudimentaria extracción de metales y la agricultura de subsistencia. Sin embargo, hoy, el éxito de este país es toda una realidad. En cuestión de tres años se ha convertido en uno de los productores de petróleo más importantes de Sudamérica y el mayor productor del mundo per cápita de crudo. Guyana, un país con 800.000 habitantes, está bombeando cada día 640.000 barriles de crudo, casi un barril por habitante. Además, este petróleo se ha convertido en una bendición para una Europa que ha tenido que buscar nuevos socios tras las sanciones aplicadas a Rusia. ¿Qué hay detrás del petróleo de Guyana? ¿Por qué es tan competitivo?

¿Es bueno imponer un control o tope a la subida de los alquileres? Prácticamente todo el mundo contestaría que sí. Parece muy evidente. Topar el precio de un servicio elemental como el alquiler es de justicia social, lo mínimo que puede hacer un gobierno: proteger al inquilino del malvado casero. Pero, ¿y si le contamos que un respetado economista aseguró la mejor forma de destruir una ciudad, sin tener en cuenta la opción de bombardearla, es imponer un control de alquileres? Pues sí, y es que rara vez existen soluciones tan sencillas a problemas tan complejos como es el del precio de la vivienda y el alquiler.