Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Otra crisis más esquivada. La economía de la eurozona vuelve a tener pulso, tal y como han revelado los indicadores PMI publicados esta semana. El mercado laboral sigue mostrando fortaleza, la inflación está bajando y los salarios empiezan a contenerse. Además, la parte más abrupta de la transmisión de la política monetaria a la economía podría haber terminado. Si todo lo anterior se confirma, no sería ninguna locura declarar que lo 'peor' para la economía de la zona euro podría haber quedado atrás. ¿Qué supone esto en términos de política monetaria? El Banco Central Europeo (BCE) ya no tendrá tanta prisa por empezar a bajar los tipos de interés y podrá mantener una 'tradición' histórica: esperar a que la Reserva Federal de EEUU mueva ficha, analizar el impacto inmediato en los mercados, y actuar en consecuencia. El 'problema' es que la Fed cada día repite más alto que va a proceder con calma porque la economía americana sigue a todo gas. Se complica así saber quién va a dar primero el gran paso.

Se cumplen dos años desde que Rusia decidiera comenzar la invasión de Ucrania. El desgaste de la guerra y las históricas sanciones de Occidente sobre los sectores clave de la economía de Rusia prometían hundir a la economía rusa en una debacle. Las previsiones del Fondo Monetario Internacional y otros organismos aseguraban que el PIB se podría hundir hasta cerca de un 10%. Sin embargo, la realidad fue muy diferente, al menos en términos estadísticos. La economía rusa sufrió una leve recesión de la que ya se ha recuperado. ¿Un duro golpe para Occidente? En parte sí, pero no del todo. La economía rusa presenta estabilidad en apariencia, pero en el fondo está sufriendo una crisis que queda oculta tras el 'cascarón' del PIB agregado.

Las comparaciones siempre son odiosas, pero a veces son muy útiles para comprender una situación compleja. Imagine que Francia le reclamase a España, por cuestiones relacionadas con la Guerra de la Independencia, toda la mitad norte del país. Y que encima, esa zona de España albergase importantes yacimientos de petróleo y minerales. Aunque con muchos matices y diferencias, eso es lo que le sucede hoy a Guyana. Su vecina Venezuela reclama una porción de territorio que equivale a la mitad de Guyana entera.

La crisis de las oficinas es ya una realidad que está amenazando al sistema financiero de EEUU y poniendo en jaque al sector inmobiliario europeo. Con los tipos de interés altos, peores perspectivas económicas, mayores costes y el auge del teletrabajo, los activos de inmobiliario comercial para alquilar se han desplomado, provocando auténticas sangrías en las cuentas de numerosos bancos en Nueva York y diversas socimis en Berlín. Sin embargo, mientras el mundo mira con preocupación al sector, Madrid vive una auténtica primavera de proyectos, con una oferta de 340.000 metros cuadrados para los próximos dos años y con potentes rentabilidades .

EEUU ya produce un 40% más de petróleo que Arabia Saudí y la brecha no para de crecer. Esta situación era inimaginable hace menos de 10 años, pero la historia de éxito del fracking (fracturación hidráulica) y del shale oil (petróleo de esquisto) han permitido a EEUU alcanzar un récord de producción diario que nadie antes había logrado, mientras que Arabia Saudí recorta la suya. Así, la primera potencia del mundo está produciendo más de 13 millones de barriles de crudo cada día, una cifra que ningún país antes había logrado de forma constante en el tiempo.

Realizar previsiones sobre Rusia es una auténtica aventura. Muy pocos creían (o querían creer) que Vladímir Putin se atrevería a lanzar una invasión a gran escala sobre Ucrania, pero lo hizo. Después, tras las sanciones occidentales, muchos vaticinaron una fuerte caída de la economía del país que ahogaría a Moscú. Nada de eso sucedió. Ahora, los analistas prefieren ser cautos y lanzar varios escenarios (algunos de ellos radicalmente opuestos) en sus previsiones para el país cuando la guerra cumple dos años y no hay visos de fin del conflicto. Entre estas opciones, algunas llaman, y mucho, la atención por el impacto que tendrían sobre la economía rusa. Aunque parecen poco probables, merece la pena analizarlas, dado que en Rusia no suele suceder lo esperado, sino que termina ocurriendo lo que nadie había previsto. Una suerte de nueva revolución rusa es uno de esos escenarios que hoy parecen poco probables, pero que llaman la atención por su potencial disruptor y porque, como suele decirse, "la historia no se repite, pero rima".

Desde que comenzasen a registrarse los datos de forma oficial en 2016, el petróleo flotante (crudo almacenado en buques) ha sido uno de los factores clave para analizar qué estaba pasando en el mercado de crudo. Una importante acumulación solía ser síntoma de una oferta fuerte, respecto a la demanda, que forzaba a 'guardar' el petróleo en buques, pese al elevado coste. Pues según ha revelado la Agencia Internacional de la Energía en su último informe, el petróleo flotante ha caído a mínimos desde que hay registros. Sin embargo, esta vez el impacto sobre el mercado podría ser diferente, puesto que hay varios factores singulares que han provocado esta rápida reducción del petróleo sobre el mar.

El comercio internacional se está adentrando en aguas turbulentas. El auge de los conflictos geopolíticos, la moderna 'piratería del siglo XXI' y el cambio climático están presionando algunas de las principales arterias comerciales del mundo. Un buen ejemplo es lo que está sucediendo en el Canal de Panamá, donde las sequías están erosionando la capacidad de esta vía marítima para 'transportar' en sus aguas a los grandes buques mercantes que intentan pasar de un océano a otro. Ante esta situación, parece idóneo buscar alternativas. China pudo tener la solución: un proyecto que fue revelado en 2012 y que podría haber sido parte de la solución. Pekín quiso construir en Nicaragua la que habría sido la mayor obra de ingeniería de la historia: un canal interoceánico con un tamaño que supera en tres veces al Canal de Panamá.

Un país europeo vuelve a tener el honor de ocupar una plaza en el podio de la economía mundial, algo que no sucedía desde hace casi dos décadas. Esto era algo que no se encontraba en las previsiones de casi nadie. Todo hacía indicar que ningún país de Europa, el Viejo Continente, volvería a entrar al club de los 'elegidos', las tres economías con un PIB más grande del mundo. Sin embargo, una auténtica carambola ha permitido que Alemania se alce hasta la tercera posición, desplazando a una economía de Japón, que ha sufrido una recesión y la debilidad de su divisa, el yen.

Imagine un país que lleva cinco años creciendo más de un 20%, cuya deuda pública ha caído en casi 80 puntos porcentuales desde que comenzó el siglo XXI, con una inflación relativamente controlada, uno de los mayores superávits por cuenta corriente del mundo (en términos de PIB) y que pese a todo no parece mostrar desequilibrios a simple vista. Esta auténtica historia de éxito tiene algo de trampa, puesto que está ligada al masivo hallazgo de petróleo (el secreto que hay tras el despegue a gran velocidad de esta pequeña economía), pero aun así el Fondo Monetario Internacional ha admitido que la historia de Guayana es un éxito sin precedentes, hasta la fecha.