Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
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Los malos augurios de Europa enterrada en un crudo invierno, empezando por Alemania, por el corte de suministro de gas no se han cumplido. El PIB germano terminó 2022 con un crecimiento del 1,9%, por lo que, con casi toda probabilidad, en el último trimestre del año la economía habría evitado una caída y alejado el fantasma de la recesión técnica.

El proceso de desinflación que dio comienzo en julio sigue adelante en EEUU. El IPC ha vuelto a perder impulso y reduce su tasa de crecimiento hasta el 6,5% en diciembre (frente al 7,1% de noviembre), unos niveles que no se veían desde octubre de 2021 (en general, el dato está en línea con lo esperado por los expertos). La inflación subyacente también modera su ritmo y se sitúa en el 5,7%, según el comunicado de la Oficina Laboral de Estadísticas (BLS).

Este miércoles se produjo un hecho poco habitual en el mercado de petróleo. El precio del 'oro negro' subió con fuerza pese al drástico incremento de los inventarios de crudo (reservas de petróleo comerciales) en la mayor economía del mundo. En condiciones normales, un incremento de los inventarios (si todo lo demás se mantiene constante) mayor del esperado suele desencadenar en una caída del precio del petróleo. Sin embargo, esta semana ha ocurrido todo lo contrario. No es porque el mercado se haya vuelto loco, sino que hay otro factor más poderoso detrás de la subida del crudo: China.

Incluir o no la vivienda en el IPC, esa es la cuestión que llevan años debatiendo académicos y economistas en la Eurozona. El Banco Central Europeo debate esta cuestión casi en cada reunión. En muchas de las actas de cada cónclave aparece el comentario del algún miembro del Consejo de Gobierno (el órgano rector del instituto monetario) que hace referencia a esta cuestión, asegurando que la inflación sería mucho más alta si se tuviera en cuenta la evolución de los precios de la vivienda (supone un coste para muchas familias hipotecadas). Incluir este indicador a través de las rentas imputadas es un arma de doble filo: por un lado, puede ayudar a conocer de forma más precisa la evolución del coste de la vida para los hogares, pero a la vez puede amplificar (su evolución suele ser procíclica) las subidas y las bajadas de la inflación con el riesgo que ello conlleva para las expectativas.

El Banco Central Europeo (BCE) comenzó a subir los tipos de interés en julio de 2022. Desde entonces, el BCE no ha parado de elevar el precio del dinero en cada oportunidad que ha tenido (reunión a reunión). El tipo de la facilidad de depósito ha pasado del -0,5% al 2% en seis meses y se espera que el endurecimiento monetario prosiga durante este año. ¿Cuándo terminará el BCE su ciclo de subida de tipos?

Lo ocurrido con la política monetaria y los tipos de interés en 2022 ha sido una sorpresa que pocos esperaban, sobre todo en la zona euro, donde el Banco Central Europeo (BCE) llevaba más de diez años sin subir los tipos de interés. Pero la historia no termina ahí. Todo hace indicar que en la próxima reunión de política monetaria el BCE podría implementar una subida de tipos superior a la de la Reserva Federal, algo que no ocurría desde julio de 2011, cuando el BCE cometió su error más sonado de política monetaria al subir los tipos de interés en medio de un mercado de deuda fraccionado y una economía al borde la recesión. Entre 2008 y 2015, la Fed mantuvo los tipos en el 0% para asegurar una salida sólida de la crisis financiera.

El precio del oro ha subido más de un 15% en menos de 60 sesiones, aupándose hasta máximos de los últimos ocho meses. Este rebote del metal precioso ha sorprendido a propios y extraños, puesto que la mayor parte de los analistas esperaban cierta estabilidad en este mercado (o incluso cierta debilidad), sobre todo una vez que lo peor del shock inflacionista ha quedado atrás (el oro se ha usado históricamente como activo para protegerse de la inflación). Sin embargo, la onza de oro se ha apreciado más de 200 dólares por unidad, alcanzando los futuros de febrero un precio de 1.885 dólares. ¿Quién o qué está detrás de esta misteriosa subida del precio del oro?

La inflación ha sido la gran amenaza para las economías desarrolladas durante todo 2022. Sin embargo, dentro de la vorágine de subidas de precios casi global existía un oasis inmenso en Asia. China ha sido durante todo 2022 una fuerza desinflacionaria 'gracias' a su débil crecimiento y las fuertes restricciones para combatir el covid (las restricciones han supuesto un descenso agudo del consumo de petróleo y derivados). El menor consumo chino de materias primas, probablemente, ha sido clave para que la inflación no fuera aún más lejos. Pero esta situación no iba a ser eterna. Ahora que la economía china reabre y las previsiones de crecimiento del 'dragón' retoman la normalidad, surge la gran pregunta ¿se convertirá China en una fuerza inflacionista este 2023? ¿Tiene China la capacidad de reavivar la inflación global?

El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés 250 puntos básicos en seis meses. Este endurecimiento de la política monetaria busca enfriar la economía y aplacar una elevada inflación que se ha prolongado mucho más de lo esperado. Con las subidas de tipos, los bancos centrales elevan el 'precio' del dinero. De esta forma, los bancos se ven obligados a subir el coste del crédito a la par que elevan la remuneración de los depósitos para atraer una financiación (cuando metemos nuestro dinero en un banco estamos 'financiando' a ese banco) que cada vez es más cara en los mercados. Sin embargo, desde que el BCE comenzó a subir tipos, el crédito se ha encarecido con cierta intensidad, mientras que los depósitos apenas han comenzado a repuntar, lo que está permitiendo a los bancos incrementar su rentabilidad.

Desde 2013 a esta parte, los gobiernos de la zona euro se han endeudado con intensidad aprovechando lo que los economistas denominan 'un almuerzo gratis' (free lunch). Una política monetaria ultraexpansiva (tipos cero y compras masivas de deuda) cuasi permanente generó una especie de sueño del que los gobiernos de la Eurozona están despertando de golpe. Los tipos de interés oficiales han pasado en pocos meses de niveles negativos (-0,5%) al 2%, mientras que el rendimiento de la deuda (bono soberano a 10 años) ha pasado del 0% o tiempos negativos a pagar entre un 2, y 3,5%, dependiendo del país de la zona euro. El BCE ha puesto de manifiesto esta nueva situación dando un aviso a los gobiernos más endeudados: hay que comenzar a ajustar el gasto porque la carga financiera de la deuda empezará a tener un coste. El almuerzo gratis está terminando y ahora habrá que comenzar a pagar por la deuda aunque sea un precio económico.