Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.
Economía

La economía está saliendo con fuerza de la mayor recesión anual en décadas. Las previsiones sostienen que en 2022 el crecimiento del PIB global desacelerará, pero seguirá siendo sólido, pudiendo alcanzar una tasa de variación del 4,1%, según las previsiones de Economist Intelligence Unit (EIU). Sin embargo, los riesgos que pueden 'aplastar' esta previsión son muchos y muy reales. Una buena parte de ellos, incluso, podrían estar ya gestándose. Los economistas de EIU ven hasta diez escenarios reales que podrían hacer descarrilar la recuperación en 2022 y generar el caos.

Economía

La inflación ha vuelto a dar otro salto en EEUU para situarse en niveles no vistos desde diciembre de 1990. El IPC general se ha situado en el 6,2% en octubre, la mayor tasa de variación en más de tres décadas. La fuerte subida de los precios relacionados con la energía (ha subido un 30% anual) está empezando a permear en otros componentes, a lo que se suma los problemas en la cadena de suministros y la escasez de algunos inputs que están encareciendo los procesos de producción. Aunque el dato de octubre ha pulverizado todas las previsiones, aún podrían quedar algunos meses antes de que la inflación toque techo.

Materias primas

Los precios del petróleo han subido alrededor de un 105% en el último año. En noviembre de 2020, el barril de Brent apenas superaba los 40 dólares. Ahora, este tipo de crudo (referencia mundial) cotiza cerca de los 84 dólares. La recuperación de la demanda (que ha venido de la mano del rebote económico) y la rigidez de la oferta están llevando al crudo a máximos de siete años, lo que ha hecho saltar la alarmas en la Casa Blanca, que directamente ha acusado a la OPEP y a Rusia de los elevados precios del crudo. Sin embargo, los datos de producción de petróleo dejan a la luz una incómoda realidad: EEUU es uno de los grandes culpables de la escasez de petróleo global.

Política monetaria

Como el 'matón' de instituto que espera a que se vaya el profesor para amedrentar a un compañero, los mercados miran de reojo a los bancos centrales, a la espera de que el fin de las compras de bonos devuelvan la 'racionalidad' a un mercado en el que países con deudas astronómicas están pagando intereses mínimos. La vuelta de los vigilantes de los bonos podría estar más cerca con el nuevo ciclo monetario. Aunque los tipos de interés oficiales no vayan a subir en la zona euro, la reducción de las compras netas de bonos por parte del BCE puede ampliar los spread (diferenciales) y generar tensiones en los países más dependientes de estos programas: Grecia, Italia o España son candidatos.

Comienza el 'tapering'

Cuando comenzó la pandemia del Covid-19, los primeros análisis que se hicieron sobre la nueva crisis global que había comenzado y su impacto económico concluyó que, probablemente, los primeros países en entrar en la crisis serían los primeros en salir. Los expertos creyeron que habría un orden cronológico en este sentido: una recuperación en V, en la que China sería la primera en salir, por haber sido la primera en entrar; posteriormente sería Estados Unidos, y la zona euro se quedaría más rezagada, siendo la última en sufrir las primeras consecuencias económicas, y la última en empezar a ver la luz al final al túnel.

Política monetaria

Los grandes bancos centrales del mundo han comenzado a endurecer su política monetaria y a poner fechas relativamente concretas a las primeras subidas de tipos de interés. La excepción vuelve a encontrarse en la Eurozona y Japón, cuyos bancos centrales prefieren esperar a que haya más claridad, no para poner fechas, sino para empezar a hablar de subidas de tipos. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), la nueva estrategia monetaria incluye tres condiciones que se deben cumplir antes de que se produzca la primera subida de tipos en la zona euro, unos requisitos que no se alcanzarán mientras que el BCE siga defendiendo la transitoriedad de la inflación.

Economía

China ha sido durante años una 'fábrica' barata que ha abastecido al mundo desarrollado de los bienes que demandaba a través de grandes superávits comerciales. Una fuerza laboral inmensa, el crecimiento de la productividad y unos costes laborales muy bajos han permitido que la creciente demanda de Occidente no se tradujese en una inflación galopante, más bien al contrario. Sin embargo, ahora, esta tendencia podría estar revirtiéndose, al menos de forma temporal. China parece haber empezado a exportar inflación al resto del mundo, lo que podría inflar aún más la burbuja de inflación global que comenzó a hincharse a principios de 2021.

Energía

La consecución de un nuevo modelo económico y energético se ha convertido en prioridad para gran parte de los países desarrollados. La agenda climática está ganando impulso gracias a las bondades y beneficios que generará un nuevo sistema energético basado en fuentes de generación renovable: un clima menos extremo, menor contaminación, independencia energética... Sin embargo la transición energética también será muy costosa (en términos económicos) y quizá desigual. Así de claro lo tiene, por ejemplo, Patrick Artus, uno de los economistas más veteranos del banco de inversión francés Natixis, que encuentra varias razones para creer que esta transición tendrá implicaciones muy dolorosas para ciertos segmentos de las población, del tejido empresarial y de la economía en su conjunto.

Economía

El PIB de España entre julio y septiembre creció un 2% trimestral respecto al segundo trimestre, según el avance del INE. El dato es muy inferior a lo previsto por el consenso de analistas que esperaban un crecimiento del 2,7%. En términos anuales, la tasa de crecimiento se sitúa en el 2,7% frente al 17,5% del periodo anterior. El consumo sorprende con caídas trimestrales. El crecimiento se ha mantenido gracias al impulso de la inversión de las empresas.

Economía

Francia e Italia se han convertido contra todo pronóstico en las locomotoras de la recuperación económica de la zona euro. Ambos países han publicado unos datos de PIB que han sorprendido al alza, logrando un crecimiento trimestral cercano al 3% en ambos casos. Sin embargo, España y Alemania se quedan atrás, con datos de PIB que han estado por debajo de las expectativas y muy lejos de los presentados por París y Roma.