Economía

La caída inesperada del consumo frena el crecimiento del PIB del tercer trimestre al 2%

  • Los expertos contemplaban un crecimiento muy superior, al 2,7%
  • La demanda interna desacelera con brusquedad y contra pronóstico
  • Los últimos datos hacen que salte por los aires el cuadro macro del Gobierno

El PIB de España entre julio y septiembre creció un 2% trimestral respecto al segundo trimestre, según el avance del INE. El dato es muy inferior a lo previsto por el consenso de analistas que esperaban un crecimiento del 2,7%. En términos anuales, la tasa de crecimiento se sitúa en el 2,7% frente al 17,5% del periodo anterior. El consumo sorprende con caídas trimestrales. El crecimiento se ha mantenido gracias al impulso de la inversión de las empresas.

Sorpresa negativa de la economía española. La recuperación se mantiene pero a un ritmo inferior de lo esperado, y con síntomas preocupantes. El consumo, que debe ser la principal palanca de la recuperación, ni es que haya frenado, ha caído respecto al segundo trimestre. Se contrajo un 0,3% entre julio y septiembre, en contraste con el avance del 3,5% que experimentó en el segundo trimestre.

Mientras el consumo de los hogares retrocedió un 0,5%, frente al repunte del 4,7% del trimestre anterior, mientras que el gasto público moderó su crecimiento trimestral ocho décimas, desde el 0,9% del segundo trimestral al 0,1% en el tercero. La demanda interna apenas creció un 0,2%.

Contra pronóstico, el crecimiento del PIB en los meses de verano se vio impulsado fundamentalmente por la inversión, que aumentó un 1,3%, frente al retroceso trimestral del 2,2% del segundo trimestre.

La contribución de la demanda nacional al crecimiento interanual del PIB es de 1,5 puntos, 15,8 puntos inferior a la del segundo trimestre. Por su parte, la demanda externa presenta una aportación de 1,2 puntos, uno más que en el trimestre anterior.

Cuando aportación de las dos variables están cerca de alcanzar el punto de equilibrio no suele ser buenas noticias para la economía española. Históricamente, cuando la demanda externa proporciona un impulso positivo suele ser en períodos recesivos al contraerse el motor interno de la demanda.

Los expertos anticipan un frenazo de la economía, pero no del consumo

Pocos expertos anticipaban una caída de tal magnitud en el consumo, aunque ya barajaban un frenazo en la recuperación. El dato de PIB trimestral ha sido malo. El Banco de España anticipaba que la economía crecería a un ritmo trimestral del 2,7%. Y eso teniendo en cuenta que el recorte del INE para el segundo trimestre favorecía la comparación. Sin este ajuste, el incremento del PIB hubiera sido mucho más débil en términos trimestrales. La estimación de crecimiento pasó del 2,8% trimestral al 1,1% entre abril y junio.

Los economistas del Banco de España anticipaban que "la actividad económica habría mantenido un elevado grado de dinamismo", escribían los economistas de la institución en el último boletín económico, sin contemplar el retroceso del consumo.

Este componente del PIB debía verse estimulado por la temporada de verano. A pesar de que en el período la variante Delta ya estaba en el país, no se adoptó ninguna restricción que afectara a la actividad económica. "La continuación del proceso de relajación de las restricciones apenas se vio alterada por el repunte de la incidencia de la pandemia observado hasta finales de julio, dado que, como se ha apuntado, sus consecuencias sanitarias presentaron una menor gravedad que en olas anteriores de la enfermedad gracias a los avances en la vacunación".

Los dos últimos trimestres del PIB para el conjunto del año serán una rémora. Ya antes del dato de hoy se había desatado una cascada de revisiones a la baja por parte de las casas de análisis de la economía española. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, adelantó el pasado lunes que harán "una revisión significativa a la baja" de sus previsiones de crecimiento económico de España para este año. "Una rebaja de una magnitud tan elevada comporta, de forma mecánica (...) una reducción sustancial de la tasa media de crecimiento del PIB para 2021 y, en menor medida, también de la de 2022", explicó en el Congreso. Las previsiones actuales del Banco de España proyectan un crecimiento del PIB del 6,3% en 2021, que se reduciría ligeramente hasta el 5,9% en 2022.

La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) también recortó las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) español para 2021, desde el 6,3% hasta el 5,1%, pero ha elevado sus estimaciones para 2022, desde el 5,8% hasta el 6%. Otras entidades, así como el Consejo General de Economistas, Caixabank Research o BBVA Research, que en las últimas semanas han anunciado la rebaja de sus previsiones de crecimiento no solo para 2021, sino también de cara al próximo año.

El cuadro macro del Gobierno salta por los aires

Las cifras de hoy complican todavía más que se cumplan las previsiones del Gobierno. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha mantenido intactas sus pronósticos económicos para elaborar los Presupuestos Generales del Estado, que incluyen un crecimiento del PIB del 6,5% para este año y una aceleración de hasta el 7% en 2022. Y supone un retraso en la recuperación de los niveles precovid. Si no hay nuevos ajustes por parte del INE, el 23 de diciembre ofrece el dato definitivo, el PIB todavía está a más de un 6% para que la economía vuelva a tener el mismo tamaño que antes de que la pandemia impactara en la economía. 

La desaceleración no está siendo exclusiva de España. La economía alemana creció un 1,8% intertrimestral en el tercer trimestre, muy por debajo de las previsiones del mercado. Al contrario que la economía española, el motor germano, las exportaciones, ha comenzado a gripar. Aunque la evolución de los componentes del PIB solo se publicarán a finales de noviembre, los datos mensuales disponibles y el comunicado de prensa de la agencia de estadística deja entrever que el crecimiento se debió principalmente al consumo privado.

La gran sorpresa de la mañana han sido los PIB de Francia e Italia. Ambos países han publicado unos datos de PIB que han sorprendido al alza, logrando un crecimiento trimestral cercano al 3% en ambos casos.

Pero el gran problema para la economía española no es un crecimiento menor de lo esperado, sino por donde está atravesando ahora mismo la economía española. En este momento es cuando la crisis de suministros y los precios de la energía están impactando con especial virulencia en la economía europea. Desde el Ministerio de Economía reconocen que "el balance de riesgos ha cambiado y va a estar marcado por los cuellos de botella en la oferta, el alza de los precios energéticos y su efecto en la inflación". Ayer el BCE ya adelantó una pérdida de dinamismo de la economía europea.

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