Economista y CEO de Tecnotramit
Opinión

En un entorno económico marcado por la inflación, no solo se encarecen los bienes y servicios, sino que también se transforma profundamente la manera en que los consumidores percibimos el valor, el dinero y nuestras propias decisiones. La inflación, más allá de sus implicaciones macroeconómicas, genera un fenómeno psicológico que remodela hábitos de consumo, transforma prioridades y estimula emociones como la incertidumbre, el miedo o incluso la resignación.

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