
El presupuesto de la PAC 2020-2027 debe aumentar porque, si no se incrementa, se va a producir una merma del 47% por el efecto de la inflación durante todos estos años. Y es una situación que preocupa al sector agrícola y ganadero porque, en caso de no revertirse esta política en breve, se producirá una dependencia en Europa de países terceros para su alimentación diaria.
Este es uno de los problemas que se ha abordado durante el encuentro mantenido en Zaragoza entre varias asociaciones de Asaja en el Valle del Ebro (ARAG-Asaja, Asaja Lleida, Asaja Aragón, Asaja Zaragoza y Asaja Huesca) y que preocupa al sector, dado que la posible futura reforma no se asienta en los pilares de lo que ha sido el origen de la política agraria común.
En esta línea, Asaja Valle Del Ebro ha mostrado su rechazo a esta reforma porque no sigue las bases del origen de la PAC, además de incidir que un fondo único sería "alarmante, un despropósito, y el desmantelamiento de las ayudas directas de desarrollo rural para nuestros agricultores".
Son motivos por los que consideran fundamental un aumento de la ficha financiera ya que, en los últimos 25 años, ha habido una pérdida de poder adquisitivo en el sector de un 78%. Además, si a ello se suma el no aumento de la venta de los productos agrícolas y ganaderos, el IPC y el incremento de los gastos, el balance sale a pérdidas.
Además de esta situación, en el encuentro también se han analizado los principales problemas que afectan al sector con el fin de que se pongan soluciones, sobre todo, de cara a evitar la pérdida de la soberanía alimentaria.
Entre ellos, por ejemplo, además del presupuesto de la PAC, se ha abordado el relevo generacional, la desaparición del modelo de explotación familiar agraria -que predomina principalmente en esta zona del Valle de Ebro-, los bajos precios del cereal, la jornada laboral, los seguros agrarios o enfermedades como el fuego bacteriano.
Precisamente, en relación a esta enfermedad, desde el sector se alerta de su rápido avance por todo el Valle del Ebro por lo que han coincidido en pedir a la administración, al Ministerio de Agricultura, que "coordine la lucha contra este problema que está destruyendo las explotaciones agrícolas", ha afirmado Igor Fonseca, de ARAG-Asaja.
Fonseca ha abogado, al igual que representantes de la cuenca del Valle del Ebro afectados en explotaciones frutícolas, por poner en marcha un plan nacional para luchar contra el fuego bacteriano. También ha incidido en la necesidad de pedir al MAPA una línea de ayudas para el arranque y la reestructuración de este sector agrícola.
En materia de seguros agrarios se han pedido a su vez medidas sobre todo ante el aumento de las adversidades climatológicas, como las más recientes de granizo o lluvias torrenciales, que han afectado a la zona del Valle del Ebro. Desde Asaja en estas comunidades se considera que el seguro es clave para el funcionamiento de las explotaciones, pero piden un cambio en el modelo y su adaptación a la situación meteorológica actual.
"Exigimos la recuperación del 10% adicional que ha reducido este año para los seguros que supone alrededor de 100 millones de euros", ha aseverado Emilia Guillen, secretaria general de ASAJA Zaragoza.
Otro de los temas abordados ha sido la reducción de la jornada laboral. Desde ASAJA Lleida, su presidente Pere Roque ha aseverado que "estamos totalmente en contra de la reducción de la jornada laboral, porque no se adecua a las necesidades del sector. Las tareas en el campo no pueden regirse por una normativa que no tiene en cuenta el ciclo de las cosechas o de los animales, no es compatible con la vida de una explotación agrícola o ganadera".
Además, los representantes de ASAJA en el Valle del Ebro han abordado el incremento de costes que supondrá en la cesta de la compra, aunque "sin seguridad de que el agricultor pueda repercutirla en el precio de venta por lo que su viabilidad económica entrará en crisis".
Son "exigentes normas" sobre las que agricultores y ganaderos han señalado que contrastan con los tratados que la Unión Europea está negociando con Mercosur, con países cuyas condiciones laborales y medioambientales y sanitarias son muy laxas con la normativa.
Desde ASAJA Aragón también se ha puesto sobre la mesa el bajo precio del cereal que ha llevado a la organización agraria a concentraciones y manifestaciones en las últimas semanas frente al MAPA.
En este punto, el secretario general de ASAJA Aragón, Ramón Solanilla, ha manifestado que "España es el principal comprador del cereal de Ucrania. Al ministro Planas ya se le pidió por escrito una revisión del acuerdo con Ucrania. En 2022, se importaron tres millones de toneladas y en el 2024 fueron 10 millones de toneladas de cereal ucraniano. El sector primario no tiene que ser el pagano de los problemas geopolíticos de la Unión Europea".
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