Hace unos días leía en la versión digital de una publicación canadiense un dato que me llamó poderosamente la atención. En ella se afirmaba que los hogares alemanes poseían más de 9.000 toneladas de oro a cierre de 2020 (algo más de 100 gramos per cápita y unas 100 toneladas más que en 2019) y citaba como fuente un estudio de la Universidad Steinbeis de Berlín realizado por encargo de Reisebank. El dato me resultó ciertamente sorprendente, dado que casi triplica el oro que posee el banco central de este país (3.362 toneladas a cierre de 2020, según el Fondo Monetario Internacional), y ello me llevó a preguntarme si es una tónica general en Europa y cuál es la situación en España.